La Tierra es mucho más que el terruño que tenemos, la tierrita donde nacimos o el suelo que pisamos. Es eso y mucho más; es la atmósfera, el aire que respiramos, las nubes, los mares, el agua, el suelo, el terreno donde cultivamos, las plantas. Como nos convertimos en polvo, también los animales y la gente son la Tierra.
Sobre estos y otros temas, muchas veces oímos conceptos y leemos consejos importantes pero no nos metemos en el asunto, pensamos que le compete a otros y no a nosotros. En ocasiones no encontramos la manera de aplicar ideas valiosas; creemos que somos incapaces de resolver ciertos problemas, nos quedan grandes las soluciones.
El planeta es de todos. Los seres humanos podemos y debemos usar la Tierra para vivir, sin dañarla; hay que conservarla y mejorarla, hay que conocer los recursos y emplearlos organizada y técnicamente para no perjudicar el entorno y no poner en aprietos a las generaciones siguientes. Le puede interesar: #Opinión el que manda, manda
A todos y a cada uno nos corresponde obrar responsablemente con respecto a la Tierra. Algunas cosas que ya sabemos, relativas a los componentes, conviene practicarlas sensata y positivamente:
– La atmósfera: evitar humos y gases venenosos, humo del cigarrillo, spray, fumigaciones, gases o emanaciones de automotores y otras máquinas, incendios.
– Las nubes: proteger los páramos, tecnificar tala y siembra de árboles y bosques.
– El terreno: evitar erosión o cárcavas y derrumbes, aprovechar bien los desechos y basuras, construir terrazas, sembrar en curvas de nivel, controlar siembras.
– Las aguas: proteger quebradas, ríos, embalses, lagunas y mares; evitar contaminaciones, cuidar manantiales y acueductos, aprovechar aguas lluvias, evitar desperdicios en baños, inodoros, cocinas, controlar inundaciones.
– Los vegetales: tecnificar siembras, cultivos, bodegaje, transportes, conservación y preparación.
– Los animales: cuidar especies, lograr su multiplicación, sacrificio, transporte, conservación, almacenamiento y utilización.
– El subsuelo: procurar la extracción cuidadosa de minerales e hidrocarburos, aprovechar fuentes alternativas y sostenibles para la producción de energía.
Cada persona puede y debe hacer bien lo suyo y cumplir con acciones que ayuden a cuidar lo propio y lo ajeno. En cada casa, en cada barrio o vereda, en cada pueblo o ciudad debe haber individuos y organismos preocupados por el buen uso y cuidado de la Tierra. Es responsabilidad de todos.
Por: Luis Salas. Equipo Editorial El Campesino.