Aunque lo piensa la gente es otra cosa, el campo así como la ciudad, es un mundo lleno de oportunidades. La mayoría de las personas que habitan áreas rurales trabajan en proyectos de agricultura y ganadería en general; sin embargo, el campo también brinda escenarios ideales en aspectos ecológicos.
Aseguran expertos que la inversión de negocio en el campo suele ser mucho más baja que la ciudad; además de lo provechoso que resultaría trabajar en la tranquilidad y el aire puro que provee el campo.
Agroturismo, ¿por qué no?
El cultivo y la producción de frutas, vegetales hortalizas puede llegar a ser una experiencia interesante para los viajeros. A muchos turistas les gusta conocer en detalle fincas y cultivos propios del país, además del proceso que esto conlleva.
Un actividad que además tiene el objetivo de sensibilizar a los turistas frente al valor y reconocimiento que desarrollan los habitantes rurales. Esto además, teniendo en cuenta que en Colombia se conservan costumbres agrícolas ancestrales.
Para Sergio Rodríguez Abitia, vicepresidente de la Organización Internacional del Turismo Social (Oits),“es fundamental esta actividad porque ayudan a cumplir los preceptos de ser sustentables, solidarias y socialmente responsables”.
Conocer el proceso de cultivos y producción los vegetales, es una buena práctica para el campo. Colombia es uno de los países más atractivos del mundo; la diversidad de paisajes, cambios de clima y culturas harán de los turistas una experiencia extraordinaria. (Le puede interesar: Graves efecto del turismo en San Andrés)
A descubrir el campo desde el turismo
El enigma que siempre ha existido entre las personas que viven en él y los que no es cuán rentable es este y de qué manera poder sacar provecho del campo. Sin embargo, actualmente las cajas de compensación impulsan proyectos de turismo social en Colombia, este modelo turístico propone más experiencias didácticas, educativas y una vinculación entre el campo y la ciudad.
“Es fundamental el nuevo turismo que requiere Colombia de cara al posconflicto, involucrando a las comunidades rurales, no para darles empleo, sino para enseñarles a que sean empresarias, con empoderamiento frente a su propio desarrollo”, explica el vicepresidente de Oits.
Por: Angelline Molina. Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano – Periodista y Editora