Reconociendo la importancia de las escuelas y el rol fundamental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la construcción de paz con la naturaleza, diversas organizaciones de la sociedad civil, en colaboración con entidades gubernamentales, han organizado seis Cumbres Territoriales de Paz con la Naturaleza. Estas cumbres se celebrarán en el marco de la COP16 de Biodiversidad que este año tendrá lugar en la ciudad de Cali.
El objetivo principal de estas cumbres es fomentar las ciudadanías ambientales mediante el diálogo escolar, comunitario e institucional, centrado en el cuidado de la vida. Además, buscan fortalecer las redes interculturales e intergeneracionales de educación para la paz.
Organizaciones como Educapaz, el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ) y Amazon Conservation Team (ACT) han unido esfuerzos con instituciones y organizaciones sociales locales para desarrollar estas cumbres. El enfoque está puesto en las escuelas y comunidades que habitan ecosistemas estratégicos para Colombia y el planeta. Asimismo, cuentan con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Parques Nacionales Naturales de Colombia.
¿Por qué hablar de paz con la naturaleza en las escuelas?
El extractivismo, la deforestación, la contaminación y la degradación ambiental, junto con la violencia hacia defensores ambientales y los efectos del conflicto armado, desafían a las escuelas como espacios clave para el encuentro, el debate y la construcción de acuerdos para la protección de la vida.
A través de iniciativas como los semilleros escolares de paz con la naturaleza y otras experiencias educativas centradas en el cuidado del territorio, niños, niñas, adolescentes y jóvenes han desarrollado propuestas que destacan la conexión socioemocional con sus entornos, el ejercicio de ciudadanías ambientales, la implementación de prácticas restaurativas y el diálogo entre saberes tradicionales y conocimientos científicos.
Notas de interes:
De cara a la COP16: las cumbres como espacio de reflexión y acción.
Las Cumbres Territoriales de Paz con la Naturaleza son el resultado de círculos pedagógicos desarrollados por Educapaz y Parques Nacionales Naturales de Colombia en 67 escuelas situadas en 9 áreas protegidas del país, así como de otras experiencias comunitarias en la Amazonía y la Sierra Nevada de Santa Marta. Estos procesos se han consolidado como herramientas para visibilizar las iniciativas de los jóvenes frente a los desafíos socioambientales contemporáneos, especialmente en el contexto de la COP16.
Durante el evento en Cali, las cumbres se desarrollarán en la Zona Verde bajo el lema «Escuelas, niñeces y juventudes para la construcción de paz con la naturaleza», un espacio diseñado para fomentar la participación ciudadana, el diálogo intercultural y la creación de redes de jóvenes en torno a la educación ambiental y la paz.
Las cumbres se centrarán en siete temáticas clave:
Niñas y niños cuidadores de la biodiversidad.
Juventudes, ciudadanías ambientales y paz con la naturaleza.
Prácticas restaurativas y conocimientos ancestrales para la paz con la naturaleza.
Diálogo entre la escuela y otras formas de educación para el cuidado del territorio.
Transformaciones territoriales desde la escuela: ciudadanías ambientales para la paz.
El rol de las mujeres en la educación y gestión comunitaria de la biodiversidad.
Sistemas de conocimientos tradicionales y científicos en la toma de decisiones ambientales.
Cronograma de las Cumbres Territoriales de Paz con la Naturaleza
La Julia, Uribe (Meta): 13 y 14 de septiembre
Santa Marta (Magdalena): 20 y 21 de septiembre
Mocoa (Putumayo): 27 y 28 de septiembre
Leticia (Amazonas): 1 y 2 de octubre
Cali (COP16, Zona Verde): 29 de octubre
Estas cumbres no solo son un espacio de reflexión, sino una acción concreta hacia la construcción de paz con la naturaleza, integrando a las nuevas generaciones en la defensa de nuestro planeta y su biodiversidad.
Desde el inicio del paro camionero el 30 de agosto, las interrupciones en las principales carreteras han causado un incremento preocupante en los precios de los alimentos. Esta situación afecta gravemente a las ciudades más dependientes del transporte terrestre, como Bogotá y Medellín, donde los aumentos alcanzan hasta el 60% sobre todo en verduras y frutas. Los bloqueos impiden la llegada de mercancías, lo que genera escasez y presiona al alza los costos para los consumidores.
La Personería de Bogotá alertó una posible afectación a la seguridad alimentaria por los bloqueos, dado que el precio de las frutas habría repuntado entre 11 % y 60 %, mientras que el de las verduras ha subido entre 40 % y un 60 %.
Afectaciones alimentarias debido al paro camionero
Así mismo, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) ha expresado su preocupación por el impacto del paro camionero en la economía rural y urbana. Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, advirtió sobre las consecuencias que los bloqueos traerán para el abastecimiento de alimentos en ciudades clave como Bogotá. Según Bedoya, departamentos como el Meta, grandes productores de arroz y cerdo, se ven especialmente afectados, ya que gran parte de su producción está destinada a la capital.
