domingo, agosto 3, 2025
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Agroecología como alternativa para prevenir las heladas en el país

A comienzo de año, en varias regiones del país se presentan altas temperaturas: durante el día las nubes son escasas por las corrientes de aire que las desplazan y generan un incremento de la radiación emitida por el Sol hacia el suelo, mientras que en las noches toda esa radiación que ingresó durante el día sale hacia la atmósfera y genera el enfriamiento del suelo, lo cual hace que en las madrugadas se presenten las heladas.

Este fenómeno meteorológico provoca un descenso en la temperatura ambiente a niveles inferiores al punto de congelación del agua, ocasionando la formación de capas de hielo en la superficie, y puede producir un daño serio a los cultivos, si no se previenen.

Frente a esta problemática que aqueja a los campesinos en varias regiones frías del país, la profesora emérita Marina Sánchez de Prager, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, considera que “los avances más recientes de la ciencia rescatan la mayoría, si no todas las prácticas que nuestros antepasados efectuaron en el campo”.

Las heladas más frecuentes son las blancas, que, debido a la alta humedad, hacen que cuando la temperatura desciende, el agua se condense y genere ese manto blanco que se observa al amanecer; y las negras, que ocurren cuando hay bajo nivel de humedad y la temperatura desciende por debajo del punto crítico pero hay condensación del agua, que es la que ocasiona mayores daños a los cultivos.

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En su libro Aportes de la biología del suelo a la agroecología, la docente destacó que “muchos de estos conocimientos de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes son reconocidos y valorados por la agroecología y los incorpora a las prácticas a efectuar en sistemas agroecológicos dentro de los principios de sostenibilidad”.

La agroecología tiene como finalidades tanto la conservación de bienes naturales (agua, suelo, atmósfera, territorio, diversidad de recursos genéticos) como que la biodiversidad asegure soberanía, seguridad y autonomía alimentaria, bajos costos energéticos e independencia de la petroquímica, para lo cual se plantea como opción el uso eficiente del Sol, que es la mayor fuente de energía que tenemos.

También se tienen presentes aspectos como el ciclaje, que permita el uso eficiente de los bienes naturales, y aspectos a resaltar como la inclusión social y de género, la justicia social y ambiental, una economía de mercado que permita que las personas accedan a alimentos limpios a precios justos y el diseño de agroecosistemas en los cuales se maximicen rendimientos, dentro de criterios de conservación y uso eficiente de recursos naturales, sin agotarlos ni contaminarlos.

“Para la agroecología, el diseño de sistemas productivos agroecológicos se debe pensar y establecer según las condiciones ambientales, los riesgos y amenazas presentes en las regiones y territorios, debido a que los procesos de producción agraria impactan a la humanidad en su conjunto”, comenta la profesora Sánchez de Prager.

Ese conjunto está compuesto por sistemas biológicos como agua, suelo, ambiente, plantas, animales, microorganismos, ecosistemas y atmósfera, además de sistemas sociales como la organización humana en el territorio y en las regiones, entre otros, la cual está conformada por lo rural y lo urbano.

“Esto, además de lograr la soberanía, seguridad y autonomía alimentaria, también contempla el componente ambiental ante la crisis que se ha gestado por décadas, los sistemas productivos agrarios alcanzan connotaciones insospechadas unidos a problemáticas actuales, pero también a estrategias alternativas de solución” comentó la docente.

Recomendaciones para la temporada

Señaló además que después de revisar varios casos presentados en la región, la opción más viable para reducir el impacto de las heladas, por facilidad y costos, es el riego.

“Una práctica recomendada en todos los espacios es el uso de riego abundante por inundación, es decir, por gravedad. Se basa en el principio de que el agua empieza su congelación de arriba hacia abajo. La densidad del agua hace que el descenso de la temperatura tarde más tiempo en llegar el suelo”, agregó la docente.

Otra de las formas de aplicación del agua sería de riego por aspersión, sin embargo, como el mayor peligro de las heladas ocurren durante la madrugada, este método no se debe suspender sino conservar hasta dos horas después de que amanezca.

La docente también destacó una forma hallada por el profesor Jorge Vélez, de la Universidad de Nariño, quien estudió la aplicación de abonos orgánicos enriquecidos con melaza, “que les da más calor”, y la siembra –a manera de barreras– de especies nativas forestales con follaje denso, resistentes a las heladas y que favorece un microclima propicio para los cultivos.

Para concluir, la docente aseguró que Colombia está preparada para la agroecología en sus diferentes dimensiones, como práctica, ciencia y movimiento social.

Por eso advierte que “se requiere de voluntad y poder políticos para implementarla, de hecho, el manifiesto de La Habana en torno al proceso de paz en Colombia se podría considerar como una hoja de ruta agroecológica a implementar, en la cual se sientan las bases del buen vivir ciudadano, tanto rural como urbano. De cualquier modo es necesario inculcar la conciencia social y política y que nuestra formación intelectual esté ligada al servicio y desarrollo de nuestro país que nos permitan implementar alternativas de desarrollo sostenibles”.

