Cuán importante es saber que, a través de unas líneas, palabras decoradas en un escrito, en cualquier tipo de texto, tal vez inspiradas por algo, alguien, o un bello atardecer, con sus colores esparcidos, o tal vez, con el luminar de las estrellas en una noche sólida; escritos, que a lo mejor traspasan vías inimaginables, fronteras de amor, que logran llegar al corazón de alguien, pintarle la más bella historia de amor, en un bello cuento de hadas, con finales de antaño, son iluminaciones del alma, por una musa inspiradora.
Se puede decir que, por medio de los escritos, se vivieron las épocas más románticas, esas manifestaciones que llevaban pensamientos forjados en el alma. Como olvidar ese tiempo donde, esa, la mejor amiga, sé volvían cómplice de amor, en un traiga y lleva de escritos, esas hojas decoradas con flechazos incrustados en un corazón, donde se hacía uso los colores para embellecer una nota, esa que decía “me gustas”, “quiere ser mi novia” …
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Gracias a aquellos que en los años 3500 antes de Cristo, en un lugar de Mesopotamia, y con la necesidad administrativa por la creación de grandes ciudades y templos, iniciaron escritos en tablillas, hechas de arcilla, y que, a través de los siglos, fue perfeccionando su manuscrito, dejan el más antiguo y precioso mecanismos para interactuar en la sociedad.
Y, es que, por medio de letras de, enamorados, cantantes, compositores, poetas, escritores, libretistas; se crea la más épica y esplendida historia de amor, se descubre lo inconocido, se atraviesa fronteras, y lo irreal se pinta real.
Por: Luz Adriana Mejía. Facilitadora de ACPO en Caquetá.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.