El impacto del paro no solo se siente en el mercado local. El sector bananero también está en crisis, con 220.000 cajas de guineo están paralizadas en Santa Marta, así como 160 toneladas de aguacate hass que no pudieron llegar a su destino. Estas pérdidas generan repercusiones económicas significativas, con productores que enfrentan el riesgo de que sus productos sean rechazados en los mercados internacionales.
Por su parte, Fenavi, la Federación Nacional de Avicultores, ha reportado un impacto severo en el sector avícola. Según su presidente, Gonzalo Moreno, más de 17 millones de aves están en riesgo debido a la falta de alimentos, lo que podría llevar a una crisis en la producción de pollo y huevos, productos esenciales en la dieta de los colombianos.
Aumento en el precio de los alimentos en varias ciudades del país (infobae).
Las ciudades más afectadas, como Bogotá, han registrado aumentos en los precios de alimentos básicos que oscilan entre el 10% y el 30%. En Medellín, Barranquilla y Cali, se han reportado incrementos similares, lo que refleja el alcance nacional del problema. Las asociaciones gremiales han advertido que, de continuar los bloqueos, la situación podría agravarse, afectando no solo la disponibilidad de productos, sino también la estabilidad económica de miles de pequeños productores y comerciantes.
Bogotá: se han registrado aumentos en los precios de alimentos básicos que oscilan entre el 10% y el 30%, dependiendo del tipo de producto.
Barranquilla: aunque los aumentos han sido menores comparados con otras ciudades, se han reportado incrementos en torno al 10% a 20% en alimentos.
Bucaramanga: los aumentos en Bucaramanga también han sido significativos con un rango del 10% al 20%.
Medellín: los precios de algunos alimentos básicos, como verduras y frutas han subido alrededor del 15% al 25%.
Cali: los precios en Cali han mostrado incrementos que pueden llegar al 20% en ciertos productos alimenticios.
La situación derivada del paro camionero en Colombia continúa siendo crítica y las alertas sobre la seguridad alimentaria crecen. Mientras los gremios hacen un llamado al diálogo para desbloquear las vías y garantizar el abastecimiento de productos, millones de consumidores enfrentan un aumento en los precios que golpea duramente su capacidad adquisitiva. La resolución de este conflicto será fundamental para evitar un descalabro económico y social mayor en el país.
La última publicación del informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2024 (SOFI por sus siglas en inglés) lanzado en julio pasado en el marco de la reunión del G20 en Río de Janeiro nos ofrece una visión detallada de los avances y retrocesos en la lucha contra el hambre. A nivel global, aunque hemos logrado algunos progresos, persisten desigualdades significativas: mientras África sigue siendo la región más afectada, América Latina muestra señales positivas de recuperación, reflejando el impacto de los esfuerzos concertados para mejorar la seguridad alimentaria en la región.
El camino no ha sido fácil. Tras la pandemia de COVID-19, nuestra región fue una de las más afectadas por el hambre, alcanzado en 2021 a su punto más alto de 6,9% de la población afectada, mientras que un 40,6% enfrentó inseguridad alimentaria moderada o severa. Durante varios años, observamos como los avances logrados a inicios de los 2000 fueron retrocediendo rápidamente.
Sin embargo, en los últimos dos años se ha registrado una disminución en los niveles de hambre, con una tasa del 6,2% de la población, lo que representa una disminución de 4,3 millones de personas, principalmente impulsada por América del Sur.
Inversiones en programas de protección social en varios países de la región han sido fundamentales para impulsar esta recuperación. A través de los sistemas sociales se ha podido responder rápidamente y dirigir recursos financieros disponibles de manera más efectiva hacia las poblaciones con mayor vulnerabilidad.
A pesar de los progresos de la región, las subregiones del Caribe y América Central siguen registrando desafíos en el aumento del hambre. No podemos permitirnos retroceder. Es fundamental que profundicemos en el análisis de las visiones y estrategias que han mostrado resultados positivos para continuar avanzando en este camino.
A seis meses de la Conferencia Regional de la FAO en Georgetown, Guyana, nos comprometemos a dar respuestas tangibles a las prioridades establecidas para los países para transformar los sistemas agroalimentarios y lograr una Mejor Producción, una Mejor Nutrición, un Mejor Medioambiente y una Vida Mejor.
Desde la FAO, hemos iniciado un proceso de reflexión de alto nivel junto a los gobiernos para compartir experiencias de políticas públicas orientadas a garantizar la seguridad alimentaria y nutricional.
Nuestra región, al igual que el resto del mundo, debe estar preparada para enfrentar riesgos crecientes como el cambio climático, conflictos, crisis económicas, entre otros desafíos
América Latina y el Caribe ha demostrado que, con políticas adecuadas podemos avanzar y ofrecer respuestas concretas y sostenibles. Solo con un compromiso firme podremos poner fin al hambre y a la malnutrición. Sin dejar a nadie atrás.
