El consumir productos orgánicos no es solo sinónimo de alimentarse bien. El cultivo de estos productos fortalece la soberanía alimentaria de los campesinos.
Por Daiana González
Según un estudio realizado en 2010 por científicos de la universidad del estado de Washington, las fresas orgánicas tienen mayor contenido de vitamina C y antioxidantes que las fresas convencionales. Es por esto que, el periódico Elcampesino.co quiso preguntarle a diferentes expertos la diferencia entre los cultivos convencionales y los orgánicos. Esto fue lo que contestaron:
“Los productos convencionales son productos que fueron fumigados, que están llenos de pesticidas, de fungicidas; que están sobrecargados en ciertos minerales y carentes en cambio de otros; en la agricultura orgánica siempre va a haber un equilibrio va a haber más armonía. Los suelos son fértiles, por lo que los productos son buenos fértiles puros, están cargados de nutrientes balanceados no nos estamos comiendo un 90 por ciento de productos químicos como lo estamos haciendo en un producto convencional, sino que en la agricultura orgánica estamos consumiendo el producto tal y como es, integral, puro, vivo”.
El consumir productos orgánicos no es solo sinónimo de alimentarse bien. El cultivo de estos productos fortalece la soberanía alimentaria de los campesinos, según explica Armando Cano de la corporación ecológica y cultural Penca de Sábila.
“Todo el tema de mercados orgánicos, se articula con la soberanía alimentaria del tema de la conservación de los territorios, el suelo, el agua, los bosques, las semillas, también esa cultura que se crea y se mantiene acerca de la producción, todo el saber tradicional que tienen las comunidades campesinas; promueve el uso de recursos locales para la producción de insumos, promueve el autoconsumo de las familias, por ende pues la soberanía alimentaria; también se garantiza la diversidad y la conservación de semillas locales; ósea la propuesta agroecológica articula muchos temas que apuntan a mantener una soberanía alimentaria entre las comunidades”. Armando Cano de la corporación ecológica y cultural Penca de Sábila.