Día Mundial del Suelo: La degradación y el secreto de su conservación

En asunto tan importante como es la conservación del suelo, el procedimiento que lleva a este envidiable resultado, tiene su grande y único secreto. Conservar el suelo que cultiva, es lo más importante para un campesino.

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Foto: El Tiempo.

Cuando decidimos que determinado procedimiento tiene su secreto, queremos significar que por tratarse de una cosa importante, que da mucho dinero, solo unos pocos la explotan y se cuidan de no revelar a las gentes, el íntimo proceso que da por resultado la cosa tan acreditada.

En asunto tan importante como es la conservación del suelo, el procedimiento que lleva a este envidiable resultado, tiene su grande y único secreto. Conservar el suelo que cultiva, es lo más importante para un campesino.

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Esto de conservarlo, no significa en este caso, mantenerlo bajo su propiedad sin venderlo ni traspasarlo, sino mantener la capa superficial de la tierra, sobre la cual se cultivan las plantas; mantenerla entera sin que se desbarate y sin que se canse ni se empobrezca.

Cuando no se sabe conservar el suelo, sucede que cuando el campesino menos lo espera, las cosechas empiezan a ser cada vez más pobres y en veces no vale ni echarle abono al suelo.

Se ha descubierto que si no se toman ciertas precauciones y si no se construyen algunos dispositivos para conservar el suelo, puede llegarse al cansancio y hasta a la desaparición de la capa fértil del terreno.

Y para cada región, según los factores que amenacen con la destrucción del suelo, hay una precaución principal, sencilla y práctica que prodríamos llamar, el secreto de la conservación del suelo en ese lugar.

¿Cuál es la causa de la degradación de los suelos?

El agua de lluvia, especialmente en los grandes aguaceros, es la principal causa de la destrucción o erosión de nuestros suelos. Cuando llueve recio, se va acumulando el agua en la superficie de las lomas, y a medida que va resbalando por largas pendientes, va cogiendo cada vez más fuerza, y la cantidad de barro y arena que arrastra, la hacen cada vez más pesada y correntosa.

Cuando va como en una capa móvil sobre los suelos, va arrastrando la capa vegetal, muchas veces sin que se note a simple vista. Otra veces, después de cada aguacero se ven claras señales de los estragos del agua.

Pedazos enteros de la capa del suelo se ven destruidos, muchas veces con el cultivo también. Canjilones profundos también se forman en las hondonadas donde se concentran las aguas.

Los caminos que van por las lomas arriba, se convierten en torrentes durante la lluvia y después queda el camino convertido en profundo canalón. Entonces sabemos que las aguas de lluvia son la causa de la erosión del suelo en nuestro país.

La erosión es mayor si el aguacero es muy fuerte, si la pendiente del terreno es muy empinada o si la pendiente es muy larga. Estas condiciones nos dan a conocer el secreto de la conservación de nuestros suelos.

El secreto de la conservación de los suelos

Como no podemos hacer que los aguaceros sean menos fuertes, ni podemos hacer que nuestras lomas sean menos pendientes, lo que sí podemos es acortar el largo de las pendientes. Es decir, poner de trecho en trecho trancas para que el agua se detenga y no coja tanta fuerza por las largas líneas de la pendiente.

Esas trancas consisten en pequeñas canales que reciban el agua lluvia y la desvíen y la lleven a la quebrada u hondonada más cercana. Esos canales de desviación del agua deben ser transversales, es decir, a nivel. Pueden construirse cada 20 o 50 metros.

Se traza fácilmente con agronivel, y la pequeña pendiente se les da haciendo funcionar la misma agua, de manera que ni se empoce ni arrastre el suelo. Los canales de desviación se deben agrandar si se ve que el agua no cabe, o se deben hacer otros nuevos entre los ya hechos.

En general, cada uno de esos canales se comienza en la cuchilla de la loma y se hace que el agua escurra por cada canal hasta la hondonada, la cual debe cubrirse de un pasto fuerte para que no se forme canjilón.

Como conclusión sacamos que en todos los suelos pendientes, cultivados de plantas semestrales, o de pastos, o de árboles, los canales de desviación de aguas, son el secreto de la conservación de los suelos.

Por: Edición impresa de El Campesino.

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