Los ministros de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino; de Justicia y del Derecho, Ángela María Buitrago; y del Interior, Juan Fernando Cristo, radicaron ante el Congreso de la República el proyecto de Ley Ordinaria que reglamenta la Jurisdicción Agraria y Rural en Colombia.
Esta iniciativa que propone fortalecer la paz y la justicia en las zonas rurales de Colombia, busca la creación de mecanismos judiciales especializados para abordar conflictos agrarios, un paso crucial en la construcción de un país más equitativo y reconciliado.
De qué trata el Proyecto de Jurisdicción Agraria y Rural.
La propuesta de Jurisdicción Agraria y Rural, presentada por el Ejecutivo, busca resolver de manera efectiva y ágil los conflictos relacionados con la posesión y tenencia de tierras, servidumbres agrarias, deslinde y amojonamiento de predios, así como disputas surgidas en las actividades de producción agraria. De acuerdo con el proyecto, esta nueva jurisdicción contará con jueces especializados que tendrán competencias claras y procedimientos rápidos, diseñados para garantizar el acceso a la justicia de las comunidades rurales, históricamente marginadas.
«Esta es la apuesta más profunda por la paz», afirmó la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino. «Con reglas claras, procedimientos transparentes y jueces independientes elegidos por mérito, lograremos brindar seguridad a propietarios, ocupantes y poseedores de tierras en el campo, contribuyendo así a una mayor estabilidad y confianza en el sistema de justicia.»
Así mismo, recordó la ministra Justicia, Angela María Buitrago. “Para mí no solamente es un deber con la justicia haber coadyuvado este proceso, sino una necesidad de hacer cierto algo que históricamente ha sido negado dentro del Estado colombiano y es importante cumplirle al campo y cumplirle al campo es cumplirle a la vida. Esto es justicia social porque debemos entender que aquí existe el derecho a semilla y a la tierra. Con esta ley se rompe la tradición de discriminación y de desigualdad”.
El proyecto también ha sido respaldado por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien destacó la importancia de esta jurisdicción especializada para la reconciliación en las regiones. Según Cristo, este sistema permitirá abordar de manera más efectiva los conflictos agrarios, que durante décadas han sido un factor determinante en la violencia y la falta de desarrollo en el campo colombiano.
Un avance hacia un futuro transformador para el campo.
La Jurisdicción Agraria y Rural se vislumbra como una herramienta clave para transformar las zonas rurales, donde los conflictos por la tierra han sido un obstáculo constante para el desarrollo y la paz. Este proyecto de ley es una muestra del compromiso del Gobierno con la justicia social y la construcción de un futuro más próspero para las comunidades campesinas. Con su implementación, se espera no solo resolver disputas de manera eficiente, sino también contribuir al cierre de las brechas históricas que han afectado a las poblaciones rurales en Colombia.
Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Desde La Ceja, Antioquia, Colombia sigue marcando hitos en la exportación de cannabis. Recientemente, el país logró la admisibilidad de 180 plántulas de Cannabis sativa en la República de Macedonia del Norte, sumándose a los 12 países que ya han autorizado la importación de este producto colombiano. Este avance resalta la capacidad del país para cumplir con los exigentes requisitos fitosanitarios internacionales y proyecta a Colombia como un líder global en la industria.
Rol clave del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ha sido un actor clave en este proceso. Desde el Aeropuerto Internacional José María Córdova, el ICA certificó el cumplimiento de los requisitos fitosanitarios exigidos por Macedonia del Norte, permitiendo el envío del material vegetal in-vitro. Esta exportación se realizó bajo la estricta supervisión de las Resoluciones ICA 3168 de 2015 y 539 de 2022, que regulan el manejo y la exportación de productos de cannabis en Colombia.
Juan Fernando Roa Ortiz, gerente general del ICA, destacó la importancia de este logro para el país: «Con el ICA más cerca de las empresas que manejan este producto, trabajamos para el crecimiento del sector de cannabis y su impacto económico a nivel nacional. Esta industria genera divisas, empleo y bienestar en el campo».
Richmond Seeds S.A.S, la empresa encargada de la exportación, ha estado trabajando durante seis años en la producción y proyección del cannabis medicinal en La Ceja, Antioquia. Felipe Rojas, gerente de la empresa, subrayó el apoyo del ICA y otros entes gubernamentales para alcanzar este hito: «El respaldo del ICA y de los ministerios de Justicia y Comercio ha sido crucial para lograr esta exportación y continuar ampliando nuestras operaciones a nivel internacional».
Impacto y perspectivas para el futuro del cannabis colombiano.
