Dentro de un marco educativo para el campo se reunieron en Nuquí el 16 de abril 360 mujeres de todo el municipio de Nuquí, beneficiarias del proyecto RESA para participar en la segunda exposición de sus productos.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes
Facilitador Escuelas Digitales Campesinas Nuquí
El proyecto RESA (Red de Seguridad Alimentaria Rural) es un proyecto del DPS (Departamento para la prosperidad Social) coordinado por José Ruperto Murillo Mosquera, zootecnista de profesión y gran protector la agricultura y el cuidado del campo en el municipio. Gracias a personas como él muchas mujeres campesinas del municipio saben más de plantas, huertas y frutas de bajo, mediano y largo cultivo. La II Feria Agroalimentaria reunió a 360 mujeres campesinas beneficiarias del proyecto, donde intercambiaron saberes y sabores en torno a la capacitación y los 8 puntos de motivación que tiene el proyecto que son: socialización y filosofía del proyecto, noción agroalimenticia y adaptación al cambio climático, montaje y establecimiento de huertas y azoteas, entrega de insumos, de la huerta a la olla, manejo integral de plantas y enfermedades, manejo de especies menores y estilo de vida saludable. El proyecto está estipulado para durar 9 meses pero esperamos que el impacto del mismo haga que las mujeres campesinas se asocien y nazcan cadenas productivas para su propio beneficio. El evento inició a las 8 de la mañana en las instalaciones de la I.E. Eco turística Litoral Pacífico, se realizó el registro e ingresaron 360 beneficiarias cada una con un acompañante. Fue un éxito total. Además del conversatorio se realizaron concursos de preguntas en relación a la agricultura y el manejo de especies menores como pollos y cerdos, premios y degustaciones fueron el motivo de muchas sonrisas entre adultos y jóvenes, pues la idea fue que los jóvenes que están en proceso de formación aprendan de la, cultura y gastronomía, para que ellos mismos enseñen mañana a sus hijos y así esta cultura tan bella del Pacifico colombiano no se pierda. Felicitamos a mujeres campesinas, como Melva Martínez Valencia, quien con su apoyo y dedicación a las huertas y azoteas ha logrado impactar en sus compañeras. La reportera de las Escuelas digitales campesinas, Wendy Amirla García Gómez, preguntó a doña Melba: “¿Por qué en la ciudad se llaman huertas y aquí se llaman azoteas?” Con mucho cuidado le explicó que “en la ciudad no hay mar ni cangrejos, por esta razón se pueden hacer huertas en tierra, a diferencia de Nuquí, donde el mar entra a la tierra y nos inunda cada 6 horas. Por eso tenemos que hacer las huerta elevadas y las llamamos azoteas, que además aportan a las mujeres campesinas mayores que no se pueden agachar, pues se siembra a la altura de la cintura y para ellas es más fácil y entretenido su cuidado”. Terminado el evento se realizó una reunión con el coordinador del DPS para presentar el curso de las EDC Adaptación al cambio climático y fomentar la participación de al menos el 50% de las mujeres campesinas beneficiarias del proyecto RESA en los cursos disponibles en las EDC. |