La historia musical caribeña nos ha dejado grandes momentos, Colombia no es ajena a estos ritmos, la influencia de grupos tan famosos como la Sonora Matancera ha sido crucial en la formación de estilos, ritmos y estéticas que entre otras cosas, rinden culto a un modo de vivir el arte.
Por: Andrés. A. Gómez Martín.
La Sonora matancera es el grupo de música caribeña más importante de los últimos 50 años, su música es objeto de estudio y de culto tanto en Cuba, su país de origen, como en los Estados Unidos y países como Colombia, México y Venezuela.
La Radio Nacional de Colombia, emitía por aquel entonces, las tonadas de la Sonora, la voz de Daniel Santos retumbaba en las radios de Bogotá, Medellín, Barranquilla y de Cali. Santos, nació en Puerto Rico en 1916, su padre era carpintero y su madre modista, para mitad de los años 20 emigró a Nueva York, allí empezó a cantar desde muy niño.
Aquella ciudad, que vivía el apogeo del incipiente comercio y que recibía las noticias de la guerra, fue el escenario en donde la colonia latina amasó la cultura y la estética de toda una generación. Los boleros que interpretaba Daniel santos, llegaban en discos de larga duración a las cantinas de los barrios populares, los obreros, las amas de casa y los jóvenes, dejaron entrever sus emociones con las letras de desamor de El Jefe, como también se le llamó.
En Cali, Daniel Santos era ídolo, casi como un santo de devoción popular, las emisoras, los músicos y en general los caleños, sentían un gran apreció por el bolerista boricua. Desde finales de los años 50 el cantante visitó la capital vallecaucana, el coliseo Evangelista Mora, el hotel Aristí y el barrio obrero, fueron su hogar hasta su última presentación en 1991.
Por estos días se celebran los cien años del nacimiento del bárbaro del ritmo, la voz que marco al bolero latinoamericano.