¡Ojo! Este tipo de extracción tiene un gran impacto ambiental y económico para el campo.
El foro “Luchas y resistencias frente al fracking” reunió en la Universidad Nacional a representantes de organizaciones de todo el mundo que se han dedicado a investigar esta forma de explotar petróleo. El fracking utiliza enormes cantidades de agua para romper rocas a gran profundidad y así poder extraer el hidrocarburo.
Los participantes notaron que, además de ser una actividad de alto impacto ambiental, el fracking causa alteración de modelos económicos tradicionales en el campo, desplazamiento de la actividad pecuaria y presiones con contratos de silencio, entre otros. Colombia se encuentra considerando implementar esta técnica extractiva y ya ha entregado licencias para hacerlo.
Existen 13 licencias para la exploración de yacimientos no convencionales en siete departamentos. Las comunidades se han resistido a este tipo de exploración, en especial en San Martín, Cesar, donde no han permitido el trabajo de la empresa ConocoPhillips, que tiene la licencia para realizar fracking en este municipio.
Las movilizaciones de la comunidad impidieron pacíficamente los trabajos de la petrolera. Esta estaría considerando suspender su actividad en la región. Varios de los líderes activistas, organizados en la Corporación Defensora del Agua, Territorio y Ecosistemas (Cordatec), fueron amenazados por oponerse a la explotación de sus tierras.
Las organizaciones notaron que se avanza en la apuesta por el fracking, pero sin haber evaluado los efectos que puede tener en el país. Esto en comparación con otros países como Argentina, donde se ha investigado no solo sobre efectos ambientales sino sobre impacto socioeconómico en pequeñas comunidades.
En ese país, solo en la provincia de Neuquén, hay aproximadamente mil pozos con este tipo de extracción, 800 de los cuales son de explotación comercial. Según Hernán Scandizzo, periodista y miembro del Observatorio Petrolero del Sur, una investigación empírica de esta organización encontró que se han llevado a cabo trasformaciones en el uso del territorio.
En Neuquén, se ha pasado de criar ganado a espacio abierto a hacerlo en corrales. Algunas comunidades han decidido ceder sus espacios a las empresas petroleras para su explotación. Además, las grandes corporaciones comenzaron a concentrar la propiedad de la tierra y la producción, fijando los precios de pequeños productores de fruta.
Otro grave efecto viene del trabajo incesante que se da en los pozos petroleros. Se mantienen luces potentes encendidas permanentemente, alterando la producción. La luz atrae insectos que atacan los cultivos. Los campesinos mayores han visto a sus familiares irse por las duras condiciones y prefieren arrendar sus tierras a las petroleras para ganar dinero a seguir usándolas para la agricultura.
Estos acuerdos se hacen bajo contratos de confidencialidad, para que, en caso de impacto en las tierras, los campesinos no puedan denunciar públicamente a las petroleras. Por su parte, participantes del foro que defienden el fracking alegaron que mientras los estudios geotécnicos sean precisos, las cantidades de agua para usar son menores que las usadas por el sector agrícola. También enfatizaron que la caracterización de los suelos que suponen estas perforaciones no coincide con la de los acuíferos, con lo cual resulta improbable la contaminación de estos. Sin embargo, no se refirieron a los impactos sociales a los campesinos que habitan cerca a los pozos.
En el fracking, grandes cantidades de agua -con ciertos químicos- son inyectadas en lo más profundo del suelo, pero a alta presión. Tiene como propósito fracturar las rocas madre, a través de poros milimétricos para que el gas o petróleo adherido a ellas puedan ser sustraídos.
*Realizado con información de la Agencia de noticias Unal.