Florencia, Caquetá. Con el objetivo de mejorar la genética de hatos bovinos de leche y doble propósito incluidos en la cuenca lechera del país, conformada por los departamentos de Atlántico, Bolívar, Caquetá, Córdoba, Casanare, Meta y Tolima, a través del uso de la biotecnología, La Corporación colombiana de investigación agropecuaria – AGROSAVIA, con recursos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en el marco del proyecto “Conpes Lácteo» entregó 1.400 preñeces con 45 días de gestación a pequeños productores, mediante la técnica de transferencia de embriones, una técnica que busca multiplicar la mejor genética para la producción de leche y adaptabilidad al medio ambiente de vacas de alto valor genético, pertenecientes a ganaderías especializadas y destacadas en el país, con renombre nacional e internacional. Esta actividad se adelantó en alianza estratégica con In Vitro Colombia, compañía que presta servicios en el área de biotecnología reproductiva animal.
Para alcanzar este resultado tan ambicioso, se palparon 11.390 hembras, se seleccionaron 6.777 receptoras y se sincronizaron 6.172 hembras, dentro de las cuales se transfirieron 4.288 receptoras con embriones producidos por fertilización InVitro de los cruces Brahman, Gyr, Guzera y semen de toros Elites Holstein sexado a hembra. Las preñeces antes mencionadas, han sido certificadas y entregadas a 427 ganaderos en los siete departamentos antes mencionados. Todas estas actividades desarrolladas, demuestran el gran esfuerzo y compromiso por parte de AGROSAVIA e In Vitro Colombia, con los pequeños ganaderos intervenidos, siendo este propósito, el único en el país llevado a cabo en tan corto tiempo y realizado simultáneamente en siete departamentos, con un alto porcentaje de preñeces.
En el departamento del Caquetá se beneficiaron los municipios de Albania, San José del Fragua, Belén de los Andaquíes, Florencia, Morelia, San Vicente del Caguán y la Montañita, donde se palparon 1.851 hembras, seleccionándose 1.713 receptoras, se sincronizaron 1.652 y transfirieron 1.190 embriones. De este trabajo se entregaron 389 preñeces con 45 días de gestación para un porcentaje del 33 % de preñez. Fruto de este trabajo se beneficiaron 77 ganaderos de la región, con un promedio de preñez por productor de cinco. Así las cosas, el departamento del Caquetá, genero el 27 % de las preñeces totales obtenidas en el país.
La biotecnología de transferencia de embriones ha revolucionado la industria ganadera al permitir la reproducción de animales con características genéticas superiores a una escala mucho mayor que la reproducción natural. Esta técnica, es especialmente útil, cuando se identifican animales con características genéticas sobresalientes, que se desean propagar en una escala mayor, acelerando así, el mejoramiento genético en el ganado bovino. Además, también permite preservar y propagar genes de animales de alto valor, que ya no están en edad reproductiva.
AGROSAVIA, pone al servicio de los pequeños productores colombianos instrumentos de alta tecnología, como la transferencia de embriones, una herramienta poderosa para acelerar el progreso genético en la industria ganadera al multiplicar las cualidades deseables de los animales selectos de alta productividad.
En verde región amazónica del municipio de Puerto Leguízamo, en el departamento del Putumayo, una historia de resiliencia y sostenibilidad se teje a través de los campos de arroz. La Asociación de Arroceros Arrotrefro, compuesta por quince valientes productores, se ha convertido en un pilar fundamental para el cultivo de arroz orgánico, variedades cristal y raizora. Estos agricultores, unidos por un propósito común, no solo han encontrado en el arroz una fuente de sustento, sino también una vía para la preservación de la rica biodiversidad amazónica.
Arrotrefro nació del deseo de estos productores, muchos de ellos víctimas del prolongado conflicto armado que azotó la región, de transformar sus vidas y las de sus comunidades a través de prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. En un rincón de la selva donde la tierra fértil es una promesa de vida y prosperidad, estos hombres y mujeres han decidido apostar por un futuro diferente, uno donde el respeto por la naturaleza y el bienestar colectivo sean los cimientos de su labor diaria.
La producción de arroz orgánico no solo ofrece a los consumidores un alimento más saludable, libre de químicos y cultivado con métodos naturales, sino que también representa una estrategia eficaz para la conservación de los ecosistemas locales. En cada grano de arroz cristal y raizora se encapsula un compromiso con la tierra y una dedicación a la sostenibilidad que va más allá de la simple cosecha. Los miembros de Arrotrefro trabajan en armonía, compartiendo conocimientos y experiencias, perfeccionando técnicas de cultivo que respeten el entorno y fomenten la biodiversidad.
