“Soy Tatiana Fichica Silva tengo 24 años de edad y nací en lo más bello del Caquetá, en San Vicente del Caguán. Un pueblo pequeño y muy tranquilo, vivía con mis padres y mis hermanos, éramos una familia muy feliz hasta el día en que mi padre enfermó gravemente y murió dejando a mi madre sola con cuatro hijos pequeños, sin empleo y desde ese momento se nos vino el mundo encima.
Así vivimos 5 años hasta que mi madre conoció a José, su actual pareja, un hombre trabajador y muy humilde quien nos aceptó sin más que decir y desde ese día se convirtió en una persona respetada por mis hermanos y por mí. Vimos en él a un padre que siempre trabajó por nosotros y se preocupó para que nada nos faltara, que amo a mi madre y la respeto.
Pero un día mi padrastro se sintió mal lo llevamos al médico y lo dejaron internado por 6 largos meses, le diagnosticaron una extraña enfermedad en los pulmones, gracias a Dios todo mejoró y salió bien del hospital y, aunque su enfermedad dejó secuelas hemos luchado a su lado para que no se sienta solo
Él no puede trabajar y mi madre ya con su avanzada edad tampoco, desde hace dos años trabajamos junto con mis hermanos para ayudarlos y salir adelante. Yo tengo una hermosa hija de 9 años quien es mi compañía y mi motivo de lucha”.
Tatiana Fichica aún sigue viviendo en San Vicente del Caguán, Caquetá, donde conoció por una amiga el Proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, en el que participa activamente. Se trata de un proyecto enfocado en apoyar a la mujer rural y reincorporada en Caquetá y Chocó a través de educación y apoyo a emprendimientos rurales.
Ella se caracteriza por que nunca se rinde, pelea contra las adversidades, lucha por sus sueños, avanza con firmeza, no se deja vencer por los golpes y no se doblega ante la dureza de la vida, retirando las barreras y las imposiciones de una sociedad que ha conseguido enfermar parte de la identidad femenina.
Se siente muy feliz por tener la oportunidad de formarse con el proyecto y poder aprender nuevos conocimientos en cada actividad. Ella tomó parte de su tiempo para contarme este pequeño fragmento de su vida y reflexionar sobre la misma, a veces es bueno escucharnos entre mujeres y apoyarnos.
Quiero resaltar, en mi rol como facilitadora educativa, que es una mujer muy dedicada, actualmente, realiza el curso “Mi Proyecto de Vida en el Campo” de las Escuelas Digitales Campesinas – EDC, y recalca su disposición en continuar aprendiendo junto a este proyecto que llega al Caquetá gracias al Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea y es implementado por Acción Cultural Popular – ACPO, Diócesis de San Vicente del Caguán y la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Por: Diana Marcela Marín. Facilitadora educativa del proyecto MIA.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.