El campo colombiano se trabaja a pulso, todos los días millones de hombres y mujeres de todas y cada una de las fincas desenfundan su machete para realizar las tareas de la parcela, desde deshierbar el ante jardín, abrir los cocos o quitarle la tapa a la cerveza.
Por: Andrés.A Gómez Martín.
El campesino colombiano lleva terciado el machete o la peinilla, sin él los quehaceres del campo serían imposibles de realizar, tan solo imaginemos a un cortero de caña del Valle sin su machete o a un labriego que arrea el ganado por los pastizales sin la herramienta que le da fuerza y autonomía llevando solo decenas de cabezas de ganado.
El origen de esta hoja metálica data del siglo décimo en el continente europeo, su nombre era flechón si se sitúa su origen en España, este cumplía funciones de espada en términos de defensa personal y de hacha en términos de usos agrícolas. Esta herramienta llegó a las américas en los barcos españoles y desde allí iniciaría la conversión criolla de esta importante herramienta.
Con la invención de llamado acero fino, la producción de esta hoja metálica se popularizó gracias los bajos en su manufactura, así pues el machete empezó a entrar en las fincas de los campesinos. Esta herramienta ha cumplido tareas un tanto discordes, la historia patria cuenta que en los procesos de levantamiento popular, los machetes fueron las armas más usadas por aquellos que exigían algún cambio. Es famosa, por ejemplo, la bata de Palo negro en la guerra de los mil días, al inicio del siglo XX en donde liberales y conservadores llevaban debajo de sus ruanas los machetes con los que finalmente se enfrentarían.
Pero esa no es toda la historia ni el único uso del machete ni de la peinilla, vale la pena resaltar que la penilla es denominada por los campesinos como la esposa del machete: su peso, su filo y los usos a las que está destinada son diferentes. Existen machetes de diferentes tipos, longitudes y usos, el machete campesino es el más popular porque siempre está en el cinturón del campesino, guardado en una funda de cuero, hace parte de la vida cotidiana, para abrir caminos, para defenderse de los inescrupulosos, hace parte del vestido formal y de la ropa para ir a trabajar.
Los arrieros paisas abrieron los caminos a punta de machete, alma vida y corazón para que luego las caravanas de mulas cargadas de café, cacao y tabaco llegaran a colonizar otras tierras. En las selvas, en el Pacífico, en los llanos el machete ha sido el amigo infalible del progreso agrícola y campesino.