Carta del campo: “Tío, ellos tenían hambre”

Escribo esta carta para los jóvenes de hoy en mi amado Quibdó, solo para que los jóvenes vean que la inocencia y el valor de la solidaridad en otra época eran tan bonitos que se luchaba hasta por lo que no se veía o se suponía.

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Con esta carta divertida quiero que los jóvenes de mi ciudadela vuelvan a escuchar los relatos de nuestros abuelos que están llenos de cosas bonitas, de valores que debemos reavivar en nuestras vidas, pues si nuestros abuelos tenían todos estos valores, en nosotros también están, solo debemos volver a ellos. Ánimo jóvenes chocoanos, aquí les cuento.

En el corregimiento de Las Mercedes, un pueblo de campesinos sembradores de arroz, sucedió la siguiente historia. Hace muchos años cuando se podía vivir del arrocito aquí en Quibdó, el señor Dimas, un viejo agricultor, convidó a un joven apodado Tirofijo para que lo acompañara en la siembra de arroz.

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Lo convidó porque era mucha tierra y para esa labor casi siempre van de a dos. El joven se fue con don Dimas, llegaron al rancho y don Dimas lo primero que hizo al descargar en el rancho fue prender su radio para escuchar a la entonces Radio Sutatenza, que era lo único que entraba en la época, y se fueron a trabajar.

Sin darse cuenta que el radio había quedado prendido, entrada la tarde don Dimas le dijo a Tirofijo, mijo corra a la casa y ponga a cocinar unos primitivos (especie de plátano verde que se come en Chocó en casi todas las comidas del campo), y el joven Tirofijo muy rápido se fue porque él también tenía mucha hambre.

Llegó a la casa y preparó los primitivos, y ya cuando salía con la comida escuchó el radio prendido y dijo: ¡Pobres esos señores del radio, todo el día ahí hablando y sin comer! Y sin ningún miedo, Tirofijo quitó la tapa trasera del radio y le clavó unos cuantos primitivos, cerró el radio y les dijo “ahí les dejo pa que coman, adiós”, tomó sus trastos y se fue con la comida.

Entrada la noche y de regreso al rancho, don Dimas dijo “bueno y el radio quien lo apagó”, y con voz de satisfacción del deber cumplido dijo Tirofijo, no tío, no se apagó, ellos tenían hambre y lo destapé les clavé unos 10 primitivos pa que comieran y se quedaron dormidos de una vez, tío como sería el hambre que tenían. El señor Dimas solo se tomó la cabeza y se quedó pensando, y sin más, desprendió una pequeña sonrisa con algo de rabia, y le dijo “me pagás el radio, oís”.

Radio Sutatenza enseñó a muchos campesinos como don Dimas a leer y escribir en los años 60, y si nuestros abuelos fueron capaces de aprender con radio, por qué nosotros no aprovechamos ahora que llegan los mismos dueños de Radio Sutatenza que se llaman Acción Cultural Popular – ACPO, para aprender con tanta tecnología que tenemos ahora.

Así que invito a todos los chocoanos, para que nos unamos al proyecto de Escuelas Digitales Campesinas y estudiemos por el desarrollo del Chocó.

Por: Maximino Chaverra Serna. Habitante rural de Chocó.

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