En la mañana del sábado 13 de octubre, el cielo amaneció nublado luego de una noche lluviosa. Los arroyos que atraviesan el municipio se desbordaron e inundaron el casco urbano. El agua de los arroyos corrió por las calles desde muy temprano hasta que terminó dándose paso como intruso indeseado en los humildes hogares.
La mayoría de los barrios terminaron inundados al final del día. El nivel del agua alcanzaba una altura de hasta 1 metro. Así terminó la noche, con agua en la mayor parte de la extensión del territorio uribiero, en las zonas urbana y rural. Le puede interesar: La Mojana: reconstruyendo un territorio resiliente luego de una catástrofe
Incertidumbre por la situación del territorio y las comunidades
Aquella mañana, trajo consigo recuerdos de hace 30 años, cuando el huracán Yohan inundó gran parte del territorio guajiro. Con las estrategias que para aquella época se tenían, muchos habitantes pensaron que no volverían a ver sucesos como los ocurridos en aquellos tiempos.
Sin embargo, durante el mes, las lluvias no cesaron, los caminos se volvieron intransitables, los alimentos y el trasporte aumentaron su costo, las necesidades y las ayudas se empezaron a notar.
Durante el mes, el Sistema de Alerta Temprana ha informado constantemente a la ciudadanía y a los entes territoriales, sobre las condiciones climáticas que se prevén durante los siguientes días. Ahora, se espera que para el mes de noviembre las lluvias disminuyan y el sol nuevamente se apodere de los días en este municipio.
Por: Erika Correa. Facilitadora educativa de ACPO.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora