El departamento del Caquetá tiene muchas historias que contar, la llegada de los colonos del Tolima, Huila y Valle, los buscadores de Quina, indígenas y campesinos hacen parte de una región que quiere abrirle las puertas al resto del país.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
En los años noventa y empezando la década del dos mil, los noticieros de televisión emitían angustiosas imágenes de tomas armadas a instalaciones militares que eran ejecutadas por la insurgencia guerrillera, sin duda aquellos momentos del conflicto amarado colombiano quedaron en la memoria de los pobladores del Caquetá y la sociedad en general. Los informes que llegaban desde allí, hacían alusión únicamente a hechos relacionados con el conflicto, desconociendo otras características sociales y económicas que han constituido el desarrollo en este departamento.
Las etnias Andaquíes, Coreguajes, Macaguajes, Tamas y Carijonas han habitado ancestralmente este territorio, las costumbres y los saberes amazónicos hacen parte de la tradición de estas comunidades que recibieron a los colonos en sus territorios, en la explotación de caucho cientos de indígenas fueron esclavizados y muchos de ellos murieron atados a las cadenas de la producción cauchera.
En la época de la violencia, que ha marcado con rigor la historia de Colombia, cientos de campesinos desplazados por los enfrentamientos entre liberales y conservadores se fueron en la búsqueda de una nueva vida, así pues los primeros colonos fueron llegando a abrir claros en la selva amazonica, el frente de colonización empezaría a nacer regulado años después por los mismos campesinos.
Las dinámicas de colonización en el Caquetá obedecen también a la extensión del territorio, muchos campesinos se fueron buscando rio arriba y rio abajo, lugares aptos para cultivar, desde 1969 hasta 1975 el INCORA y la caja agria, impulsaron una especie de reforma agraria presionada por la acumulación de tierras que se empezaba a gestar en el centro de Colombia.
Con la llegada de la coca la dinámicas sociales y económicas del departamento tomaron nuevos rumbos, la presencia de diferentes tipos de capital , unos relacionados con la subsistencia de aquellos que no tenían nada y otro relacionado con inversiones direccionadas a la ganancia monetaria en corto tiempo, el narcotráfico. Las bonanzas cocaleras se han dado en esta región causadas por varios factores, pero entre ellos la obligación de campesino de obtener alguna ganancia por trabajar la tierra, el cultivo de yuca o de plátano no dejaba lo suficiente para dar de comer a la familia, los costos de transporte y de producción de los cultivos lícitos no era un negocio rentable, mientras que rápidamente las ganancias de la coca llegaron a cada tienda de la región.
La ganadería ha sido una actividad preponderante en esta región, las extensiones de las sabanas del Yarí son propicias para levantar ganado de alta calidad, la producción de leche y de carne intentan ser una alternativa económica y laboral para los pequeños productores. El Caquetá ha sido construido por campesinos que durante las últimas 4 décadas han fundado pueblos, han abierto caminos, trochas y sobre todo han trabajado la tierra con la mayor dignidad posible. La presencia de los actores del conflicto y sobre todo el abandono estatal ejercen demasiada presión sobre los pobladores. Otros son los vientos que soplan en Florencia, su capital está dando apertura a la industria turística y la inversión agrícola tecnificada que intenta darle una nueva visón y estructura al negocio agrario para que pueda ser rentable.