Aunque se puede evidenciar un crecimiento del 7% en la producción del mes de febrero del presente año, cuando se revisa un periodo más prolongado, es decir, de marzo del 2015 a febrero del 2016, el crecimiento fue del 16%. Al compararlo con el período de marzo 2014 a febrero 2015, representa una disminución notoria en el ritmo de crecimiento de la producción de café, a causa del fenómeno de El Niño.
Por: Daniela Ballesteros Novoa
Practicante del Colegio Tilatá.
Entre las principales zonas afectadas por el fenómeno de El Niño, están el Huila y el Tolima, que aportaron 4 millones de sacos de 60 kilos el año pasado. Roberto Vélez, Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, hizo un recorrido por las zonas y dijo que “la situación del Tolima y Huila es mucho más alarmante que la del resto del país”. Además menciona que en el Tolima se han tenido que vivir altas temperaturas y un déficit hídrico muy grande pues los ríos y las quebradas tienen una disminución del 60% en caudales.
Hasta el momento la cosecha de café se ha visto bastante afectada por la sequía al igual que los otros cultivos agrícolas, con un nivel de escasez creciente que comenzó desde junio del año anterior. Esto afecta la siembra porque así como expresa Vélez, hay cosecha pero “los granos no son sanos, son pequeños y defectuosos, ya que por la falta de agua no se forman en su totalidad y el resultado son pasillas”.
El problema para la economía del caficultor es que cada vez que ésta semilla se ve reducida por la falta de agua, se ve obligado a hacer un descuento para lograr efectuar su venta. Sin embargo, Roberto Vélez, dijo que “vamos a acompañarlos, vamos a hablar con los gobiernos nacional, departamental y con los alcaldes de los municipios productores para buscar salidas”. Con base en estas preocupaciones del impacto sobre los ingresos de miles de familias cafeteras, se propone revisar metodologías para la compra por parte de la Federación de este tipo de grano, a un precio justo. Como alternativa se sugiere ir a las entidades crediticias para buscar una condonación de intereses y que el capital que les toque pagar se posponga cuando haya cosecha y mayores ingresos.
La preocupación de estas zonas cada vez crece más porque a ésta altura del año aún no se acaba el fenómeno de El Niño, y ya no hay agua para el consumo humano, ni para la agricultura o la ganadería.