Movimiento Ambiental Colombiano es una organización sin ánimo de lucro que promueve la preservación y protección de la naturaleza. Desde 2016 comenzó a trabajar en La Guajira enfocándose en las rancherías wayuu quienes son las más vulnerables en materia de salud, economía y educación.
Las rancherías al no tener electricidad tenían que recorrer largas distancias para cargar sus celulares, hacer consultas o usar electrodomésticos; gracias a la instalación de los paneles fotovoltaicos por parte de la organización y el apoyo del Ejército Colombiano son 750 personas que ya cuentan con energía gracias al sol que los acecha diariamente y que en el día de hoy le sacan provecho.
Hoy las comunidades de Murujuy en la Alta Guajira; Marrollomana y Onolaulia del municipio de Manaure; y al Cabo de la Vela, en el municipio de Uribia; ya pueden cargar sus celulares, usar electrodomésticos e incluso realizar cortes de cabello en la misma comunidad. La energía solar hoy les brinda la oportunidad de realizar procesos de organización, mejorar la conectividad, evitar largos viajes por un poco de energía y facilitar los proceso de aprendizaje.
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El proyecto y su realización se constituyó gracias a el marco de Aulas Ambientales que maneja la misma organización y que para su directora Yeny Arteaga, el próximo paso es la construcción de más de estos espacios en las comunidades wayuu en vista de la precaria infraestructura destinadas a la educación y que harán uso de también de energía solar.
Cabe recalcar que La Guajira es el departamento con mayor porcentaje de analfabetización; el acceso a la educación es complejo y muchos niños se les enseña en lugares que no son propicios para adquirir aprendizaje de calidad, e incluso algunas comunidades prefieren dar las clases en el aire libre. Sin embargo, la región tiene fuerte potencial para usar las energías renovables.
“Nuestro propósito al llevar energía a estas zonas no interconectadas (ZNI) es contribuir a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y aportar para que se generen procesos de educación ambiental que incorporen tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TAC)”, explicó Arteaga al periódico El Heraldo.
Por otro lado, la directora también señaló que gracias al posacuerdo se han abierto las oportunidades de acceso para llevar a cabo procesos de estabilidad en un marco integral. Agrega también que gracias al trabajo constante con ayuda de la comunidad se han logrado todos estos avances ya que el tiempo invertido es menor con este apoyo.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.