El delfín rosado de la familia Platanisdae se caracteriza por sus pequeños ojos, su frente prominente y llamativo color, habita principalmente en el río Amazonas aunque también hay ejemplares en las cuencas del río Orinoco y la parte alta del río Madeira en Bolivia. Además, es considerado el delfín de río más inteligente pues su capacidad cerebral es 40% mayor a la del ser humano.
Gracias a la investigación e información de la Fundación Omacha organización que trabaja por el estudio y la conservación de la fauna y los ecosistemas acuáticos y terrestres de Colombia; y la WWF organización conservacionista del medio ambiente y la biodiversidad más importante del planeta, se encontró que la población del delfín rosado continúa disminuyendo en gran medida. Razón por la que la la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN incluyó a la especie en la categoría de peligro.
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Hace algunos años la especie figuró en la categoría de vulnerable, pero por la falta de atención respecto a la situación se siguieron realizando actividades que afectan la vida del delfín y que son la causa de la desaparición acelerada del mismo. Según los estudios realizados por las distintas organizaciones entre los factores amenazantes para la especie se encuentra la destrucción de las cuencas del amazonas, en donde se contamina al río con el mercurio utilizado en el proceso de extracción minera.
Así mismo, se halló que con la construcción de hidroeléctricas y la maquinaria utilizada se está atacando el correcto desarrollo de la naturaleza, ya que a pesar de producir energía limpia estos macroproyectos dificultan la migración de peces, el transporte de elementos nutritivos bajo el agua, disminuye el caudal de los ríos y los fuertes ruidos llegan a desconcertar a las especies.
La inclusión del delfín rosado en esta alarmante categoría es un llamado internacional para que desde los gobiernos de la región se prioricen los mecanismos de protección y conservación de la especie y los ecosistemas de los que dependen; además de reorganizar el turismo de la zona permitiendo el avistamiento de los delfines sin afectarlos.
Por: Karina Porras. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.