Escuelas Radiofónicas fue un proyecto que nació en el año 1947 gracias al Padre José Joaquín Salcedo Guarín y logró hacerse realidad en 1948 cuando recibió la licencia de funcionamiento, convirtiéndose en una emisora con gran acogida en el municipio de Sutatenza, aportando al campesino programas de música y una doctrina cristiana.
El Padre José Ramón Sabogal fue uno de los precursores de esta gran acogida, fue tanto el auge de la radio en el campo y la sintonía de Radio Sutatenza, gracias a programas como “Mis queridos viejos” y campañas como “el sorbo de agua”, “el fogón en alto” y “el domingo en familia”, dirigidos por el Padre Sabogal.
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Entre sus enseñanzas y programas radiales, Sabogal, fiel a su espíritu y solidaridad, dejó plasmados sus mensajes positivos, en los que invitaba a pensar de manera racional, a construir el don del diálogo y a actuar solidariamente, acciones de vida que dejaba impresas también en el semanario El Campesino desde su primera edición en 1958 hasta su última en 1989.
Su programa más emblemático fue “Mis viejos queridos”, más de treinta años saludando “muy buenos y santos días”, como se recuerda hoy en día, era una de sus frases más icónicas y recordadas por los campesinos que lo escuchaban todos los domingos a las ocho de la mañana.
Su ejercicio siempre fue ser el “traductor” del mensaje de Acción Cultural Popular – ACPO para el campesinado, dirigiendo de esta forma las Escuelas Radiofónicas y organizando programas de desarrollo educativo en todas las regiones del país.
El legado que construyó para “sus viejos queridos”
Para “sus viejos queridos”, como les llamaba a todos sus oyentes agricultores, trabajó durante cuarenta años, educando a los campesinos de todo el país por la radio y a través de las campañas que realizaba en conjunto con párrocos, auxiliares, líderes, sacerdotes y obispos.
Tanta fue su labor para con el pueblo campesino, que en 1980 fue condecorado por el Ministerio de Comunicaciones de Colombia, quien reconoció su labor educativa en las zonas rurales del país.
“Las clases pobres del país fueron entendiendo cómo tenían una tarea en el orden de mejoramiento, de progreso, de cambio… La realidad cristiana por ellos mismos ejecutada… Eso es supremamente importante; eso hizo Acción Cultural Popular, eso hizo Monseñor Salcedo”, indicó el Padre Salgado en su momento, haciendo referencia a todo el despertar que tuvo el pueblo campesino gracias a la labor de ACPO y de El Campesino.
Aunque murió esperando el resurgimiento de Acción Cultural Popular, la reapertura de Radio Sutatenza y el periódico El Campesino, dedicó hasta su último aliento para actuar en pro de las comunidades campesinas, siempre resaltando a los campesinos las nuevas formas de ver la realidad y de comportarse en ella, logrando un cambio positivo en miles de familias campesinas, que hasta el sol de hoy lo recuerdan con “muy buenos y santos días”.
Por: Erika Carolina Guarnizo Rico – Periodista.
Editor: Lina María Serna- Periodista – Editora.