“El echo ocurrió en el municipio de Dagüa en Valle del Cauca, estas estaban destinadas a convertirse en cinturones para ser vendidos en la ciudad de Cali, ahora estas pieles serán usadas para fines científicos y educativos”
Por: Juan Sebastián Castellanos
Las dieciocho pieles de serpiente eran de las especies “Constrictor”, “Coral” y “Mapanás”, pesan en su conjunto cerca de 1.500 kilos; actualmente están en poder de la Corporación Autónoma Regional de Valle del Cauca-CVC, quien se las decomisó a un comerciante del municipio de Dagüa, donde explicó que estas pieles llegaron a él por campesinos que mataron estas culebras, ya que sintieron temor a que los mordiera y al matarlas decidieron sacarle provecho económico a las pieles para que no se desperdiciaran en el monte.
En Colombia, está prohibido este tipo de comercialización de fauna silvestre y no hay permiso ambiental para realizar este tipo de acciones, por ende, se incauta el producto al comerciante, indicó Armando Moreno, ingeniero y funcionario de la CVC a la revista de Sostenibilidad Semana. Las únicas pieles que se pueden comercializar, es la de animales domesticados o de zoocriaderos que presenten licencia ambiental de ello.
Afortunadamente, estas especies no están en peligro de extinción, habitan en el Pacifico Colombiano y bosques andinos, el cual son importantes en el equilibrio ecológico de los ecosistemas y en algunas poblaciones rurales tiene una importancia cultural, sea medicinal, subsistencia o artesanal.
Este tipo de situaciones pasa de manera común, donde el campesino por miedo, necesidad o pensamiento tradicional, mata a este tipo de animales porque se sienten en peligro; las autoridades ambientales deben capacitar a estos habitantes de veredas y corregimientos, para que consideren tomar otro tipo de acciones al ver estos animales, donde se les explique detalladamente la funcionalidad de estas especies en los ecosistemas, la importancia de no matarlas y no comercializarlas sea vivas o muertas.
No sobra decir que estas capacitaciones podrían complementarse con el conocimiento local de estos campesinos, para que las medidas optadas en estas poblaciones se puedan ejecutar y así pasar del papel a la acción perdurando en el tiempo.