Y es que oscura es la esencia de tu ser, de matices oscuros se torna tu existir,
aquel tono oscuro que da fuerza a todo lo que en ti habita,
y cuando digo oscuro lo hago con la fuerte convicción de resignificar lo que tras tus tonalidades regalas a nuestro existir.
Porque oscuro es el verde abrazador, espeso y refrescante de tu selva que me recibió,
oscuras y bellas noches llenas de calor y alegría fueron las que en ti pude vivir.
Así como también oscura la piel de aquella tu mayor y más preciada riqueza, tu gente,
Gente de tez oscura y que no necesita más para ser vista, ya que con luz propia brilla.
Entre ellos niños y niñas que en su mirada inocente dejan ver que aún esperanza para ti hay,
jóvenes y jovencitas de gran espíritu y pujanza que sobre sus hombros cargan el peso de cambiar lo que bien en ti no está,
adultos que día a día a la brisa, la lluvia y el sol ponen el pecho por hacerte grande,
y aquellos abuelos y abuelas que con carácter y amor portan y reparten sabiduría para que todo sea mejor.
Gracias doy a ti tierra oscura, de gente hermosa por haber a mí abierto tus puertas,
y solo sé que aunque hoy tras mis espaldas quedas porque de ti debo partir, de tu oscura esencia un día nuevamente disfrutaré.
Por: Luisfer González Loboa. Participante del proyecto Comunicar y Proteger la Paz.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.