El Día Mundial de los Humedales se celebra cada 2 febrero para conmemorar la firma en la ciudad de Ramsar del tratado intergubernamental para la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos: la Convención sobre los Humedales de 1971. En este 2019, la temática corresponde a “Humedales y cambio climático”, cuyo fin no es otro que poner en valor la importancia de los humedales en la lucha contra el fenómeno porque con ellos, no estamos solos.
La ciencia no deja lugar a dudas: las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) debidas a las actividades humanas han aumentado desde la época preindustrial. El reciente Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura media mundial en este siglo a menos de 2°C y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13 sobre Acción Climática alienta a todos a tomar medidas para reducir los impactos del cambio climático.
Le puede interesar: Huella hídrica: ¿Te has preguntado cuánta agua utilizas diariamente?
Pero mirar solo a la temperatura no es suficiente; tenemos aliados naturales entre nosotros que pueden ayudarnos a mitigar los efectos del fenómeno climático, como es el caso de los humedales.
Los humedales protegen las costas de los fenómenos meteorológicos extremos. Las marismas saladas, los manglares, las praderas de pastos marinos y los arrecifes de coral actúan como amortiguadores, reducen la intensidad de las olas, las mareas tormentosas y los tsunamis, y protegen al 60% de la humanidad que vive y trabaja a lo largo de las costas de las inundaciones, los daños materiales y la pérdida de vidas humanas.
Los humedales reducen las inundaciones y atenúan las sequías. Los humedales continentales tales como las llanuras de inundación, los ríos, los lagos y los pantanos funcionan como esponjas, absorben y almacenan el exceso de lluvia reduciendo las inundaciones, y almacenan y liberan agua, retrasando la aparición de las sequías.
Los humedales absorben y almacenan carbono de forma natural. Las turberas, los manglares y los pastos marinos son los sumideros de carbono más efectivos de la Tierra, pues absorben y almacenan grandes cantidades de carbono (cuando se drenan, emiten grandes cantidades de carbono). Además, las turberas cubren el 3% de la tierra de nuestro planeta, pero almacenan aproximadamente el 30% de todo el carbono terrestre, es decir, el doble de la cantidad combinada de todos los bosques del mundo.
En resumen, los humedales aportan importantes beneficios en la lucha para mitigar los efectos del cambio climático:
Pero éstos no son los únicos; la lista es casi interminable:
- Son fuente del agua que bebemos.
- Permiten la agricultura y la acuicultura que producen los alimentos que comemos.
- Filtran los desechos y mejoran la calidad del agua.
- Mejoran la calidad del aire de las ciudades.
- Apoyan un tapiz de biodiversidad del que todos dependemos.
- Nos proporcionan una multitud de oportunidades recreativas, turísticas y culturales.
- Nos ayudan a mitigar los impactos del cambio climático, cuya intensidad y frecuencia están aumentando.
Fuente: Iagua.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.