El impacto de esta asociación trasciende los campos de arroz y se extiende a toda la comunidad. Arrotrefro no se conforma con el éxito económico; su verdadero logro radica en el bienestar integral de las personas. Generando oportunidades laborales y promoviendo el desarrollo social, estos agricultores han construido un tejido de solidaridad que beneficia a comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas y, sobre todo, a quienes han sufrido las secuelas del conflicto armado.
El arroz orgánico cristal y raizora producido por Arrotrefro es un ejemplo vivo de cómo la agricultura puede ser sostenible, rentable y beneficiosa tanto para el medio ambiente como para las personas. Cada saco de arroz que sale de Puerto Leguízamo lleva consigo la historia de un esfuerzo colectivo, de una lucha por la dignidad y de una esperanza renovada. En el corazón de la Amazonía, donde la naturaleza despliega su generosidad, los arroceros de Arrotrefro nos enseñan que otro mundo es posible, uno en el que el respeto por la vida y la búsqueda del bien común son los verdaderos frutos de la tierra.
En la IER Santa Fe del Caguán, estamos desarrollando un proyecto educativo los estudiantes de grado 10° y 11°, enfocado en el cultivo de plátano utilizando abono bocashi. Este proyecto nos permitirá adquirir conocimiento relacionado a: Aprender sobre la importancia de la agricultura sostenible, donde nosotros los estudiantes comprenderemos la importancia de utilizar prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente, como el uso de abonos orgánicos. Desarrollar habilidades prácticas de cultivo, aprenderemos sobre el proceso de siembra, cuidado y cosecha del plátano, así como sobre la elaboración y aplicación del abono bocashi. Fortalecer el trabajo en equipo y la responsabilidad, el trabajo en grupo en el cultivo del plátano, nos permitirá desarrollar habilidades de colaboración, comunicación y responsabilidad.
¿Qué es el Bocashi?
El Bocashi es un abono orgánico elaborado a partir de materiales orgánicos como estiércol, residuos vegetales, sisco, levadura, cal y melaza, fermentados con microorganismos beneficiosos. Este abono enriquece el suelo, mejora su estructura y proporciona nutrientes esenciales para el crecimiento óptimo de las plantas.
Beneficios del Bocashi en el Cultivo de Plátano
Mejora la fertilidad del suelo: El Bocashi aporta nitrógeno, fósforo, potasio y otros micronutrientes esenciales para el desarrollo del plátano.
Aumenta la retención de humedad: El abono orgánico mejora la capacidad del suelo para retener agua, lo que reduce la necesidad de riego y optimiza el uso de este recurso vital.
Promueve la actividad microbiana: Los microorganismos presentes en el Bocashi estimulan la vida en el suelo, favoreciendo la descomposición de la materia orgánica y la liberación de nutrientes.
Fortalece las plantas: Un suelo sano y rico en nutrientes produce plantas más vigorosas y resistentes a plagas y enfermedades.
Contribuye a la agricultura sostenible: El uso de Bocashi reduce la dependencia de fertilizantes químicos, minimizando el impacto ambiental y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles.
El cultivo de plátano con Bocashi es una experiencia educativa valiosa que nos permite a los estudiantes de la IER Santa Fe del Caguán comprender la importancia de la agricultura sostenible y el uso de alternativas amigables con el medio ambiente. Además, esta práctica nos brinda la oportunidad de trabajar en equipo, desarrollar habilidades agrícolas y apreciar el valor del trabajo manual. El consumo del plátano cultivado por nuestras propias manos será una fuente de satisfacción y orgullo, a demás se contribuirá a la producción de alimentos para nuestro consumo de una manera responsable y sostenible.
En una alianza que busca fortalecer las capacidades educativas de los pescadores del país, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, en cabeza de su director Jorge Eduardo Londoño Ulloa, y la directora de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, AUNAP, Karen Elena Mejía Piñerez, firmaron un Memorando de Entendimiento como punto de partida del plan de trabajo, donde se identificarán las acciones conjuntas a corto, mediano y largo plazo que permitan generar las diferentes capacitaciones que lleven educación formal a estas poblaciones propendiendo por el desarrollo económico del sector pesquero.
