Halloween no deja de ser una celebración polémica, sobretodo para los cristianos.
Por Rubén Gil
Halloween es una palabra que puede crear muchas confusiones sobretodo cuando se desconoce su significado. Pero si se consulta en una página católica como Aciprensa se encontrará lo siguiente: “Halloween significa «All hallow’s eve», palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa «víspera de todos los santos», ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.” Muchos cristianos, entre ellos católicos, rechazan la celebración de Halloween que se lleva a cabo el 31 de octubre, específicamente la fiesta de disfraces. La iglesia católica ha querido, a través de los años, darle un toque más inocente a este tipo de celebración; por ejemplo, en algunas parroquias los sacerdotes motivan a los papás para que disfracen a sus hijos representando a alguno de los santos que ha tenido la iglesia católica, los lleven a la parroquia y participen en una festividad moderada y con significado cristiano; sin embargo no ha sido una tarea fácil, puesto que en muchas familias está muy marcada la tradición de disfrazar a los niños y sacarlos por las calles a pedir dulces. La fiesta de Halloween ha sido, a la vez, un tiempo y espacio propicio para las prácticas satánicas. Cristina Kneer de Vidal, una ex practicante de rituales satánicos convertida al catolicismo, afirma: “La fiesta de Halloween es la más importante para los cultos demoníacos pues además de iniciarse el nuevo año satánico, «es como si se celebrara el cumpleaños del diablo»….es la fecha en la que los grupos satánicos sacrifican a jóvenes y niños…..»Se eligen preferentemente niños porque son los que aún no han pecado y son los preferidos de Dios».”
Dentro de las sugerencias que ofrece la iglesia católica a las familias, recomienda lo siguiente: “preparar con catequesis a los niños en los días anteriores al Halloween, con el objeto de enseñarles el porqué de la festividad católica de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, haciéndoles ver la importancia de celebrar las vísperas del día de los Santos, como modelos de la fe, como verdaderos seguidores de Cristo. Los niños pueden disfrazarse de ángeles y preparar pequeñas bolsas con dulces, regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa, y en lugar de hacer el «obsequio o truco» o de pedir dulces, regalarlos a los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se recuerda a todos aquellos que fueron Santos.
De la actitud que tome cada familia frente a la celebración del Halloween depende si se ha de ver como algo perverso y malévolo o sencillamente como una fiesta de alegría y gozo por aquellos que han alcanzado la santidad.