El mango es una de las frutas con mayor demanda en el país, pues su sabor y su textura lo hacen un gran aliado para la preparación de distintos platos o simplemente para el consumo como fruta fresca. No obstante, todos sus beneficios no son aprovechados al 100% ya que generalmente la cáscara y la semilla son tiradas a la basura.
Por esta razón Luis Miguel Buelvas, magíster en Ingeniería Química de la Universidad Nacional realizó una investigación para encontrar una alternativa de aprovechamiento del cultivo de mango que pueda ser utilizada en la cadena productiva del país. Se trata de un estudio que evaluó el potencial industrial de la semilla de esta fruta teniendo en cuenta que esta contiene compuestos como ácidos gálico y elágico, además de mangiferina.
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Para la investigación se implementaron métodos poco convencionales como las técnicas de extracción con fluidos presurizados con dióxido de carbono supercrítico y etanol como cosolvente, esto como una alternativa a los procesos que requieren grandes cantidades de solventes que llegan a ser contaminantes.
Los extractos obtenidos fueron agregados a aceite de girasol para someterlo a un proceso de oxidación, esto con el propósito de ver que tanto se podía dañar o proteger el producto con ayuda de los extractos de la semilla de mango, lo que se comparó con el uso de antioxidantes sintéticos como control. A partir de este procedimiento el cual arrojó buenos resultados de protección, se determinaron condiciones para mejorar el proceso de extracción.
Del mismo modo, se hace un llamado a reemplazar parcialmente el antioxidante sintético generalmente utilizado en las grandes cadenas productivas por extractos naturales como el de la semilla de mango, que no solo le apuesta a la producción sostenible sino a la reactivación económica de zonas productoras de mango.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.