Según el más reciente estudio realizado en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, se estima que en Colombia la población pesquera que no lee ni escribe supera el 20%; con estas acciones no solo se fortalecen sus conocimientos, sino mejorarán los procesos de la cadena de valor de la pesca, implementando buenas prácticas pesqueras y de manufactura y así mejorando su calidad de vida y la de sus familias.
Para Karen Mejía Piñerez, directora nacional de la AUNAP, este acuerdo permite aunar esfuerzos para apoyar y posicionar el sector pesquero: “Capacitarlos en temas como la comercialización permite que ellos puedan evitar las intermediaciones, que es donde se quedan en gran parte, los recursos de los pescadores”.
Además, añadió: “La ley 2268 de 2022, nos indica que esta entidad debe elaborar programas de capacitación para las poblaciones pesqueras y acuícolas, es por eso que hoy queremos darles la posibilidad a los pescadores y comercializadores para que accedan a estos beneficios que fortalecerán el crecimiento del sector”.
De igual forma, la invitación a los pescadores que no se encuentran formalizados, es a que realicen este proceso y así una vez establecidos los lineamientos y metodología por parte de las entidades puedan acceder a estos beneficios educativos.
Para Jorge Eduardo Londoño, director general del SENA, este acuerdo inicial tiene mucha importancia porque permite al pescador acceder a programas de educación, claves para el desarrollo del sector: “Esta es una extensión del programa CampeSENA, la obligación de esta institución debe plasmarse en sectores como el que representa la AUNAP, para el desarrollo y consolidación del SENA como una institución casi que dirigida al campesino”.
Las dos entidades trabajarán conjuntamente para establecer la línea de trabajo y hoja de ruta para identificar y convocar a los pescadores y pescadoras del país, para que, una vez establecidos los espacios de capacitación, puedan acceder a estos programas de educación de manera gratuita.
La historia de los habitantes rurales en Colombia está íntimamente ligada a la producción agrícola, una actividad que ha moldeado su identidad y su papel en el desarrollo nacional. Desde tiempos remotos hasta la actualidad, el campo colombiano ha sido testigo de diversas bonanzas agrícolas, desde la producción de quina, algodón, tabaco y caucho en el siglo XIX, hasta la bonanza cafetera del siglo XX y los proyectos de palma africana en tiempos más recientes.
Sin embargo, esta historia también ha sido marcada por la tragedia y el conflicto. Eventos como la Masacre de las Bananeras en 1928 y décadas de desplazamiento forzado durante el conflicto armado interno han dejado una huella imborrable en la población rural colombiana. A pesar de las adversidades, los habitantes rurales han demostrado una resiliencia admirable, manteniendo vivas sus tradiciones y resistiendo en un contexto de violencia e inequidad.
Relevancia Cultural y Desafíos Actuales
El Día del Campesino no solo es una celebración de las tradiciones culturales de esta población, sino también un recordatorio de los desafíos que enfrentan en la actualidad. A pesar de su contribución vital a la sociedad, los campesinos colombianos continúan enfrentando obstáculos como el acceso limitado a servicios básicos y la falta de oportunidades económicas.
Según datos del Censo General de Población de 2018, el 22.9% de la población colombiana vive en zonas rurales. Sin embargo, el desplazamiento forzado ha afectado gravemente a estas áreas, con más de 5.2 millones de personas desplazadas desde 1997 hasta 2022, según la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional. A pesar de estos desafíos, los campesinos continúan siendo los guardianes de una herencia cultural invaluable, preservando conocimientos ancestrales sobre agricultura y sostenibilidad que son vitales para la seguridad alimentaria y la conservación del medio ambiente en Colombia.
Reconocimiento constitucional
El pasado 5 de julio de 2023, se aprobó el Acto Legislativo número 1 de 2023, por medio del cual se reconoce al campesinado como sujeto de especial protección constitucional. El Acto Legislativo reformó el artículo 64 de la Constitución Política, dicho artículo se limitaba a imponer al Estado la obligación de garantizar a los trabajadores agrarios el acceso a la tierra, los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social, recreación, crédito, comunicaciones, entre otros.
