El paño de lana virgen oriundo de las tierras de Nairo Quintana, del dictador criollo Gustavo Rojas Pinilla, de Jorge Velosa y los carrangueros de Ráquira, es por excelencia el artículo más representativo de los campesinos, y no solamente de los boyacenses.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
El origen de la ruana lo podemos situar en dos momentos históricos: el primero el origen indígena. Se sabe, por ejemplo, que los Muiscas usaban telares en los que tejían algunas mantas a base de pieles de mamíferos que cazaban y de cortezas de plantas y árboles, ellos comerciaban con estas mantas y también con otros productos como la sal, algunos tubérculos y minerales preciosos, como el oro.
El segundo momento de la ruana es la capa española. Los conquistadores trajeron consigo las ovejas y las capas de finas telas que llegaban de medio oriente, y a partir de allí iniciaría la historia de la ruana que todos conocemos.
Además de ser una capa, la ruana puede ser una cobija para llevar a los bebés. También, si se le dobla con ingenio, puede ser un magnifico artilugio para llevar las cosas del mercado. Ahora bien, la ruana es un icono por excelencia de los campesinos que trabajan la tierra fría.
El usuario de la ruana es el campesino, el trabajador de la tierra, el cultivador de la papa, de la zanahoria, de la cebolla cabezona y de la cebolla larga, el campesino de manos duras, de piel quemada por el frío y por sol, de ese que se pone su ruana antes de las 5 de la mañana para ordeñar las vacas.
En Boyacá se encuentra Nobsa, que es la capital de la ruana. Se estima que cada artesano teje por día al menos cinco ruanas de diferentes tamaños y tipos de calidad.
El año pasado, campesinos de Combita enviaron hasta el viejo continente ruanas de color rosado para el que hasta hoy es el mejor ciclista de la historia nacional, Nairo Quitana. Pero cuando decimos: ¡sumercé, póngase la ruana! nos referimos a que tengamos presente los problemas del agro colombiano, a que pensemos cuáles son las condiciones en las que viven millones de trabajadores del campo, que hoy por hoy no la pasan nada fácil, a que tengamos presente que 8 de cada 10 campesinos viven en la pobreza, que otros tantos deben botar la leche porque los precios son tan bajos que trabajan a pérdida, que a otros se les negó el derecho de sembrar sus propias semillas, que a otros la violencia les arrebató sus fincas, sus animales y, peor aún, les arrebataron la vida. La ruana es un símbolo campesino, de respeto y de fortaleza, en la ruana cabemos todos y tenemos que respetarla.