Fuente: Universidad Nacional de Colombia.

Maripanela, el proyecto que sigue creciendo en el occidente de Boyacá

Al occidente de Boyacá se encuentra Maripí, un municipio de 7.480 habitantes de los cuales, el 87% se ubica en el área rural del mismo. Allí, entre ríos y montañas, los jóvenes maripenses han forjado un proyecto que es motivo de orgullo y que hoy, les anima a encontrar nuevos rumbos para construir sus proyectos de vida.

Maripanela, así es como ellos mismos le han llamado a su propia apuesta naciente en el año 2016 por un territorio en paz. “Cambiar del amargo de la guerra, al dulce de la paz”, y que mejor manera de hacerlo que exaltando nuestro principal producto que es la panela.

En su primera fase, Maripanela contó con el apoyo de Fundación Bolívar Davivienda, Acción Cultural Popular – ACPO y el Programa de Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá – BOYAPAZ. Apoyo que sirvió para sentar las bases de una marca de tradición boyacense, a través de la construcción de su logo.

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Situaciones como las precarias condiciones en el municipio, que incentivan el subempleo y la informalidad, lo que, a la vez, redunda en escasos ingresos económicos por familias, especialmente para las mujeres; implica que los maripenses estén pensando en nuevas actividades de subsistencia que reemplacen a otras como la minería, que siempre ha sido un sector controversial por su informalidad y los conflictos y la violencia derivada en la región, por la explotación de uso ilícito.

Así las cosas, los mismos habitantes han encontrado en la agricultura, específicamente los cultivos de la caña y el café; así como la producción de panela natural, nuevas oportunidades de inserción económica con gran potencial que involucran a niños, jóvenes y adultos.

Una segunda fase surge con Manos Unidas

Acción Cultural Popular – ACPO y el Programa de Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá – BOYAPAZ, con el apoyo de Manos Unidas, son las organizaciones que adelantan el impulso y desarrollo de Maripanela en su segunda fase. Y ahora, en este 2020, son quienes acompañarán a la comunidad maripense a potenciar sus experiencias en nuevas oportunidades de negocio.

Después de tres años de aprendizajes, participación en ferias y eventos de emprendimiento y reuniones entre los jóvenes y la comunidad, Maripanela está listo para dar un paso más y trabajar en la estandarización de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), así como en la creación de su propio plan de negocios, que incluya el fortalecimiento comercial a través de redes sociales y ventas online.

Por tratarse de un proyecto con espíritu intergeneracional, los adultos, dedicados por años a las actividades agropecuarias, son quienes lideran el componente productivo y orientan a los jóvenes en la cadena de valor de la panela. Y ellos, a su vez, lideran el componente comercial, promoviendo la difusión del producto hacia el cliente final. Es así como ambas generaciones estrechan lazos y se involucran en ambos procesos, porque están convencidos que la unión hace la fuerza.

Por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Museo y tienda campesina tolimense: cultura, sabor y tradición

El Museo del Campesino continúa comprometido con el rescate de la tradición cultural campesina del departamento del Tolima, y ahora amplía sus servicios con la Tienda Campesina Tolimense, donde podrá encontrar productos, agroalimentos y artesanías típicas del Tolima de altísima calidad, producidos en su mayoría, en la zona rural del departamento.

Cajamarca, Chaparral, Villahermosa, Líbano e Ibagué son algunos de los municipios vinculados, cuyos productos se busca sean conocidos a nivel local y nacional, para fortalecer el tejido social y económico de la Región.

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La Tienda Campesina Tolimense es un encuentro con el sabor, la cultura y la tradición en un recorrido fascinante por sabores, formas, colores y melodías de nuestra bella tierra tolimense. Café, panela, chucula, achiras, lechona tolimense, miel, arroz, anchetas tolimenses y artesanía tradicional, son algunos de los productos que encontrará en la tienda, productos orgánicos, saludables y autóctonos de nuestro territorio, que encierran saberes, costumbres y tradiciones ancestrales que se deben conservar como parte de nuestra identidad.

Más de un centenar de familias se benefician de los procesos productivos y artesanales que se fortalecen con la comercialización de estos productos, al generar consciencia de consumir lo nuestro generamos desarrollo económico y social para el departamento.

La sede principal de la Tienda Campesina Tolimense se encuentra en la ciudad de Ibagué, cerca de la milla de oro de una ciudad que le apuesta, al turismo, a la cultura y al desarrollo social.

Por: Sandra Paola Caicedo. Museo del Campesino.

Por: Sandra Paola Caicedo. Museo del Campesino.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

La Liga de las Abejas, la apuesta de 10 jóvenes en los Montes de María

En Colombia, el 84% de los cultivos necesitan de las abejas para la polinización. Así las cosas, las abejas polinizan cerca del 70% de los alimentos para consumo humano. Sin embargo, en los últimos tres años 14mil abejas han muerto en Colombia, lo que equivale al 35% de la población de abejas que se encuentra en el país.

