Teniendo en cuenta la situación ambiental cada vez más preocupante, resulta indispensable emprender una búsqueda que permita encontrar alternativas sustentables para las formas de producción y consumo que hasta ahora conocemos. Una de ellas es la utilización de fibras naturales para la elaboración de textiles, que además de ser amigables con el medio ambiente permiten el aprovechamiento de residuos agrícolas.
Tal es el caso de la fibra de plátano, la cual es extraída del seudotallo de la planta que ha sido cortada después de la cosecha, y que resulta después de un proceso manual o mecánico de desfibrado. Dichas fibras son cepilladas, secadas e hiladas, para finalmente cumplir su función como materia prima para la elaboración de hermosos tejidos; que pueden ir desde bolsos y artesanías, hasta zapatos.
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Cabe resaltar que, el plátano es considerado el cuarto cultivo más importante del mundo por ser un producto básico y una fuente relevante de empleo. En Colombia, se cultiva principalmente en climas medios y cálidos por debajo de los 1,700 m de altitud y ocupa, según el Ministerio de Agricultura más de 440.294 hectáreas sembradas.
Los departamentos líderes en la producción de plátano son Antioquia y Valle del Cauca, sin embargo tiene mucha presencia en el Meta y el Huila donde además del fruto se comercializa la hoja. Este cultivo genera 308.130 empleos directos y 792.335 indirectos, beneficiando principalmente a familias campesinas.
Lo que indica que los residuos de dichos cultivos representan una gran oportunidad de crecimiento social y económico para muchos municipios del país. Pues este tipo de fibras se caracterizan por su bajo costo, baja densidad, baja emisión de gases en el proceso productivo y por ser biodegradables.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.