El nuevo artículo 64, reconoce de manera expresa al campesinado como sujeto de derechos y de especial protección, categoría que la Corte Constitucional ya había otorgado para ciertos supuestos, por ejemplo, en sentencia C-077-2017, la Corte consideró que “los campesinos y los trabajadores rurales son sujetos de especial protección constitucional en determinados escenarios. Lo anterior, atendiendo a las condiciones de vulnerabilidad y discriminación que los han afectado históricamente”.
El reconocimiento constitucional de los habitantes rurales colombianos como sujetos de derechos ha sido fundamental para garantizar la protección y promoción de sus intereses, necesidades y aspiraciones. Históricamente, los campesinos han desempeñado un papel crucial en la producción de alimentos, la conservación del medio ambiente y el mantenimiento de la identidad cultural en Colombia. Sin embargo, durante mucho tiempo, han enfrentado desafíos como la falta de acceso a tierras, recursos, servicios básicos y oportunidades de desarrollo.
Para asegurar el reconocimiento y protección de los derechos de los campesinos, es imperativo que las instituciones gubernamentales, tanto a nivel nacional como local, adopten políticas y medidas concretas que promuevan su bienestar y desarrollo integral. Algunas acciones clave incluyen:
1. Reforma agraria: Garantizando el acceso equitativo a la tierra y los recursos naturales para los habitantes rurales, mediante políticas de redistribución de tierras y regularización de la tenencia de la tierra.
2. Participación ciudadana: Promoviendo la participación activa y significativa de los campesinos en la toma de decisiones que afectan sus vidas, a través de mecanismos de participación ciudadana y espacios de diálogo y consulta.
3. Derechos laborales: Asegurando condiciones laborales dignas y seguras para los trabajadores del campo, incluyendo el acceso a seguridad social, salario justo y protección contra la explotación laboral.
4. Desarrollo rural integral: Implementando políticas y programas que fomenten la diversificación económica, la infraestructura básica, la educación y la salud en las comunidades rurales.
5. Reconocimiento cultural: Valorando y respetando las tradiciones, conocimientos y prácticas culturales de los campesinos, protegiendo y promoviendo su patrimonio cultural.
El reconocimiento institucional del campesino colombiano como sujeto de derechos implica un compromiso sólido por parte del Estado y la sociedad en su conjunto para garantizar la igualdad de oportunidades, la inclusión social y el respeto a la dignidad humana de quienes labran la tierra y contribuyen al desarrollo del país.
Educación y Desarrollo Rural: El Legado de la Fundación Acción Cultural Popular en la transformación del campo colombiano
En medio de estas dificultades, la Fundación Acción Cultural Popular (ACPO) ha desempeñado un papel fundamental en la educación y el desarrollo rural en Colombia. Fundada en 1947 por el sacerdote José Joaquín Salcedo, ACPO ha trabajado incansablemente para llevar educación y formación a las comunidades rurales a través de iniciativas como Radio Sutatenza y el Periódico El Campesino.co.
Uno de los programas emblemáticos de ACPO son las Escuelas Digitales Campesinas, las cuales representan un ejemplo destacado de cómo la tecnología puede ser utilizada para promover el desarrollo rural y mejorar las condiciones de vida de los habitantes rurales del país. A través de este programa, miles de personas en áreas remotas han tenido acceso a educación, formación en competencias digitales y herramientas para el desarrollo sostenible de sus comunidades. Hasta el 2024, más de 8 millones de habitantes rurales en Colombia y Latinoamérica han sido beneficiados por estas iniciativas.
El Día del Campesino es una ocasión para rendir homenaje a estos hombres y mujeres valientes que, a pesar de las adversidades, siguen cultivando la tierra y manteniendo vivas las tradiciones que enriquecen la identidad cultural de nuestro país. A medida que celebramos esta fecha, es importante no solo recordar su invaluable contribución, sino también trabajar juntos para enfrentar los desafíos que aún persisten en el campo colombiano. Además, programas como las Escuelas Digitales Campesinas de ACPO demuestran el poder transformador de la educación rural en el desarrollo sostenible de las comunidades agrícolas de Colombia.
La organización Acción Cultural Popular – ACPO, con una trayectoria de más de 76 años en el campo del desarrollo comunitario, la promoción y inclusión social de comunidades vulnerables en las zonas rurales del país, en articulación con El Secretariado Diocesano de Pastoral Social Cáritas Guaviare SDPS-CG, de la mano con el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, implementará un proyecto que tiene como objetivo fortalecer la comunicación comunitaria en los municipios de San José del Guaviare (Guaviare) y Puerto Leguízamo (Putumayo), con el fin de potenciar la incidencia política de las comunidades en el marco de los objetivos del Programa Global: Nuestra Amazonía, territorio de vida.
