Con la situación de pandemia que surgió en el año 2020 ocasionada por la llegada del COVID 19, las costumbres cambiaron radicalmente; diariamente llevábamos una rutina donde los niños, jóvenes y adolescentes. Que iban a sus clases presenciales ya sea en jardines, colegios, universidades, mientras que los adultos se dirigían a sus trabajos formales o informales, para buscar el sustento de sus hogares.
Lamentablemente, desde el año pasado las salidas libres que se tenían se acabaron, hoy en día salir es sinónimo de miedo y si se logra salir, se deben tener en cuenta muchos cuidados para no vernos afectados por esta enfermedad que ha cobrado la vida de millones de personas en todo el mundo.
Todo esto ha ocasionado que se deba mantener un distanciamiento social, donde las salidas con amigos y familiares deben ser aplazadas, las clases son bajo la modalidad no presencial, y las jornadas de trabajo desde casa. Llegando a un punto de aislamiento donde las relaciones interpersonales se están acabando y los problemas psicológicos son más frecuentes por la falta de interacción humana.
Teniendo en cuenta artículos científicos, como el escrito por el doctor Javier Cifuentes Faura, docente de la Universidad de Murcia en España en la Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, en el 2020 , han demostrado que los más afectados con el tema del aislamiento social son los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, pues van desarrollando problemas de salud tanto físicos como emocionales a raíz del cierre de las Instituciones educativas, algunas de estas afectaciones son:
Falta de empatía: Debido a que ya no se tiene la convivencia con otras personas fuera de su núcleo familiar, se han empezado a ver actos individualistas, donde se están acostumbrando a estar solos, a no hablar con nadie, han dejado de expresar sus sentimientos y emociones, en los niños más pequeños se ve en su comportamiento envidioso.
Estrés: se está viviendo a tempranas edades, por el miedo de ser infectados, el aburrimiento y la frustración que sienten al no poder jugar con otros compañeros, al no poder gritar tranquilamente en espacios como los parques, debido a que deben estar en lugares más pequeños como en sus casas.
Problemas de salud: Los niños, jóvenes y adolescentes están presentando problemas alimenticios, debido a la falta de ejercicio ya que anteriormente, gastaban energía jugando y hoy en día el sedentarismo está presente en la vida de todos. De igual forma, la ansiedad ha llevado a que se consuma más dulces, comida chatarra y otros alimentos poco nutricionales, ocasionando obesidad, problemas cardiovasculares, entre otros.
Hoy el mundo entero vive una encrucijada muy difícil, en decidir cómo afrontar esta complicada situación de pandemia que ha afectado a toda la humanidad, y sobresalen preguntas sobre ¿Cómo protejo a mi hijo del COVID?, o ¿Protejo a mi hijo de los problemas psicológicos presentados a causa del distanciamiento social?
La moneda tiene dos caras, ninguna puede definirse como buena o mala, lo importante es que como padres, como seres humanos dar lo mejor, para brindarle a nuestros niños y niñas, un proceso de educación de la mejor forma posible.
Afectaciones a proyectos educativos
Este contexto afecta notablemente el desarrollo y la efectividad de proyectos enfocados a nuestros jóvenes rurales como el proyecto Pescado para el Desarrollo, el cual es financiado por Caritas Noruega y va dirigido a jóvenes de grados 9°,10° y 11° de ocho Instituciones Educativas Rurales del departamento del Caquetá, ya que las actividades de formación y lúdicas planteadas no se han podido llevar porque es limitado el contacto con los estudiantes.
De igual forma, se observan los inconvenientes en el comportamiento de los jóvenes, donde la pereza, el desánimo y el aburrimiento se hacen notables, es por esto que Acción Cultural Popular – ACPO con todo su equipo de trabajo día a día buscan nuevas estrategias, para llegar a los estudiantes con una formación dinámica y activa que complemente su formación y permita sacarlos de la monotonía.
Por: Sandra Riaño García. Facilitadora educativa del proyecto Pescado para el Desarrollo.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.