Frente a ese panorama, 10 jóvenes rurales de los Montes de María hacen una Alianza con las Abejas, con el objetivo de evitar la extinción del ser vivo más importante del planeta y a su vez vencer la pobreza y la violencia. “Vamos a contribuir nuestro grano de arena para salvar a las abejas y ellas nos ayudarán a vencer nuestros archienemigos”, esto lo dice Mara Salcedo, lideresa de la Liga de las Abejas en los Montes de María.

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Esta particular alianza entre los jóvenes del corregimiento Guaymaral y las Abejas se convertirá en un negocio social apoyado y acelerado por la Fundación Planeta Rural, enfocado en la generación de empleos sostenibles que aporten a la transformación de su territorio a través de la producción de miel y sus derivados. El negocio en su etapa de producción generará ingresos de al menos dos salarios mínimos mensuales por Joven, de esta manera la pobreza se ve disminuida.

Además, las lógicas de producción de miel y protección de las abejas permiten que los jóvenes tengan tiempo también para otras actividades como la educación, a las que haciendo parte de la producción masiva del monocultivo de ajonjolí difícilmente podrían realizar, con educación ellos podrán decirle no a la violencia con más seguridad.

Para llevar a cabo este negocio es necesario el apoyo de muchos, por eso ellos han creado una campaña de crowdfunding «La liga de las Abejas” que consiste en brindar a las personas la posibilidad de Adoptar una Colmena o parte de ella que será cuidada y cosechada por un joven rural en Montes de María y a cambio la persona adoptante, si lo desea, puede obtener miel en su casa.

Adoptar una colmena significa que las personas pueden contribuir económicamente para poder comprar las 120 colmenas que requiere este negocio social que cambiará la vida de 10 jóvenes rurales y sus familias en los Montes de María. Cualquier persona puede adoptar desde 1/16 de colmena por $55.000 hasta 1 colmena completa por $880.000 pesos colombianos. Igualmente, puede realizar contribuciones desde $20.000 pesos en adelante. Todos los aportes son tratados como donación.

Esta es una alianza que pretende endulzar el corazón de Colombia. También es una forma inteligente para que los colombianos contribuyamos a derrotar la pobreza, la violencia y la extinción de abejas en nuestra Colombia Rural.

Únete a la campaña aquí: https://vaki.co/vaki/AdoptaUnaColmena

Campesinos caqueteños son ejemplo ante el cambio climático

Para llegar a La Chipa, zona rural del Caquetá, se puede acceder de dos formas, vía terrestre y fluvial. La primera opción parte desde el municipio de Florencia dos horas hasta llegar al municipio de Puerto Rico, posteriormente la salida es en un campero que tarda de cuatro a cinco horas en llegar a su destino y que es preciso separar el pasaje con mucha anticipación, pues, es el único carro durante el día que sale hasta el lugar.

Por vía fluvial, se parte desde Florencia tres horas hasta llegar al municipio de Cartagena del Chairá vía terrestre, y luego, una única canoa sale y tarda de tres a cuatro horas en llegar.

Cualquiera de las dos opciones repercuten en un viaje largo, pero para quienes gustan de la aventura se encontrarán con hermosos paisajes y quedará encantados por la calidez de la gente.

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El Proyecto Amazonia Joven con el apoyo financiero del Fondo Europeo para La Paz de la Unión Europea y Fundación Bolívar Davivienda, junto con sus operadores: Acción Cultural Popular – ACPO, Corpomanigua y Diócesis de San Vicente del Caguán, ha desarrollado tanto en La Chipa como en lugares aledaños como Miraflores Alto, Parcelación Bolivia, Palestina, Bajo Palermo y Camelias, acciones significativas con comunidad campesina con las Escuelas Agroecológicas desde hace más de un año.

Para esta ocasión, se visita a las comunidades con el taller de formación en “Cambio Climático”. Mediante actividades lúdicas las personas reflexionaron e identificaron las razones por las cuales existe un contraste entre las estaciones durante el año actual y el de hace cincuenta años atrás y cómo lo han padecido año tras año.

El aumento de zonas deforestadas, los pesticidas, la extensión de zona ganadera que ha afectado la tierra, la falta de inversión para explorar otras alternativas, ausencia de educación para el desarrollo sostenible y algunos hábitos diarios, están entre las razones que han contribuido a que año tras año la época invernal o de verano se padezcan cada vez con más fuerza.

El reconocimiento de la interacción entre hombre-naturaleza-sociedad en una única casa, el planeta Tierra, permitió la iniciativa de la comunidad campesina de adquirir el compromiso de deforestar menos y reforestar más, en especial a las orillas del rio Caguán; además de reutilizar objetos que pueden tener un servicio diferente a la inicial sea para sí mismo como para un vecino, evitar el uso de elementos desechables, pesticidas, entre otros.

Por: Lorena Reyes Quintero. Facilitadora proyecto Amazonía Joven.

