El Museo de Madera es un espacio de consciencia y belleza; desde los saberes indígenas han estudiado distintas especies de árboles para configurar una base de información que entienda el desarrollo natural. El propósito con estos datos es compartirlos en territorio colombiano teniendo como enfoque primordial los niños y niñas al ser las nuevas generaciones que pueden beneficiar y no perjudicar ecosistemas valiosos para la vida misma.
El proyecto es liderado por la Fundación Tropenbos que apoya a actores públicos y privados en la toma de decisiones pensadas en el cuidado de la naturaleza y su uso sostenible.
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Este museo se ha consolidado por dos figuras importantes; primero, por Carlos Rodríguez, director de la fundación aquí en Colombia y ganador del Premio de Ciencias Alejandro Ángel Escobar; quien se ha encontrado preocupado por el futuro de los bosques y la necesidad de información en el país sobre estos. Segundo, Waydairon Matapi Yucuna, un joven indígena de 22 años, habitante de uno de los resguardos del municipio de Puerto Santander, Amazonas; él reconoce que deben perdurar los conocimientos de sus territorios para salvaguardar fuentes de vida para el país y la trascendencia de su cultura.
Fue Carlos quien le propuso a Waydairon y a su padre Uldarico Matapí uno de los últimos hombres conocedores del bosque de la etnia matapí a ser parte del proyecto. Desde entonces han trabajado junto a otras comunidades en construir la base de información que atiende a las necesidades de los árboles, sus procesos de cambio, su crecimiento adecuado y lo valiosos que son para la constitución de los ecosistemas.
El museo hasta el momento cuenta con 400 piezas de madera con sus respectivas descripciones y consejos de cuidado establecidos por los conocimientos indígenas. Son pequeños cortes de madera que aunque no son recomendados en un árbol, son piezas que brindarán sabiduría a sus visitantes. A estos elementos se suman la recolección de 300 tesis sobre los bosques tropicales que apoyan el conocimiento ancestral.
Waydaron considera que la información recolectada permite a las nuevas generaciones aprender sobre su entorno y la importancia de sus roles en la preservación de los árboles que son un componente esencial en el equilibrio del territorio colombiano. Por otro lado, Carlos quiere que el museo sea un espacio dinámico para que la información sea apropiada, por esto hace uso de juegos con los visitantes sobre asignación de piezas de madera a gráficos de los árboles y adivinanzas, ya que deben cautivar a la infancia para que ellos puedan ser portavoces de la información cultivada en el museo.
El museo se encuentra ubicado en las instalaciones de la Fundación Tropenbos en el barrio La Soledad de Bogotá. Carlos aspira a que estas muestras lleguen a universidades donde se permita un espacio de interacción de los estudiantes y las comunidades indígenas. Hasta el momento con el apoyo del programa GEF Corazón de la Amazonia se han enviado colecciones para conformar nuevos museos de madera a dos escuelas indígenas en el amazonas.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.