Respondiendo a la solicitud del Secretariado Diocesano de Pastoral Social – Cáritas Guaviare, ACPO se ha comprometido a ejecutar acciones que faciliten la vinculación y el relacionamiento de las comunidades con plataformas de radio y otros medios de comunicación comunitarios. Este enfoque permitirá una mayor participación y empoderamiento de las comunidades en la defensa de sus derechos y en la promoción del desarrollo sostenible en la región.
La visión de este proyecto se extiende a dos departamentos, Guaviare y Putumayo; una iniciativa que busca empoderar liderazgos sociales, construyendo, conjuntamente, las herramientas necesarias para plantear estrategias comunicativas y de construcción de redes, que promuevan la incidencia y participación política para la protección del medio ambiente y la transformación del territorio, en medio de los desafíos constantes que enfrentan la selva del país.
Es aquí dónde la comunicación se convierte en un mecanismo necesario para abordar las problemáticas que aquejan a nuestras comunidades. En un contexto de sobreexposición de información, la comunicación se vuelve una ruta indispensable. En consonancia con este principio, la misión de esta iniciativa es clara: establecer un entorno de formación, empleando la comunicación para el cambio social como herramienta primordial. Este espacio se concibe como un lugar para el crecimiento y la construcción de estrategias desde la diversidad de voces y saberes, fomentando así una participación activa y significativa de todos los líderes comunitarios involucrados.
Para alcanzar estos objetivos, se implementarán estrategias fundamentales, entre las que destacan la comunicación para el cambio social y el modelo pedagógico de la Educación Fundamental Integral – EFI. Estas herramientas y la experiencia de las organizaciones ejecutando proyectos de transformación territorial en el país permitirán abordar de manera integral los desafíos y oportunidades que enfrentan las comunidades en la Amazonía colombiana.
Colombia, como Estado miembro de las Naciones Unidas, firmó en 2015 la Agenda 2030 y con ello adquirió el compromiso de implementar acciones para el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con sus 169 metas y 231 indicadores, dentro de estos, el 2.1.2: prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave en la población.
En tal sentido, en un trabajo conjunto entre el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2022 se realizó por primera vez el estudio sobre el estado de la inseguridad alimentaria en los hogares de Colombia, cuyos resultados fueron incluidos en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV).
Esta medición, realizada a partir de la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés), arrojó que el para 2022 el 28,1 % de los hogares se clasificó en estado de inseguridad alimentaria moderada o grave, cifra que corresponde a 15,5 millones de personas. Asimismo, en la categoría de la inseguridad alimentaria grave, las cifras mostraron una incidencia nacional del 4,9 %, correspondiente a 2,6 millones de personas.
En el 2023, la encuesta de calidad de vida obtuvo información sobre la situación de inseguridad alimentaria en más de 86 mil hogares (que representan a alrededor de 240 mil personas); el próximo 24 de mayo se conocerán los nuevos resultados en el país, en cada uno de los departamentos y para hogares con diferentes características.
Sobre la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES)
Esta escala analiza la capacidad que tienen las personas para acceder a los alimentos. Permite identificar diferentes grados de inseguridad alimentaria (moderada o grave), a partir de las experiencias de los hogares relacionadas con la calidad, variedad y cantidad de los alimentos a los que acceden, a partir de sus ingresos o de otras estrategias como la producción para autoconsumo.
La encuesta FIES incluye 8 preguntas que buscan comprender las características en el acceso a alimentos en los últimos 12 meses, considerando si en este periodo ha habido algún momento en que, por falta de dinero u otros recursos, los hogares:
1. Se han preocupado por no tener suficientes alimentos para comer
2. No han podido comer alimentos sanos o nutritivos
3. Han comido poca variedad de alimentos
4. Han tenido que saltarse una comida
5. Han comido menos de lo que pensaban que debían comer
6. En su hogar se han quedado sin alimentos
7. Han sentido hambre y no han logrado comer
8. Han dejado de comer durante todo un día
La escala FIES ha servido a las Naciones Unidas para evaluar los avances en el logro de una de las principales metas de los ODS: hambre cero. Es así como esta escala facilita la verificación del cumplimiento de la meta 2.1: “Para 2030, poner fin al hambre y garantizar el acceso de todas las personas, en particular lo pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a alimentos sanos, nutritivos y suficientes durante todo el año; la cual hace parte del ODS 2 “Hambre Cero”.