Colombia sigue ampliando sus horizontes en el mercado internacional de cannabis medicinal, con Antioquia a la vanguardia. Esta nueva exportación no solo fortalece la presencia del país en la industria, sino que también abre nuevas oportunidades para productos agrícolas no tradicionales de alta calidad. Con el respaldo de instituciones como el ICA, el país continúa posicionándose como un líder en la exportación de cannabis medicinal, impulsando el desarrollo rural y la economía nacional.
Colombia cuenta con requisitos fitosanitarios para exportar material vegetal de propagación de cannabis a países de la Unión Europea, Costa Rica, entre otros y semilla sexual a Argentina, Canadá, España, Estados Unidos, Inglaterra, Lesoto, Perú, Uruguay, Suiza y Tailandia.
En una reciente entrevista con el periódico Elcampesino.co, Juan Daniel Oviedo, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y actual concejal de Bogotá por el movimiento Con Toda Por Bogotá, abordó uno de los temas más cruciales para el desarrollo del país: la calidad de vida de los campesinos y su autorreconocimiento. Con la experiencia que le otorga haber dirigido la entidad estadística más importante de Colombia, Oviedo ofreció una visión profunda y documentada sobre la situación del campesinado, destacando las cifras de la reciente Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) y subrayando la importancia de reconocer a los campesinos como sujetos de derechos fundamentales.
Oviedo, conocido por su rigor técnico y enfoque analítico, subrayó la importancia de visibilizar las realidades del campo colombiano. En entrevista, destacó: «El reconocimiento del campesinado como sujeto afirmativo de derecho es un avance significativo para proteger sus intereses y bienestar. Este reconocimiento busca garantizar que sus voces sean escuchadas en el ámbito legislativo y social. La cuantificación del autorreconocimiento es esencial para definir con precisión qué significa ser campesino y así asegurarlo como sujeto constitucional de derechos”. Por tanto, los datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) no solo reflejan la situación actual de los campesinos, sino que también subrayan la urgencia de implementar políticas que aseguren su bienestar y su pleno reconocimiento como actor clave en el desarrollo rural sostenible del país
La importancia de la calidad de vida de los campesinos en Colombia.
En 2023, la UNESCO otorgó al campesinado colombiano el estatus de sujeto de derecho constitucional, consolidando un avance significativo en el reconocimiento de sus prerrogativas. Este estatus no solo enaltece su papel en la economía y cultura nacional, sino que también refuerza su derecho a la protección estatal. La calidad de vida de los campesinos adquiere un nuevo valor en este escenario, al ser ellos los garantes de la seguridad alimentaria y la preservación del patrimonio rural. No obstante, persisten barreras importantes, especialmente en cuanto al acceso a servicios esenciales y condiciones de vida dignas.
«Hablar de calidad de vida en el campo es hablar de la sostenibilidad de nuestra sociedad. Los campesinos son quienes proveen la seguridad alimentaria del país, pero paradójicamente, son uno de los grupos con más altos índices percepción de pobreza y menor acceso a servicios básicos,» señaló Oviedo.
El reto de mejorar la calidad de vida de los campesinos implica una transformación integral en las políticas públicas, donde el Estado debe cumplir un rol activo en la protección y promoción de sus derechos. «El campesino debe ser considerado un sujeto de derechos, tal como lo establece el marco normativo en Colombia y como se declaró en la UNESCO. Esto implica que no solo se les garantice acceso a salud, educación, empleo digno y conectividad, sino que se les dé un papel central en las decisiones para contribuir en sus territorios y modos de vida,» añadió Oviedo.
Encuesta Nacional de Calidad de Vida: un vistazo a las condiciones actuales.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE reflejan tanto avances como desafíos para la población campesina en Colombia. Entre los hallazgos se destaca un incremento del 1,86 % en el número de personas que se identifican como campesinas en comparación con el año anterior. Los departamentos con mayores porcentajes de población campesina son Vichada (67,6 %), Nariño (63,3 %) y Chocó (62,7 %).
En este contexto, Oviedo comentó: “Este incremento muestra que, cuando las políticas públicas se hacen explícitas, la expectativa de reconocimiento hace mucho más efectivo la identidad del campesino. En la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (2023) después de que la UNESCO declarara al campesino como sujeto de derechos, se evidenció un crecimiento de autorreconocimiento por parte de diferentes comunidades, campesinos indígenas, negros, generando una mayor visibilidad de las mismas”.
Sin embargo, estas cifras esconden realidades complejas. La percepción de pobreza entre la población campesina alcanzó un preocupante 69,7 % a nivel nacional, siendo más pronunciada en departamentos como Vichada (92,1 %), La Guajira (92,0 %) y Chocó (89,1 %). «Estas cifras nos muestran la realidad. No podemos hablar de desarrollo rural sin abordar de manera estructural la pobreza y el autorreconocimiento social que enfrentan nuestros campesinos,» explicó Oviedo durante la entrevista.”
Los desafíos del mercado laboral en las zonas rurales.
