Han criticado nuestra generación, nos han llamado incompetentes, incapaces, perezosos, incrédulos y hasta «brutos», nos han comparado («es que antes las personas hacían las cosas bien hechas» «es que a mí me tocó duro, tuve que estudiar y trabajar» «es que antes, no existía el internet, todo era por medio de los libros» es que, es que y es que.
No niego que no sea así, al contrario, es verdad, pero como todo ha de tener un porqué; nuestras generaciones ya no piensan, ya no analizan ¡Ni siquiera tienen crítica propia! Todo a causa de las redes sociales (sí, echemosle la culpa a estas). Antes de enfatizar en ello, quiero recalcar el porqué nos han consumido (Porque sí, hemos criticado «es que ahora los jóvenes no se separan del celular»).
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Es un escape, así de sencillo, el mundo para nosotros es algo horrible, estamos, muchos de nosotros, preocupados por el qué dirán, porque ahora una persona vale más por sus números de me gustas, o por el número de amigo o contactos que tengan en Facebook o WhatsApp. ¿Qué paso con esas conversaciones que aportaban razonamiento? Ahora, solo nos interesa hablar de «música» o chismes, «viste que Fulanito estaba con Fulanita», «te enteraste de lo que hizo Fulanito(a)».
Puedo decir con seguridad que no sabemos nuestra historia como colombianos ¿Qué pasó con el patriotismo o el deseo de querer aprender? Bien, el colegio ha influido en esto, tanto así que en vez de incentivar el amor al aprendizaje, nos han incentivando lo contrario, tenerle fastidio, ¡¿por qué?! Merecemos pensar como propios filósofos, tenemos derecho a hablar con crítica personal, llena de argumentos… en cambio nos han inculcado que una nota influye en nuestro nivel de «inteligencia».
¿Llamamos inteligentes a las personas que se aprenden todo de memoria? Vestimos eso con el famoso: «ustedes aquí vienen a aprender no a repetir como grabadoras». ¿Qué tan cierto es? Nos dicen: «ustedes son el cambio, marquen las diferencias» ¡¿Cómo?! Si nos estan formando para ser iguales y no de la mejor manera, quieren que pensemos iguales, que actuemos iguales, en conclusion, que nos dejemos manipular por el más “abeja”.
Muy pocos adolescentes nos hemos dado cuenta de la realidad, a tal punto de dejar las redes sociales por voluntad propia. Muchos hemos querido hacer el cambio inculcando a los más jóvenes a ser diferentes, unos escuchan y otros hacen oidos sordos, la gran mayoría, llamándonos así «fastidio».
No tenemos la culpa de estar consumidos por las redes sociales, porque a fin de cuentas, nosotros pedimos el celular y ustedes, padres de familia, lo compran, porque al final «confían» en nosotros creyendo que somos «maduros», porque al final creen que tienen el control, pero… ¿Sabe usted quién es su hijo(a) en las redes sociales?
Porque sí, nos pueden llamar muchas cosas, pero al final somos más avispados al querer ocultarnos de ustedes. Daré un consejo: no hay que creer que tenemos privacidad, todo lo que se escribe, todo lo que se envía, todo lo que se sube… quedará guardado. Ten cuidado con lo que hablas y envías, y eso no es todo, todos esos datos serán vendidos a otras empresas… ahora responde ¿Qué tanto sabes del mundo como para saber que te observan a través de tu cámara?
Por: Natalia Mesa Rodríguez. Reportera Rural de Ubaté, Cundinamarca.