Por: Lorena Reyes Quintero. Facilitadora proyecto Amazonía Joven.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Opinión: Nuevas ciudadanías en las Escuelas Digitales Campesinas

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¿Cómo se puede cualificar el ejercicio de las nuevas ciudadanías en las Escuelas Digitales Campesinas (EDC) de Acción Cultural Popular – ACPO?

Alrededor de esta pregunta esencial giró la tesis doctoral de mi autoría, denominada “Radio Sutatenza y ACPO en la era digital”, que acaba de ser sustentada y aprobada en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). (Ver la tesis completa aquí: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/87123)

La investigación se desarrolló durante seis años –entre 2013 y 2019– y se apoyó en los postulados de la Investigación Acción Participativa (I.A.P) y en instrumentos del periodismo literario, donde los educandos de las EDC y de las otrora Escuelas Radiofónicas de Radio Sutatenza actuaron como protagonistas.

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Por lo tanto, ellas y ellos cuentan sus propias historias mientras éstas ocurren. Para ello,  nos hemos tomado el tiempo que demanda la inmersión en sus mundos. Han sido seis años de conversaciones, para las cuales nos hemos movido en diversos escenarios: los foros; las Escuelas Digitales Campesinas; los consejos editoriales de elcampesino.co; el programa de radio “Mundo Rural” y la emisora Acpo Vive Radio Sutatenza, entre muchos otros.

Así hemos podido compartir y hablar con ellas y ellos, de cara a comprender cómo viven, cómo piensan, cómo actúan y hasta cómo sueñan…Con ese norte, nos hemos basado en este principio del también llamado “periodismo narrativo”: tratar a las personas como personas. Como lo señala la periodista Leila Guerriero, “no me creo un mundo donde las personas no son personas, sino `fuentes´, donde las casas no son casas, sino `el lugar de los hechos´, donde la gente no dice cosas, sino que `ofrece testimonios´.

Y en ese marco, ¿cómo entendemos las nuevas ciudadanías? En nuestra línea de análisis apoyada en las corrientes de la filosofía política  humanismo cívico (H.C.) y  democracia radical, postulamos que las ciudadanas y ciudadanos son la razón de ser de la política. Como tales, desde los postulados del H.C., buscan actuar como “comunidades de amistad” que deliberan,  aprenden juntas y comparten el conocimiento para incidir en la vida pública.

Así, como lo subraya la gestora cultural y directora del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21, Soraya Bayuelo, “descubrimos que las preguntas rompen los silencios cuando las transformamos en acción colectiva y esa fuerza nos convierte en un solo cuerpo, un territorio que siente, que crea, que tiene memoria, que es capaz de abrirle paso a la vida aunque nuestras propias vidas sean solo cifras en rojo, porque no estamos dispuestos a perder lo que nunca pudieron arrebatarnos: nuestra dignidad”.

Por: Juan Carlos Pérez Bernal. Consejo Editorial El Campesino.

Amazonía Joven le apuesta a disminuir la brecha de analfabetismo digital

En Caquetá a lo largo del río Caguán se pueden encontrar los centros poblados de Tres Esquinas y Santa Rosa, lugares aislados y de difícil acceso, donde los jóvenes que conforman la ruralidad del país han tenido que vivir la marginación educativa en herramientas tecnológicas. En una era donde tener conocimientos en tecnologías de la información y las comunicaciones se ha convertido en una necesidad del ser humano ante el cambio cultural, laboral y educativo, que actualmente afronta el país y el mundo.

El Proyecto Amazonia Joven con el apoyo financiero del Fondo Europeo para La Paz de la Unión Europea y Fundación Bolívar Davivienda, junto con sus operadores: Acción Cultural Popular – ACPO, Corpomanigua y la Diócesis de San Vicente del Caguán, hizo presencia en este y otros territorios permitiendo el acceso a internet y formación en Alfabetización Digital de Escuelas Digitales Campesinas a toda la comunidad.

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En el mes de noviembre, muchos jóvenes y adultos lograron culminar su proceso y recibieron con gran emotividad su certificación como fruto del tiempo, dedicación, esfuerzo y compromiso que realizaron consigo mismos para superar esta condición de analfabetismo digital.

Muchos recuerdan como inicialmente no les era posible ni prender un computador, ahora manejan un correo electrónico, las herramientas básicas de ofimática, usan aplicaciones para comunicarse con otras personas, navegar y continúan practicando su destreza en teclado y vocabulario técnico.

Ante ello, manifiestan profundo agradecimiento por ser la primera vez que un proyecto llega hasta estos lugares con el apoyo que necesitan. Así mismo, se reconoce la lamentable deserción de compañeros en el transcurso del curso por diversas circunstancias tales como nomadismo por el trabajo en fincas distantes, mujeres que a edad temprana deciden unirse a una pareja, familias disfuncionales, entre otros.