Además, la encuesta revela una marcada brecha de género en el mercado laboral campesino. Mientras que la tasa de desempleo para los hombres es del 6,8 %, para las mujeres alcanza el 13,1 %, lo que representa una diferencia de 6,3 puntos porcentuales. Este dato evidencia la necesidad de políticas diferenciadas que aborden las desigualdades de género en el campo, un tema que Oviedo destacó como prioritario:
«Para mitigar estas brechas, es esencial superar los estereotipos estructurales. En Colombia, dos terceras partes de la población adulta considera que las mujeres son más aptas para las tareas domésticas que los hombres. Esto contribuye a la desescolarización temprana de las niñas campesinas, quienes a menudo se ven obligadas a abandonar la educación para ayudar en el hogar y en la producción agrícola.”
El reto del envejecimiento de la mano de obra rural y la educación campesina.
Así mimo, una de las preocupaciones en Colombia, es el envejecimiento de la mano de obra en el sector agropecuario colombiano, un fenómeno que ha generado incertidumbre entre expertos y líderes rurales, ya que afecta la competitividad del sector y limita las posibilidades de innovación en la producción agrícola. La falta de relevo generacional se relaciona directamente con la falta de oportunidades educativas para los jóvenes en zonas rurales. En este contexto, garantizar una educación adecuada y accesible en las áreas rurales se convierte en una medida esencial para detener este envejecimiento y fomentar el desarrollo sostenible del campo colombiano. Como se ha expresado:
«El envejecimiento de la mano de obra rural en Colombia y la desescolarización de las niñas campesinas están afectando de manera crítica la competitividad del sector agropecuario. La falta de acceso a oportunidades educativas en las zonas rurales no solo perpetúa la alta tasa de desempleo entre las mujeres campesinas, sino que también refuerza las desigualdades de género que limitan su autonomía económica. Es urgente implementar una educación pertinente que desafíe las normas sociales y estereotipos de género. Además, es necesario desarrollar modelos de vinculación laboral flexibles que permitan a las mujeres campesinas acceder a empleos remunerados y dejar de ser vistas únicamente como mano de obra gratuita.».
Educación Rural: Clave para el Desarrollo Productivo
Uno de los puntos clave que se debe tener en cuenta, para superar los desafíos que enfrentan día a día los campesinos y campesinas en Colombia, es la inversión en educación rural pues es esencial para reducir las brechas de desigualdad y proporcionar oportunidades a la juventud campesina. Para ser verdaderamente efectiva, esta educación debe incorporar un enfoque técnico y vocacional que responda a las necesidades del entorno productivo agrícola, así lo expresó el doctor en economía y actual concejal por Bogotá:
“La tecnología se presenta como una herramienta importante para el desarrollo agroalimentario del país. Sin embargo, la conectividad y el acceso a la tecnología en el campo deben ser garantizados. El desafío de cerrar brechas tecnológicas entre zonas urbanas y rurales es crucial. Se requiere de acciones afirmativas para asegurar que la tecnología no profundice las desigualdades existentes, sino al contrario contribuya al desarrollo de las mismas habilidades que ayuden catapultar el sector agroalimentario”
El Orgullo de Ser Campesino por Juan Daniel Oviedo.
Al finalizar la entrevista, Juan Daniel Oviedo reflexionó sobre el significado de ser #OrgullosamenteCampesino, recordando su propio arraigo campesino, heredado de su abuelo. Para él, este orgullo trasciende el reconocimiento individual, pues representa la importancia de visibilizar y empoderar a la población campesina, que constituye una cuarta parte de los colombianos. Según Oviedo, ser orgullosamente campesino implica invertir en los habitantes rurales, reconociendo que este sector tiene un impacto económico inmediato y es clave para impulsar la productividad agropecuaria del país. Con esta visión, Oviedo enfatiza la necesidad de focalizar los recursos y esfuerzos en las zonas rurales, promoviendo el desarrollo sostenible y el bienestar de quienes sostienen una gran parte de la economía colombiana.
Este año celebramos con gran orgullo el 77º aniversario de la Fundación Acción Cultural Popular (ACPO), una organización que ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la educación y la transformación social en Colombia. Desde su creación en 1947, ACPO ha sido pionera en la promoción de la cultura, la educación y el desarrollo en las regiones rurales del país.
Educación para el Desarrollo Sostenible
A lo largo de sus siete décadas de existencia, ACPO ha aportado significativamente al desarrollo rural, a la convivencia y a la paz en Colombia, integrando una visión de desarrollo sostenible en sus programas educativos. A través de la promoción de valores, el fortalecimiento de habilidades y capacidades, y el acompañamiento constante a las comunidades. ACPO ha trabajado incansablemente para mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales, implementando programas que fomentan el desarrollo integral de los habitantes y promover una cultura de paz, respeto y sostenibilidad ambiental.
