Después de desarrollar entre 2014 y 2016 un primer proyecto para garantizar la soberanía alimentaria y la sostenibilidad ambiental en las comunidades del Resguardo Indígena El Tigre, en el departamento del Meta, un equipo interdisciplinario de la U.N. trabaja en la construcción de metodologías para solucionar problemas asociados con producción sostenible, salud, y desarrollo arquitectónico y urbanístico, junto con asesoría jurídica.
Con el lema ”aprender haciendo y enseñar demostrando”, se tiene previsto que el proyecto se implemente por medio de unidades piloto en cinco puntos estratégicos del Resguardo para después hacer llegar cada uno de los modelos productivos planteados a las 17 comunidades que lo conforman.
Diágnostico para encontrar encontrar fallas y hacer mejor proyectos productivos
Profesores y profesionales de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia han realizado un primer diagnóstico en el que se encontró que el acceso al recurso hídrico es precario, motivo por el cual se buscará optimizar este proceso a partir de la implementación de bombas que funcionen con energía solar y reservorios de agua.
“Aunque la región tiene morichales y una serie de bosques alrededor de los ríos que están asociados con recursos hídricos, debido a que los caseríos y las comunidades se encuentran en las zonas más altas, las personas tienen dificultades para acceder al agua”, explica el profesor Quintero.
Soberanía alimentaria para garantizar la vida
De igual manera se tiene planeado desarrollar un proyecto de soberanía alimentaria con el fin de que la comunidad pueda incrementar la produccción de huevos a partir de experiencias como la llevada a cabo en el Resguardo San Felipe, departamento del Guainía, fronterizo con Brasil.
Con el fin de recuperar los bosques que ya han sido afectados, se ha propuesto sembrar tanto especies maderables como de otras que puedan servir para alimentar algunos animales a partir de productos elaborados con frutos de palmas de chontaduro, moriche y seje.
“Producir alimentos para animales es una activiad compleja, máxime si se tiene en cuenta que estas comunidadads tienen restringidos sus cultivos a productos que les permitan cubrir sus necesidades básicas de alimentación: yuca dulce o brava, batatas, ñame, frijol y maíz, a pesar del interés que tienen en producir otros productos a una escala mayor, tales como panela, plátano o cacao”, precisa el docente.
Lo importante, subraya el decano, es poder establecer canales de comercialización mediante los cuales se les pueda dar una salida efectiva a estos nuevos productos, con un precio que resulte competitivo y les deje ganancias. Le puede interesar: La feria que promueve proyectos productivos de estudiantes en Une, Cundinamarca
Con información de UN Noticias
Editor: Ana María Rizo Díaz- Periodista Editora