La Escala FIES es el instrumento reconocido y avalado mundialmente para evaluar la prevalencia de inseguridad alimentaria en los hogares y personas.
24 de mayo de 2024, presentación de resultados del estado de la seguridad alimentaria en Colombia
El estudio presentará además las prevalencias de inseguridad alimentaria en los 32 departamentos y Bogotá, e incluirá información según características de los hogares (sexo del jefe del hogar, reconocimiento étnico, nivel educativo, estatus migratorio, entre otras). Información con la que se espera avanzar en la implementación de políticas públicas y la focalización de los grupos poblacionales más vulnerables.
El evento, abierto al público en general, se llevará a cabo el próximo 24 de mayo de 2024 a las 8:30 a.m., en el auditorio Carlos Lleras del DANE, sede central (Centro Administrativo Nacional – CAN). Durante el encuentro participarán especialistas en seguridad alimentaria, así como representantes de instituciones gubernamentales, relacionadas con el análisis y la formulación de políticas públicas sobre la materia.
Detalles del evento Fecha: 24 de mayo de 2024
Hora de ingreso: 8.30 a.m.
Lugar: Auditorio Carlos Lleras, DANE sede central CAN, carrera 59 #26-70
Porque los saberes ancestrales y tradicionales liderados por campesinos(as) en el territorio nacional tienen mucho que aportar a la construcción de políticas públicas es que se darán cita del 14 al 17 de mayo en Restrepo, Meta los representantes de 41 Escuelas de Promotorías Campesinas y Étnicas con el propósito de participar en un intercambio de experiencias territoriales.
En el encuentro, que se llevará a cabo en el Centro Agroecológico La Cosmopolitana, a través de un diálogo abierto de saberes y experiencias se conocerán metodologías participativas agroecológicas que se han desarrollado en diversas regiones de Colombia; así mismo, los participantes contribuirán a identificar las potencialidades y las limitantes que han detectado en el desarrollo de las promotorías agroecológicas. El evento es promovido por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MinAgricultura) con la cooperación técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este intercambio de experiencias busca crear un espacio de diálogo donde se presenten experiencias exitosas en la transición, consolidación e implementación de la agroecología en el país.
Las escuelas campesinas y de promotoría de base agroecológica representan una importante iniciativa de educación rural a nivel nacional, permitiendo a los agricultores adquirir capacidades para una producción agropecuaria sustentable, la conservación del medio ambiente, la preservación de la cultura rural y el fortalecimiento de iniciativas locales de organización. Estas escuelas son fundamentales en el impulso de procesos de producción agroecológica y desarrollo rural sostenible en el país, utilizando la educación agroecológica como principal herramienta de transformación.
El de Restrepo se consolida como el tercer encuentro que se ha realizado con líderes de la agroecología, el primero, que se llevó a cabo en agosto de 2023, tuvo como tema central los Sistemas Participativos de Garantía y el segundo, que se llevó a cabo en septiembre 2023, estuvo enfocado en la Extensión para la Transición Agroecológica.
Se espera que los resultados de este tercer encuentro contribuyan a la construcción de la política pública nacional de agroecología incluyente y participativa; así como al Programa Agroecológico Nacional (PAN). El encuentro facilitará la recopilación de información sobre cómo fortalecer las escuelas y promotorías campesinas agroecológica.
La agroecología es un enfoque, sobre el cual MinAgricultura y la FAO han unido esfuerzos a través del convenio Fortalecimiento de políticas en comercialización y generación de ingresos de la agricultura familiar dentro del cual se adelanta la estrategia de transición agroecológica del campo colombiano con enfoque de género.
En un ecosistema de más de 26 kilómetros cuadrados de serranía en Puerto Castro del municipio de San Martín, se realizó la travesía por la libertad, donde 183 ejemplares de fauna silvestre procedentes de la ciudad de Bogotá y algunos rehabilitados en el Bioparque Los Ocarros, regresaron nuevamente a la naturaleza.
Los animales puestos en libertad fueron: sapos de la caña, ranita listada, rana platanera, falso camaleón marmoleado, boas, cachirres, lobos polleros, morrocoyes, tortugas mata mata, iguanas, tortugas estuche, charapas de diferentes tipos, catitas aliazules, en cuanto la liberación blanda, pericos bronceados, loras amazónicas, cotorras carisucias, perdiz común, canarios, atrapa moscas, tortola pechi lisa, garza pico de bota, pisingo, lapa y zarigüeyas comunes.