Uno de los pilares de la Fundación ha sido su enfoque en la educación para el desarrollo sostenible, integrando contenidos que promueven prácticas agroecológicas, el cuidado del medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales. De esta manera, ACPO ha capacitado a generaciones de campesinos en el manejo responsable de sus tierras y recursos, asegurando no solo su bienestar presente, sino también el de las futuras generaciones.
Un Legado de Cultura y Educación
Durante casi ocho décadas, ACPO ha sido un baluarte en el fortalecimiento de la identidad cultural y la promoción del acceso a la educación en Colombia. La Fundación ha sido pionera en procesos educativos innovadores, como las Escuelas Radiofónicas, el periódico El Campesino y las Escuelas Digitales Campesinas, que han permitido formar a más de 8 millones de habitantes rurales en más de 1.000 municipios del país. Estos programas han sido clave en el desarrollo de capacidades y habilidades en temas como liderazgo rural, desarrollo productivo, reincorporación y paz, comunicación para el cambio social, democracia digital y cuidado del medio ambiente.
ACPO también ha impulsado una diversidad de programas como Polifonía Juvenil para la Paz, Influencer Rural, la Escuela de Liderazgo al Cuidado de la Casa Común, el Club de Líderes y Irradio, que han enriquecido el patrimonio colombiano, integrando la educación y la comunicación como pilares de transformación social. La Fundación ha fomentado la participación activa de las comunidades en la preservación y promoción de sus tradiciones culturales, contribuyendo a un desarrollo rural sostenible y culturalmente consciente.
Impacto en las Comunidades Colombianas
El trabajo de ACPO ha tenido un impacto profundo en millones de colombianos y en cientos de comunidades a lo largo y ancho del país. La Fundación ha colaborado estrechamente con líderes comunitarios, educadores, jóvenes, la iglesia y organizaciones sociales locales, nacionales e internacionales, gestionando procesos articulados que responden a las necesidades específicas de cada región. Gracias a estas acciones solidarias y complementarias, miles de colombianos han sido beneficiados con oportunidades educativas, culturales y de desarrollo personal que valoran el saber-hacer y promueven un futuro sostenible.
Proyecto Somos Comunidad: Liderazgos que Transforman Colombia estuvo en la Caucana, Antioquia.ACPO en el marco del proyecto ‘Somos Comunidad.Proyecto Polifonía Juvenil para la Paz.ACPO desarrollando el Proyecto MIAGracias a la labor de ACPO, uno de los emprendimientos que se desarrollaron por medio del Proyecto MIA, fue Selvatica, ayudando en el progreso de las mujeres firmantes de Paz.
Un Futuro Prometedor
A lo largo de estos 77 años, ACPO ha demostrado un compromiso inquebrantable con el bienestar y el desarrollo de Colombia. A medida que celebramos este aniversario, renovamos nuestro compromiso con los principios que han guiado nuestra labor: promover el desarrollo rural y el bienestar de los habitantes rurales a través de la educación para su plena inclusión social, económica y sostenible.
Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a todos los que han creído, acompañado y contribuido a formar parte de esta historia: colaboradores, ex alumnos, voluntarios, donantes y miembros de las comunidades. Su dedicación y apoyo han sido esenciales para alcanzar cada uno de nuestros logros.
¡Felices 77 Años, ACPO!
En este día especial, celebramos no solo los 77 años de historia de ACPO, sino también el futuro lleno de oportunidades y desafíos que tenemos por delante. Sigamos juntos en este camino de articulación, transformación y crecimiento, con la esperanza de seguir construyendo oportunidades para una Colombia más justa, educada y sostenible, que preserva su cultura y su patrimonio para las generaciones venideras.
El evento de reconocimiento Xposible 2024 será un hito en la visibilización de los esfuerzos de las empresas que están contribuyendo de manera significativa al desarrollo del país. Desde su creación, Xposible ha identificado y premiado iniciativas comprometidas con la sostenibilidad y la responsabilidad social, logrando cambios trascendentales en las comunidades donde operan. Este año, la celebración en el Teatro Colsubsidio destacará no solo a los 100 proyectos reconocidos en los últimos seis años, sino también a más de 1.200 iniciativas postuladas, que demuestran el potencial empresarial de Colombia para generar impacto positivo. La Fundación ACPO, reconocida por su sobresaliente trabajo con el Proyecto MIA, es un claro ejemplo de cómo la sostenibilidad y la inclusión social pueden transformar la vida de muchas personas.
El Proyecto MIA una Iniciativa de Desarrollo Social Sostenible
El Proyecto MIA (Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente) es una iniciativa concebida en 2019 con el propósito de empoderar e incluir socialmente a 280 mujeres firmantes de paz, en proceso de reincorporación y líderes comunitarias en los departamentos de Caquetá y Chocó. Implementado por la Fundación Acción Cultural Popular (ACPO), este proyecto se enmarca en los esfuerzos por construir una paz estable y duradera en Colombia, tras décadas de conflicto armado. Financiado por el Fondo Europeo para la Paz en Colombia de la Unión Europea, el Proyecto MIA contó con el apoyo de entidades como la Diócesis de San Vicente del Caguán, la Registraduría Nacional, la misión de verificación de la ONU y la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN).
