Cae la tarde en Puerto Betania, una inspección al norte del departamento del Caquetá, municipio de San Vicente del Caguán; y ellas se alistan para el encuentro con el balón. Sus tardes las hacen amenas con la pasión que le tienen a este deporte, el microfútbol.
Del microfútbol podemos decir que es un deporte colectivo de pelota practicado entre dos equipos, de cinco jugadores cada uno, dentro de una cancha. En 1894, una activista fundó el primer club deportivo femenino, y hasta el día de hoy, este es uno de los deportes más practicados en el mundo, tanto por hombres como por mujeres.
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Para ellas, los lunes y miércoles se llenan de color, magia y pasión; sus hijos, son sus mejores espectadores, así como el más grande motor y esperanza de vida. Son ellos quienes llenan las bancas del público y las animan con los mejores aplausos.
Las jugadas magistrosas, coreadas por ellas mismas, son habilidades que fueron adquiriendo al pasar el tiempo, amistades de años, conocidas en la inspección y otras en el colegio. Ellas alternan sus actividades diarias con el deporte, la forma de disfrutrar sanamente la vida.
Disfrutan cada vez que se encuentran, en algunas ocasiones hacen apuestas, dependiendo de la cantidad de equipos; no necesitan de un árbitro que las dirija, su pasión es tan grande, que viajan a otras partes, como, a Villa Lobos, un caserío al cual se llega por tierra, a una hora en moto, lugar donde se encuentran con otro grupo de mujeres, enamoradas del futsala, su mayor entretención.
Por: Luz Adriana Mejía. Facilitadora de ACPO en Caquetá.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.