Este 15 de mayo se celebra en Colombia el día del profesor. Una fecha en la que se reconoce la labor de quienes han decidido dedicar sus días a la pedagogía. Una enseñanza, que como dice Lola Cendales, maestra experta en educación popular, debe contribuir a la construcción de paz en el país a propósito de la coyuntura actual.
Es precisamente esa la labor principal de los profesores rurales. Ellos y ellas le han apostado a la educación para la otra Colombia, esa que hoy por hoy, muchos aún desconocen y que, pese al acuerdo de La Habana, sigue debatiéndose entre la guerra y la paz.
No obstante, la tarea no es nada fácil. Son contextos complejos en los que los profesores deben dar clases. Para empezar, el simple hecho de llegar a los territorios es toda una aventura, para muchos les toma horas llegar a las comunidades que esperan sus lecciones de biología, informática, español, matemáticas, entre otras. Deben trasladarse en todo tipo transporte: bus, avión, chalupa, caballo, e incluso caminando.
La realidad que enfrentan los docentes rurales
Para estos profesores, gran parte de su vida se va transportándose hacia sus lugares de trabajo, y, adicionalmente, deben dejar a sus familias durante semanas para ir con sus alumnos. (Le puede interesar: Policarpa, la guardiana de los niños especiales campesinos)
También es necesario recordar que los docentes han sido víctimas de la violencia en el país. Desde 1995 al 2014 fueron asesinados 999 profesores, de acuerdo con la Federación Colombiana de Educadores. Las regiones más afectadas son Córdoba, Norte de Santander, Nariño, Cauca, Valle, Caquetá, Arauca, Sucre y Caldas.
Además, los estudiantes reciben clases en condiciones indignas: sin infraestructura, en escuelas muy deterioradas, sin pupitres, ni tableros, y en muchos casos sin siquiera salones. Aun así en medio de esas múltiples situaciones, estos docentes han continuado con su misión, como auténticos héroes y heroínas.(Le puede interesar: Líderes Campesinos de la mano de ACPO)
Ellos, mas que nadie entienden, que, por ejemplo, según cifras de Diagnóstico del Plan Especial de Educación Rural (PEER) más del 97% de las personas en el campo no han realizado estudios universitarios, el 90 % ni siquiera alcanzan a ser bachilleres, solo el 17% de los menores de 6 años recibe algún tipo de atención, de los niños que terminan la primaria solo la mitad llega a noveno y solo la tercera parte llega a once, y además, en el campo el alfabetismo se cifra en 12,13 % en mayores de 15 años.
Por: Mónica Lozano – Periodista y Editora.
ASI ES EL QUE QUIERE APRENDER
El juicio moral sobre el régimen de Franco, no se debe hacer con posturas subjetivas, alineadas a uno u otro bando de la contienda civil.
Ni la explicación del epitafio de Larra, sobre las dos Españas irreductibles ni los versos de Antonio Machado sobre, que el progresismo o europeización han de ser vistos como una enfermedad, ni incluso, la tesis de Américo Castro sobre el conflicto de razas o creencias, tiene su fundamento para comprender la guerra fraticida, objeto ya de olvido y de rectificación, entre españoles.
Lo grandioso, a pesar de tanta miseria humana, tras la catástrofe moral y física, que provocó la contienda civil, fue el espíritu solidario del pueblo español, que naciendo de las cenizas y olvidando sus banderías, colaboraron solidariamente en la reconstrucción nacional.
Durante este período, se educó a las generaciones, a racionalizar los medios de subsistencia, a la solidaridad humana entre todas las gentes, independientemente de su credo o ideología política y hacia un objetivo claro y transparente, de conseguir con el esfuerzo colectivo, un progreso económico y social, capaz de elevar a la nación española, dentro del concierto de naciones, a un lugar preferente.
La educación cívica, con una moral religiosa, es impartida por la figura del maestro, héroe auténtico de la posguerra, quien ejercía una labor encomiable a pesar de que muchos de ellos, habían sido represaliados, a la finalización del conflicto civil, por sus ideas políticas, contrarias al régimen.
No obstante, olvidando motivaciones pasadas, se entregan honestamente a la formación de las generaciones del futuro, impartiendo las enseñanzas y la confianza en un futuro mejor, que se alcanzaría, con el esfuerzo y colaboración de todos.
Estos titanes, en una situación de precariedad y escasez de medios, actuaron como verdaderos patriotas y se unieron en la tarea colectiva, del engrandecimiento de España.
Muchachos, la fotografía es del reportero gráfico Manuel Saldarriaga.
Muchachos, la fotografía es del reportero gráfico Manuel Saldarriaga.