Impacto del Proyecto MIA en las Comunidades Rurales
El Proyecto MIA logró impactar a 280 personas, distribuidas entre 166 participantes en Caquetá y 114 en Chocó. De este total, 242 fueron mujeres y 38 hombres, lo que refleja el enfoque prioritario en el empoderamiento femenino. A través de cursos de desarrollo de competencias (EDC) y la creación de iniciativas productivas, el Proyecto MIA ha brindado a las mujeres firmantes de paz las herramientas necesarias para reconstruir sus vidas y generar ingresos sostenibles en sus comunidades.
El objetivo primordial del Proyecto MIA ha sido proporcionar oportunidades de capacitación a estas mujeres, dotándolas de competencias para construir una vida digna y próspera en un contexto marcado por la violencia. Las iniciativas productivas promovidas por el proyecto abarcan sectores como la confección textil, la transformación de café, la fabricación de bisutería, la gestión de cafeterías y heladerías, y la sublimación. Estas actividades no solo fortalecieron la autonomía económica de las participantes, sino que también generaron un impacto positivo en sus comunidades.
Brenda Durán, una de las beneficiarias del proyecto, compartió su experiencia: “Me siento orgullosa de hacer parte del Proyecto MIA, porque por medio de la cafetería, nos beneficiamos nosotras, nuestras familias y logramos emplear a más personas». Su testimonio refleja el poder transformador de esta iniciativa y el compromiso de ACPO con el desarrollo sostenible en las zonas rurales.
El Liderazgo de Lina Paola Abaunza en la Fundación ACPO
Lina Paola Abaunza, Directora General de ACPO, ha sido una figura clave en la trayectoria de la fundación y en el éxito del Proyecto MIA. Como defensora activa de la paz y la inclusión social en Colombia, Abaunza participó en la primera temporada de Visión Sostenible con Líderes Empresariales de Xposible – Colsubsidio, donde destacó la importancia del Programa MIA y los 76 años de historia de ACPO. Bajo su liderazgo, la fundación se ha consolidado como un referente en el desarrollo rural, impulsando el empoderamiento de las mujeres y creando oportunidades sostenibles en las comunidades más vulnerables del país.
Aquí puede ver la entrevista completa:
Entrevista – Visión Sostenible con Líderes Empresariales de Xposible – Colsubsidio.
Un camino hacia un futuro sostenible
El legado del Proyecto MIA y la visión de ACPO representan una esperanza tangible para la paz y el desarrollo en Colombia. Al empoderar a mujeres excombatientes y líderes comunitarias, el proyecto no solo ha transformado vidas, sino que ha contribuido a la construcción de un futuro más equitativo y próspero. La Fundación ACPO, con su liderazgo firme y su compromiso con el desarrollo rural, sigue demostrando que la sostenibilidad y la inclusión social son pilares fundamentales para la construcción de una sociedad más justa. En el evento de Xposible 2024, estos esfuerzos serán reconocidos, reafirmando que el trabajo en pro de las comunidades rurales sigue siendo esencial para el progreso del país.
Para contribuir con el desarrollo rural de los Montes de María, el Programa Colombia Sostenible (PCS) del Fondo Colombia en Paz (FCP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), financia un proyecto agroambiental consistente en un sistema agroforestal en el corregimiento de Almagra, ubicado en el municipio de Ovejas en el departamento de Sucre.
Este proyecto pionero integra el cultivo de ñame espino y maíz con la siembra de frutales, desarrollando prácticas sostenibles que promueven la conservación de los bosques y el incremento de ingresos para 71 familias pertenecientes ala Asociación de Productores de Almagra (Asogrial) que participan en el proyecto.
Para el director ejecutivo del Fondo Colombia en Paz,Wilmer Leal Pérez, esta iniciativa “nos permite avanzar en los Acuerdos de Paz, llevando oportunidades a los territorios y así seguir fortaleciendo estas economías populares que ha propuesto el presidente Gustavo Petro para que las comunidades campesinas incrementen sus ingresos y mejoren su calidad de vida”.
Proyectos Agroambientales: Impacto del Programa Colombia Sostenible en Sucre.
Uno de los beneficiarios de la iniciativa, Francisco Muñoz Benítez, b, manifiestó que esta intervención le ha traído enormes beneficios a él y su familia. Según sus palabras “aquí estamos cultivando yuca, maíz y ñame y, por eso, le doy gracias a Dios por este proyecto que nos ha ayudado mucho, principalmente con la semilla y la construcción del jagüey; una bendición muy grande porque hemos mejorado en el conocimiento de cómo vamos a hacer un cultivo”.