Este lugar se destaca por espacios naturales como sabanas, moriches, caños, corredores ecológicos, fauna y flora silvestre, así como una majestuosa laguna, que fue reforestada y recuperada a través de la estrategia ‘Meta Verde’ de la Corporación, y que hoy es refugio de cientos de animales de la zona.
Un gran porcentaje de estos animales fueron incautados y recepcionados en la capital del país por la secretaría de Ambiente de Bogotá, posteriormente, en un trabajo articulado con Cormacarena y el Bioparque Los Ocarros, se estableció un hábitat natural ideal para que pudieran regresar a la naturaleza, un lugar donde nunca debieron salir.
La preservación de la fauna y flora en Colombia es un compromiso vital para conservar la rica biodiversidad de este país. Con una gran variedad de ecosistemas que van desde la selva amazónica hasta los páramos andinos, Colombia alberga una diversidad única de especies vegetales y animales, muchas de las cuales son endémicas y se encuentran en peligro de extinción.
Para proteger este invaluable patrimonio natural, se han implementado diversas medidas, incluyendo la creación de áreas protegidas, la promoción de prácticas sostenibles de uso de la tierra, y la aplicación de leyes y regulaciones ambientales. Sin embargo, los desafíos persisten debido a la deforestación, la pérdida de hábitat, la caza furtiva y el cambio climático. Es fundamental que el gobierno, las comunidades locales, las organizaciones ambientales y la sociedad en su conjunto trabajen de manera coordinada para garantizar la conservación a largo plazo de la fauna y flora colombiana, protegiendo así la riqueza natural del país para las generaciones futuras.
En un evento celebrado en San Pablo, Nariño, el Gobierno nacional anunció su decisión de decretar la reglamentación de los Territorios Campesinos Agroalimentarios (TECAM), una medida que ha sido recibida con entusiasmo por parte de las organizaciones campesinas del país, quienes la consideran una victoria en sus largas luchas por el reconocimiento y la protección de los derechos del campesinado colombiano.
El anuncio oficial fue realizado en presencia del presidente Gustavo Petro, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, y varios líderes y lideresas campesinas. Los TECAM, explicaron las organizaciones campesinas, son una forma de organización territorial basada en el reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos, en la promoción de una vida digna y en la defensa de la soberanía popular.
Según el Coordinador Nacional Agrario (CNA), esta iniciativa es fundamental para la apuesta por la Reforma Agraria, Integral y Popular. En la actualidad, el CNA cuenta con ocho TECAM declarados, abarcando más de 500 mil hectáreas en todo el país.
¿Qué son los TECAM?
El CNA explicó que los TECAM son territorios habitados por mujeres y hombres trabajadoras y conocedoras de la tierra que organizan y ordenan sus territorios en función de sus necesidades colectivas.
Además, afirman que estos territorios campesinos agroalimentarios tienen como objetivo mejorar la calidad de vida, asegurar la inclusión social y la efectividad de los derechos sociales, políticos, económicos y culturales de las comunidades. Son, además, parte de la propuesta fundamental para el cuidado y respeto de la naturaleza.
En 2016 los TECAM fueron iniciados por el campesinado de 17 municipios, 14 en Nariño y tres en el departamento del Cauca. Sin embargo, dichas iniciativas han crecido a más regiones en todo el país.
El objetivo principal de los TECAM es mejorar la calidad de vida de las comunidades campesinas, asegurando la inclusión social y la efectividad de sus derechos sociales, políticos, económicos y culturales. Estos territorios también son parte fundamental de la propuesta para el cuidado y respeto del medio ambiente y la naturaleza.
El evento también fue una oportunidad para recordar a los líderes campesinos caídos en la lucha por la reforma agraria y los territorios campesinos agroalimentarios, como Josué Castellanos, asesinado recientemente en Arauca. Sus sacrificios y los de muchos otros líderes y lideresas campesinas son un recordatorio de la importancia y la urgencia de avanzar en la construcción de un país más justo y equitativo para todos los colombianos. El camino hacia la reforma agraria y la protección de los derechos del campesinado colombiano aún es largo, pero eventos como este nos recuerdan que la lucha continúa.