En este momento, el reto persiste en el sistema educativo colombiano, pues docentes y estudiantes necesitan desarrollar nuevas formas y capacidades de enseñanza-aprendizaje de forma transversal e integral a la vanguardia de las TIC´s; para que de este modo puedan acceder a un abanico de oportunidades que sigan promoviendo la construcción de paz en individuos que se encuentran en medio de un conflicto armado.

Por: Lorena Reyes Quintero. Facilitadora proyecto Amazonía Joven.

Por: Lorena Reyes Quintero. Facilitadora proyecto Amazonía Joven.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

La ‘Profe Efi’: “Yo comparto el dolor con ellos y me sano”

Breve contexto

Tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, Colombia pasa por una etapa de transición y de transformaciones sociales. Según José Fernando Serrano, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes, estas transiciones son lentas y contradictorias:

“Aquí el punto clave es cómo amplios sectores de la sociedad colombiana sienten que así no les haya tocado (el conflicto), también los compromete y ahora la pregunta es cómo participar de estos cambios”.

¿Cómo participan los diferentes sectores de la sociedad en los procesos de reinserción?, ¿cómo lograr reconciliación entre sectores sociales que difícilmente se han reunido en un mismo lugar?, ¿cuál es el compromiso del sector educativo frente a este desafío?

Aunque probablemente sean más las preguntas que las respuestas, existen prácticas que se suman al compromiso de lograr transformaciones sociales y que responden al cómo participar de estos cambios.

Y… ¿cómo?

En el municipio de Dabeiba, en la Institución Educativa Madre Laura, sede rural Llano Grande, dos realidades –que antes difícilmente podían convivir de forma pacífica– comparten aula de clase, comunidad, maestra y proyectos. ¿Quiénes son? Jóvenes excombatientes de las FARC y jóvenes de la comunidad.

Este municipio de Antioquia fue escenario de uno de los conflictos armados más largos de Latinoamérica y, a la vez, testigo y partícipe de un proceso de paz. En Dabeiba se ubicó una de las 19 zonas veredales que hicieron parte de las acciones realizadas por el gobierno en el marco de la dejación de armas y la reincorporación de integrantes de las FARC a la vida civil.

Movida por la necesidad de integrar jóvenes excombatientes y jóvenes de la comunidad, por la oportunidad de construir encuentro a través de las diferencias culturales y por el compromiso social de transformar el miedo en trabajo conjunto y en empatía, la profe Efi (como la llaman sus estudiantes) gestó en 2017 el colectivo de comunicaciones ‘Jóvenes con futuro’.

‘Jóvenes con futuro’ integra diferentes campos como el arte, la cultura y la comunicación. Cuenta con una emisora estudiantil y un espacio de producción cinematográfica. Además, la profe Efi y sus estudiantes han pazeado (con z de paz, cuenta la maestra) por algunas regiones del país con el propósito de llevar mensajes de paz y reconciliación. Este proyecto ha desarrollado acciones sostenibles que permiten a los hijos de excombatientes no retornar a la guerra y sanar heridas.

El colectivo ha recibido capacitación de parte de algunos practicantes de Comunicación y Periodismo de diversas universidades de Antioquia. Actualmente están grabando una película llamada ‘Mis pedacitos de cielo’, una creación que recopila las historias de vida en la guerra de estudiantes de la institución, con el propósito de evitar que los jóvenes ingresen a grupos armados.

La profe Efi

Fuente: Secretaría de las Mujeres Antioquia

Leidy Efigenia Usuga Arbeláez es Licenciada en Ciencias Naturales y Química, maestra y víctima del conflicto armado. La violencia la desplazó de Dabeiba cuando perdió a su padre. Hoy, la oportunidad de construir paz desde el quehacer educativo le permite regresar. La profe Efi y sus estudiantes tienen en común las vivencias del conflicto armado:

“Yo comparto el dolor con ellos y yo me sano”.

¡Visite la página de la emisora!

Fuente: Fundación Compartir Palabra Maestra.

Políticas Públicas y desarrollo profesional de docentes y directivos rurales

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Los factores que afectan la permanencia de los maestros rurales inciden en su formación. En la formación inicial se encontró que las trayectorias de estos docentes y directivos son principalmente determinadas por las condiciones de pobreza de los ámbitos rurales, por la necesidad de evitar caer en actividades de ilegalidad y por las restricciones que impone el orden social en zonas de conflicto armado.

Por otra parte, la formación en servicio y posgradual es fuertemente determinada por las limitaciones que imponen la invisibilización de la educación rural y los escasos recursos del sector educativo para fomentar un mayor desarrollo profesional de los maestros rurales. Sin embargo, del mismo modo esta formación es influenciada por el aislamiento y el abandono en el que se encuentran las zonas rurales afectadas por el conflicto armado, que dificulta la implementación de intervenciones de política para el mejoramiento de la calidad de la educación en esos territorios.

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El mejoramiento de la calidad de la educación rural en el país demanda la dignificación de la docencia rural, desde las condiciones materiales en las que los maestros rurales se desempeñan y en las que habitan en los territorios hasta las oportunidades que encuentran para cualificar sus condiciones de vinculación a la profesión docente.

