Rubiela Julio es una lideresa desplazada por los grupos armados de Yopal, Casanare, que por aquellos desajustes sociales en Colombia, llegó a Riosucio, Chocó a más de 800 kilómetros de distancia de su tierra natal.
Esta lideresa conoció el proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA financiado por el Fondo Europeo para la paz e implementado por Acción Cultural Popular – ACPO, y después de realizar varios de los cursos de las Escuelas Digitales Campesinas, se vinculó al Club de Líderes de ACPO.
Con mucha alegría Rubiela cuenta “me estaba desanimando en las clases pero el Club de Lideres me despertó la chispita nuevamente, me siento en mi territorio y las cosas que aprendo las estoy compartiendo con mis compañeras de Casanare y Chocó y me siento útil”.
Ante la pregunta de cuáles son sus planes a futuro, afirma que pese a que la Unidad Víctimas retiró el esquema de seguridad con el que llegó al territorio chocoano “gracias a Dios a donde voy encuentro un apoyo. Esta vez las Escuelas Digitales Campesinas y comenzó nuevamente mi lucha, voy a seguir trabajando por las mujeres que ha sido mi meta siempre, para que logren emprendimientos reales y que aprendan y vuelen solas haciendo que todas sus ideas e iniciativas se conviertan en realidad”.
Sobrepasando dificultades cotidianas, junto a otras mujeres ha logrado crear proyectos de piscicultura, gallinas, cultivos, entre otras apuestas que buscan mejorar la calidad de vida de estas emprendedoras. “Se crea un consejo comunitario de mujeres y todo mi trabajo comienza a crecer de una manera que no esperaba, tanto que fui nominada a la mujer del año, en representación de la mujer rural, donde ocupe el 3 lugar, fue un trabajo muy lindo”.
Fue tan importante el trabajo de Rubiela Julio, que llegó a la delegación de desplazados en la mesa de víctimas donde capacitaba y velaba por sus proyectos y beneficios. Además, perteneció al consejo departamental de paz de Casanare como consultora y capacitadora de personas privadas de la libertad.
Sin embargo, en ese lapso de tiempo desafortunadamente comenzaron las amenazas contra su vida y por ende la intranquilidad que esto genera para un ser humano, y más para una lideresa tan querida por la comunidad, lo que la hizo tomar la decisión de partir.
Hoy resaltamos a esta gran lideresa como ejemplo de resiliencia y vocación para las demás mujeres pertenecientes a las Escuelas Digitales Campesinas en Colombia, para que nunca dejen de luchar por sus propósitos de vida.
Por: Miguel Ángel Arango Cifuentes. Facilitador educativo del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.