La música está presente en la vida de todos los colombianos, la cultura festiva de la nación ha generado diferentes movimientos musicales a lo largo de la historia. La música tropical es uno de los géneros más importantes.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
Uno de los resultados del mestizaje es sin duda la música, es decir, la creación de sonidos a partir del encuentro cultural entre varios pueblos. La música tropical es el ejemplo más claro, la cumbia, el porro, el son o el paseo, la salsa, el merengue o el vallenato.
Pero vamos ser más claros, desde los años 60 un estilo, un tipo de música se adentró en las casas, en las fiestas, en las navidades, matrimonios, cumpleaños, bautizos, buses y camiones colombianos.
De las grandes orquestas de Lucho Bermúdez, Pacho Galán y la Billos Caracas Boys, apareció un ritmo con raíces más populares. En las radios empezó a sonar el llamado “ chu cu chu cu”.
Desde Venezuela por ejemplo, llegaron las tonadas dulzonas de los Blanco de Venezuela, Nelson y sus estrellas logró alternar la salsa, con la música popular tropical.
Desde Medellín, Los Hispanos en cabeza del maestro Rodolfo Aicardí, popularizó este ritmo en las barriadas populares y los campos del país. La cumbia es la base musical del “ chu cu chu cu”. Las letras festivas y la permanente invitación a bailar, lograron cautivar a millones dentro y fuera de las fronteras.
Exponentes como Pastor López, el Loco Quintero, Hernán Hernández, Los Blanco de Venezuela, Luis Felipe González o el maestro “ Fruko”, crearon una particular forma de interpretar uno de los ritmos musicales más criollos y famosos.
El poder de la música tropical se puede constatar fácilmente. En las festividades de fin de año, lo que más suena en las emisoras y sobre todo, las canciones que todos tararean, son cumbias tropicales.
En las carreteras del país, los buses y las tractomulas atraviesan las cordilleras al son de la guacharaca, el timbal, la campana, los tambores.
Las caderas se mueven al escuchar “ tus besos son, son como caramelo, me hacen llegar al cielo, me hacen hablar con Dios…”