Los docentes y directivos rurales son la clave para lograr una educación real de calidad en la ruralidad colombiana que transforme los mecanismos de reproducción del conflicto armado y violencia del país y construya escenarios pacíficos de convivencia. Para que ello sea posible, se propone a la comunidad educativa, a los formuladores y responsables de la política educativa a nivel nacional, departamental y municipal, a las organizaciones no gubernamentales, a los organismos del sector solidario, a los aliados internacionales y a la población civil, tener en cuenta los siguientes elementos para comprender la relación entre educación rural, docencia, conflicto armado y paz:

Ruralidad y educación

  • La ruralidad en Colombia es un continuo que aparece desde los límites de las zonas urbanas y gradualmente empieza a ocupar los territorios. En algunos casos convive con la irrupción de lo urbano y en otros opera de una manera absoluta, configurando contextos de difícil acceso y de alta dispersión. Esta gradualidad de la ruralidad es el principal reto de las intervenciones sociales y de política pública en los territorios.
  • La configuración de la nueva ruralidad en los territorios colombianos, a finales de los años noventa y durante la primera década del siglo XXI, se ve fuertemente determinada por: la implementación de nuevos enfoques de desarrollo económico y social; la penetración de la criminalidad organizada; el desplazamiento forzado y el despojo de tierras; y la lucha por el control de territorios entre los actores armados y el Estado.
  • La ruralidad en Colombia se caracteriza por presentar altos niveles de pobreza y precariedad en la satisfacción de servicios básicos, cuyo resultado es la presencia de brechas más amplias en las oportunidades sociales y educativas que tienen las poblaciones rurales frente a las urbanas.
  • La limitada capacidad instalada y de recursos económicos de las entidades territoriales ha provocado que los procesos de descentralización y autonomía institucional que el sector educativo implementó en las últimas décadas se traduzca en un debilitamiento de los establecimientos educativos rurales. Se requieren acciones específicas para cerrar las brechas educativas entre las áreas rurales y urbanas y para mejorar las capacidades técnicas de gestión de las entidades territoriales fortaleciendo su autonomía institucional.
  • El país ha puesto en marcha la implementación de estrategias de política educativa para la educación rural desde hace varias décadas; sin embargo, estas se han enfrentado en cada momento al desafío de articular sus esfuerzos a nivel institucional para responder a las problemáticas y necesidades de las instituciones educativas, estudiantes y maestros rurales. El principal desafío es dar continuidad a esas estrategias, las cuales generalmente están supeditadas a limitación de recursos económicos y a los cambios en las prioridades de políticas de las agendas de gobierno. En este sentido, estos esfuerzos del sector educativo no trascienden hacia las transformaciones estructurales que requiere la educación rural.

