La desigualdad y la concentración de tierras han ido en aumento en las últimas décadas. El índice Gini rural indica que la desigualdad pasó del 0.44 al 0.88. Caquetá y Córdoba presentan la mayor concentración.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
Los datos arrojan un análisis preocupante y es que, por ejemplo, el 80% de los campesinos tiene menos de una Unidad Agrícola Familiar ( UAF), eso indica que 8 de cada diez campesinos son microfonistas. El 77% de la tierra está en manos del 13% de los propietarios, pero el 3.6% tiene el control sobre el 30% de la tierra.
En las últimas dos décadas casi 6 millones de hectáreas fueron despojadas por el conflicto armado interno, algo así como el 15% de la superficie agrícola nacional. El 18% de los propietarios no tienen un título sobre su finca y un 40% trabajan en condiciones de informalidad.
Alrededor de 23 millones de hectáreas han sido tituladas, 92% de ellas han sido baldíos y títulos colectivos. Por concepto de reforma agraria solo se han titulado el 5.9% de hectáreas. El 68% de los predios registrados en Catastro se clasifican como pequeña propiedad.
A pesar de la mala infraestructura en las regiones, el 70% de los productos alimenticios llegan a los centros de distribución, de estas 5.8 millones de hectáreas han sido otorgadas para explotación minera, esto supera las hectáreas que son utilizadas para la agricultura. Un 2.5 de las hectáreas aptas para sembrar alimentos están ocupadas por monocultivos como la palma y la caña para agro-combustibles.
El análisis hecho por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga indica que el 66% del empleo rural está en la informalidad, el 55% de los campesinos no han recibido asistencia técnica, el 11% no tiene vivienda propia. El ingreso promedio de un campesino es de $220 mil pesos mensuales, mientras que en la ciudad es de $660 mil pesos al mes.
La situación social en los campos es alarmante, pues se estima que el 65% de los campesinos viven en la pobreza y las comunidades indígenas en un 33%, esto como resultado de décadas de abandono institucional, de conflicto armado y de políticas económicas que lastiman a los campesinos gravemente.
El despojo de la tierra lleva en realidad mas de 200 años en época republicana, en donde terratenientes abusivos, acompañados y avalados por los gobiernos se han tomado o han despojado a indígenas o colonos de sus tierras, tanto en el campo como en la cuidad, las autoridades se han prestado para usar la fuerza y para legalizarlas en su titulación, el tema no es nada nuevo…