Se intervienen 71 hectáreas con medidas de adaptación al cambio climático, entre las que se destacan las siguientes: la cosecha de agua con la adecuación de jagüeyes, el uso de insumos de origen orgánico, el manejo adecuado de arvenses (malezas) para evitar erosión y la siembra de áreas de reforestación para incremento de la cobertura vegetal, mejorando el hábitat de la fauna silvestre y la producción de oxígeno.
Gracias a ello, se logró una producción de 254,7 toneladas de ñame a comercializar en mercados regionales con el apoyo de empresas reconocidas como Agrogolden S.A.S. y Bodegas El Carmen.
Otro beneficiario llamado Fredy Manuel Rivero Sala cree que el futuro es promisorio. Él espera continuar trabajando en las condiciones necesarias para lograr “que la asociación cuente con un centro de acopio para mejorar nuestro ciclo de comercialización y que toda la comunidad pueda beneficiarse”.
Rivero Sala agregó que “el proyecto cuenta con parcelas demostrativas para enseñar a los beneficiarios cómo tratar la siembra, la semilla; hacer el control de maleza y aplicar los abonos orgánicos en cada predio. Hoy somos 10 líderes multiplicadores para apoyar a los compañeros asociados”.
En total, se invierten 1.455 millones de pesos, de los cuales 816 millones son aportes del programa y el restante corresponde a una contrapartida local representada principalmente en la mano de obra de los beneficiarios.
Los recursos son administrados por la Corporación para el Desarrollo Participativo y Sostenible de los Pequeños Productores Rurales (Corporación PBA) y se invierten en el fortalecimiento de los sistemas agroforestales, acompañamiento técnico en las fincas de los beneficiarios, insumos, herramientas y equipos necesarios para la ejecución del proyecto.
Además de fomentar una economía inclusiva con la protección de los recursos naturales, se reforestan 18 hectáreas de bosque en las riberas del arroyo de Almagra,área incluida en el proyecto, esperando que esto contribuya significativamente a la conservación del medio ambiente en una de las zonas más afectadas por el conflicto armado.
Este esquema productivo está diseñado para ser sostenible en términos sociales, ambientales y financieros, esperando que sea un modelo para imitar en el desarrollo de negocios agrícolas sostenibles en el departamento de Sucre.
Sobre el Programa Colombia Sostenible.
El Programa Colombia Sostenible es una iniciativa del Gobierno Nacional que ejecuta el Fondo Colombia en Paz y que actualmente cofinancia alrededor de 200 proyectos agroambientales, los cuales benefician a más de 37 mil familias rurales.
Su área priorizada de intervención corresponde a los 170 municipios PDET y su financiación proviene del Préstamo a la Nación 4424/OC-CO del Banco Interamericano de Desarrollo. Esta operación multisectorial cuenta con el apoyo y participación de los Ministerios de Agricultura, Ambiente y Hacienda; el Departamento Nacional de Planeación (DNP), APC-Colombia y la Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz.
Este domingo marca un hito en la legislación ambiental de la Unión Europea con la entrada en vigor de la Ley de Restauración de la Naturaleza. Por primera vez, los países de la UE no solo deberán proteger sus entornos naturales, sino también restaurarlos. Esta normativa, propuesta originalmente en junio de 2022, tiene como objetivo restaurar al menos el 20% de los ecosistemas degradados para 2030 y todos ellos para mediados de siglo.
La aprobación de esta ley no estuvo exenta de desafíos. Durante su tramitación, enfrentó una fuerte oposición tanto en el Parlamento Europeo, liderada por el Partido Popular Europeo, como en el Consejo, donde un cambio de postura por parte de Hungría casi hizo descarrilar la legislación. Sin embargo, gracias a la determinación de varios estados miembros y un cambio de última hora en la posición de Austria, la ley logró superar las votaciones críticas.
Ley de Restauración de la Naturaleza en la UE: Un paso crucial hacia la sostenibilidad.
La normativa establece obligaciones claras, como la corrección de la disminución de polinizadores, la recuperación del 30% de las turberas usadas para agricultura, y la eliminación de barreras artificiales en los ríos de la UE. Además, busca alinear la legislación comunitaria con los compromisos internacionales sobre biodiversidad, convirtiéndose en un símbolo de la agenda verde europea.
El proceso de aprobación fue largo y complejo, con negociaciones intensas que llevaron a una dilución de algunos objetivos iniciales. Sin embargo, la entrada en vigor de esta ley representa un avance significativo en los esfuerzos de Europa por enfrentar los desafíos ambientales más urgentes.
Con la implementación de la Ley de Restauración de la Naturaleza, la Unión Europea no solo reafirma su compromiso con la protección ambiental, sino que también da un paso crucial hacia la neutralidad climática y la resiliencia frente a los efectos del cambio climático. Este es solo el comienzo de un esfuerzo continuo por restaurar y proteger los ecosistemas que sustentan la vida en el continente.