Docentes y directivos rurales

  • Una tercera parte de los docentes y directivos docentes del país se desempeña en los establecimientos rurales. La gran mayoría de ellos se encuentran vinculados en propiedad, lo cual implica un alto nivel de estabilidad en la carrera.
  • La composición de los directivos rurales muestra que el 97,72% se encuentra vinculado en propiedad. En materia de género existe una mayor representación de los hombres. Por otro lado, más de la mitad de los directivos tienen título de posgrado, aunque la diferencia radica en la especificidad de los posgrados. Mientras que en el Decreto 1278 el 41% de los directivos tiene posgrados en otras áreas y un 20% tiene posgrados en educación, las dinámicas para el Decreto 2277 se invierten: el 38% cuenta con títulos de posgrado en educación, y un 27% tiene posgrados en otras áreas. Adicionalmente, se observa que el salario promedio, sin contar con el sobresueldo para los directivos docentes rurales en el Decreto 2277, es mayor que el de los directivos en el 1278. Los menores salarios los reportan los directivos etnoeducadores vinculados mediante el Decreto 804.
  • La composición de los docentes rurales indica que cerca del 70% están vinculados en propiedad. El 62% de la planta docente rural son mujeres, lo que muestra un contraste con la distribución por género de los directivos rurales. Se puede observar que el nivel de formación promedio de los docentes rurales es inferior al observado en los directivos rurales, reduciendo significativamente la presencia de maestros rurales con posgrados y aumentando el perfil de pregrado como último nivel de formación. Así, para el caso del Decreto 2277, los docentes licenciados son 37% y los directivos son 30%; para el caso del Decreto 1278, los licenciados son 51% y los directivos son 25%. Esto significa que existe una tendencia hacia una mayor proporción de directivos con nivel de posgrado como último nivel de formación. Por otra parte, al igual que en el caso de los directivos, los docentes vinculados mediante el Decreto 2277 muestran un salario promedio más elevado frente a sus pares del Decreto 1278. De la misma forma, los etnoeducadores vinculados mediante el Decreto 804 aparecen con los menores salarios.
  • En los resultados de la prueba Saber Pro se evidencia que, para cada una de las evaluaciones comparadas en su componente general, existe un mejor desempeño de los profesionales no licenciados frente a los licenciados.
  • Al describir su trabajo, los directivos rurales señalan la pobreza y la precariedad en la que se encuentran la mayor parte de las sedes educativas. Su labor se dedica a enfrentar los retos que traen consigo la insuficiencia de la infraestructura, la falta de servicios básicos como agua, luz e internet, la ausencia de materiales educativos, la escasa presencia de personal de aseo, vigilancia y administrativo, y la disminución o inexistencia del servicio de alimentación escolar. Sumado a ello, los directivos rurales deben movilizarse entre las dinámicas del conflicto armado, en las cuales deben crear canales de comunicación con los actores armados para que se permita la continuidad de la prestación de servicio educativo y garantizar el derecho a la educación en estos territorios, y para mitigar los efectos que en algunas zonas los enfrentamientos entre la fuerza pública y grupos armados dejan en las sedes educativas y en las comunidades.
  • El grado de acompañamiento que percibe el docente a su labor a nivel escolar es fundamental para su permanencia en los establecimientos educativos. La solidaridad que encuentra en sus pares, los directivos docentes y en la comunidad permite establecer estrategias para superar las dificultades que se presentan en su vida cotidiana. En ausencia de estas redes de apoyo, los maestros son más proclives a solicitar traslados en las entidades territoriales.
  • Los docentes rurales consideran que, frente a las numerosas necesidades sociales de sus contextos, la carrera docente les provee un espacio laboral para mantener buenas condiciones de vida y prevenir la reproducción de pobreza de sus familias. En este sentido, los maestros perciben que poseen mayores ingresos que otros habitantes de su territorio. Sin embargo, el estudio encontró que algunos maestros rurales ejercen otro tipo de actividades o empleos para aumentar sus ingresos. Esta situación se presenta en territorios rurales que se caracterizan por tener canales fluidos de comunicación con las cabeceras municipales y las zonas urbanas, donde los maestros pueden ejercer una diversidad de actividades económicas.
  • Frente a las dificultades que encuentran los maestros rurales en lugares dispersos y violentos, estos expresan que prefieren tomar distancia de sus familias. El resultado de ello es que muchos docentes y directivos rurales viven aislados, situación que les genera sentimientos recurrentes de soledad, depresión y frustración.

Formación inicial

  • En términos de la formación inicial de docentes, las escuelas normales desempeñan un papel fundamental en la provisión de maestros para las zonas rurales más dispersas y de difícil acceso. La formación en estas instituciones se caracteriza por ser práctica. Sin embargo, se requiere mejorar la formación disciplinar que les provee a los docentes, así como el desarrollo y la diversificación de propuestas educativas innovadoras que se relacionen con las particularidades de los contextos rurales.
  • La formación inicial a través de programas de licenciatura se percibe demasiado teórica y alejada de los contextos rurales. Según los resultados del estudio, este tipo de formación requiere la incorporación de mayores espacios depráctica para los futuros docentes y más relacionados con las dinámicas de la educación rural

Este artículo hace parte del estudio ‘Docencia rural en Colombia: educar para la paz en medio del conflicto armado’ realizado por Fundación Compartir.

“La paz sin las mujeres no es posible”, la voz que suena desde el Bajo Atrato

A orillas del río Curvaradó, cuenca del gran río Atrato y frontera departamental entre Chocó y Antioquia, se encuentra el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación – ETCR Brisas en el municipio Carmen del Darién, Chocó. Es el bajo Atrato y llegar hasta este punto indica tan solo dos caminos. Uno fluvial por el río Atrato y otro por vía terrestre desde los municipios que conforman la subregión del Urabá Antioqueño.

Hasta ese punto llegaron más de 40 mujeres en proceso de reincoporación de los grupos armados FARC-EP y EPL, junto con mujeres líderes y representantes de otros municipios del Urabá y bajo Atrato. Las líderes del ETCR las esperaban con anhelo para dar inicio al ‘Encuentro de mujeres lideresas, excombatientes y reincorporadas a la vida civil de Urabá-bajo Atrato’ que marcaba en la agenda los días 7 y 8 de diciembre.

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Las sonrisas no se hicieron esperar. Hubo reencuentros, abrazos y estrechón de manos entre aquellas que apenas se conocían, sin saber que al final todas se unirían en un mismo abrazo y con promesas de volver a encontrarse.

Este es el primer encuentro de mujeres en el ETCR, y pese a que muchas son conocidas, vecinas e incluso compañeras del mismo grupo armado, también es la primera vez que comparten sus historias abiertamente. “Aquí estamos mujeres de diferentes etnias y culturas, pero todas somos una, porque unidas somos más”, dice Fanny Escobar, líder social del movimiento Las Mujeres del Plantón quien, junto con otras mujeres del Urabá, trabaja por los derechos de aquellas que fueron víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado.

