El Campesino busca dar voz al campesinado colombiano y por supuesto a todos los sectores agrícolas del país, razón por la cual a continuación se comparte el comunicado de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas – FENALCE, quienes hacen un llamado al Gobierno Nacional en cuanto al cumplimiento de compromisos adquiridos años atrás con el sector cerealista, los cuales a la fecha no se han cumplido.
«Los productores nacionales de maíz amarillo acatando el llamado del Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Dr. Aurelio Iragorri Valencia, nos dimos a la tarea de incrementar las áreas de siembra pero el gobierno no le hizo seguimiento a estos incrementos ni a su comercialización y hoy los productores no tenemos quien nos compre las cosechas y los precios han caído a niveles por debajo del maíz amarillo Grado 2 que se importa de USA dentro del TLC con cero arancel. Nos hicieron inscribir como agricultores participantes (por producto y por municipio, para llevar una especie de censo) pero la cacareada modernización del agro no se dio.
Comenzó mal el Plan Colombia Siembra. Hoy los comercios, bodegas y almacenes de depósito están llenos pero de maíz importado. La Industria de Balanceados, la avícola y porcícola no le interesa la producción nacional de maíz amarillo y el Gobierno no hace nada por presionar su compra, con lo cual el menú va a seguir siendo internacional y la pobreza “Made in Colombia”. Así es bien difícil que el Agro en Colombia vuelva a ser rentable.
El gobierno había prometido dedicar cada año 1.6 billones de pesos para apalancar el propósito de incrementar el área agrícola en un millón de nuevas hectáreas entre el 2016 y el 2018. El Ministro
Iragorri nos invitó a sembrar un millón de nuevas hectáreas en estos tres años; y quienes lo hiciéramos íbamos a disponer de instrumentos que nos permitirían acceder a créditos, seguros, asistencia técnica y proyección de mercado. Incrementamos nuestras siembras, pusimos más capital a riesgo y el Gobierno no cumplió.
Exigimos al gobierno nacional que honre sus compromisos, seguimos esperando los subsidios, los instrumentos para la administración de riesgos agropecuarios (coberturas y seguros de cosechas), la infraestructura de poscosecha, la renovación de maquinaria, los kits productivos, el financiamiento y la comercialización comprometiendo a la agroindustria con absorción de la producción nacional. El Gobierno no puede seguir engañando a los productores, permitir la quiebra de un sector productivo agroalimentario y no dar soluciones al problema social rural creado.
Maíz, soya, cebada, frijol, arveja, fueron entre otros, los cultivos priorizados en el país para incrementar sus áreas de siembra, empezar a sustituir importaciones y mejorar la seguridad alimentaria.
La mesa está servida pero los agricultores abocados a la quiebra porque no hay precio ni quien compre lo que nos propusimos producir para contribuir a alimentar al pueblo colombiano.
El gremio cerealista no promueve paros, pero sienta su voz de protesta, sensibiliza y comunica que deja en libertad a los comités regionales y a los productores que quieran ejercer su legítimo derecho a manifestar su problemática de una forma pacífica, civilista y democrática.»