Un espacio para sanar y decir lo que no se ha dicho. Así es como ellas se refieren al encuentro en el que ellas y sus historias, son protagonistas. –Este útero representa la vida-, dice Ángela Salazar señalando la figura que han construido con flores en el centro del quiosco del ETCR. Ella, es una de las auspiciadoras de este espacio, y para muchas, ha sido guía y compañía durante los años de la guerra y ahora, en los tiempos de paz.

Foto por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Dentro de aquel útero de flores cada una fue plasmando sus historias, dolores y tristezas que quedaron de un pasado que no olvidan. Otras, dejaron los sueños y anhelos del presente que hoy viven con más fuerza que antes.

Una vela encendida permaneció en el centro de aquella figura que les inspiraba la firmeza que las caracteriza. Y mientras todas se fundían en un único abrazo, Ángela decía: “El fuego ilumina el camino y es guía. No importa de qué orilla venimos, esta luz nos ilumina a todas en este presente. La luz es guía en el horizonte de la reconciliación”.

Ángela, defensora de Derechos Humanos y comisionada de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, hablaba de reconciliación entre ellas, mujeres que durante la guerra fueron enemigas y rivales; y que ahora, se unían para reconciliarse entre ellas, con su pasado, con el de todas.

La familia es lo que primero sale a flote. Claro, hay quienes tuvieron la aprobación de sus familias para enlistarse en un grupo armado, y están a quienes rechazaron por su decisión. Lo cierto es que ahora el concepto de familia ha cambiado para ellas; principalmente porque desde que dejaron las armas, unas se han reencontrado con sus hijos y otras, han empezado a vivir la maternidad.

Foto por: Melissa Jaimes Ochoa, oficial de información, Misión de Verificación de la ONU.

Establecer lazos de confianza ha sido lo principal de este encuentro, pues asistir a un espacio que les permita sentirse seguras de narrar lo que han vivido, ha sido igual de importante para ellas y para las instituciones que organizaron este espacio, y que hoy por hoy, lideran proyectos sociales dentro del ETCR. Por eso, durante el encuentro, las mujeres manifestaron su agradecimiento con Acción Cultural Popular – ACPO, la Misión de Verificación de la ONU, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización – ARN, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y el Instituto Kroc, por fomentar el primero de muchos encuentros que vendrán.

El encuentro también fue la oportunidad para realizar el Lanzamiento oficial del proyecto MIA: Mujer mestiza, indígena y afrodescendiente, financiado por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea y liderado por Acción Cultural Popular – ACPO, con el apoyo de la Diócesis de San Vicente del Caguán y la Registraduría Nacional del Estado Civil; el cual se desarrollará en los tres próximos años en zonas afectadas por el conflicto armado como el sur de Caquetá y el norte del Chocó en Colombia.

La noche, al igual que el día, tuvo su propio ritual, esta vez con velas encendidas en honor al 7 de diciembre. El teatro congregó a mujeres, hombres y niños que también quisieron encender su propia vela. Y a manera de catarsis, cada uno fue tomando la luz y con ella, la palabra. Aún quedaba mucho por decir.

Foto por: Melissa Jaimes Ochoa, oficial de información, Misión de Verificación de la ONU.

Además de compartir sus historias, las protagonistas de este encuentro también alzaron su voz sobre las condiciones que hoy viven y las necesidades que tienen. Pese a que ya no viven en la insurgencia, hoy cargan con la estigmatización social y el rechazo de distintos sectores sociales. Por eso, coinciden en que quieren pasar de la clandestinidad a una libre participación. Sueñan con crear colectivos de mujer y género, como los ya conformados; con ser parte de sus respectivas Juntas de Acción Comunal; y, sobre todo, con incidir en los planes de desarrollo del país, pues están seguras de que “la paz sin las mujeres no es posible”.

Además de contar y sanar, cuidar era otro de los pilares de este encuentro. “No nos han enseñado a cuidarnos”, decía Noelia Paz, líder de la Asociación de Mujeres de la cuenca del río Jiguamiandó. Y todas coincidieron con ella, y en la importancia de tejer de redes de apoyo que les permita sacar adelante sus proyectos de vida.

El encuentro cerró al mejor estilo y cumpliendo un sueño, el de Yurysara, líder del ETCR y excombatiente de las FARC, quien quería construir un vivero para la comunidad. Hoy, Selvita es un hecho, el vivero del ETCR Brisas, el vivero de todos.

Foto por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

En este primer encuentro asistieron cerca de 40 mujeres desde Mutatá, Dabeiba, Apartadó, Riosucio y Jiguamiandó. Pudieron haber sido más, pero el miedo y la inseguridad que enfrentan muchas de ellas, las hace vulnerables y, sobre todo, limita su participación en espacios en los que ellas son las auténticas protagonistas.

Agradecemos a las mujeres lideresas, excombatientes y reincorporadas a la vida civil de Urabá-bajo Atrato por abrirnos las puertas del ETCR Brisas; pero, sobre todo, por permitirnos conocer lo profundo de sus vidas a través de sus historias. Este artículo fue posible gracias a ellas.

Por: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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