Aun así, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura – FAO, indica que, muchas personas promueven la tala irresponsable de árboles hasta el punto de dejar un hueco como el tamaño de España.
Varios ecologistas sustentan que la tala indiscriminada de árboles produce una alteración en el ecosistema, destruyendo el hábitat silvestre. Esto disminuye la capacidad del planeta para absorber el dióxido de carbono que causa el calentamiento global.
El cultivo de cacao podría salvar el Amazonas
The Nature Conservancy propone disminuir la manipulación del hombre en el territorio Amazónico mediante la plantación de árboles de cacao.
«Además de ser un medio para evitar la deforestación, las plantaciones de cacao favorecen la economía local, regional y nacional», aseguró el grupo ambiental internacional The Nature Conservancy en su portal web.
La producción de cacao en Colombia llegó a 60.535 toneladas en el año 2017, lo cual significó un incremento de 6,6 % frente a la producción del 2016, según informa la Federación Nacional de Cacaoteros – Fedecacao. Es así, como los cacaoteros le pueden apostar a la implementación de este cultivo para mitigar la deforestación en el Amazonas y poder contribuir a la economía de los productores de este gremio.
Por otro lado, los cacaoteros colombianos se han destacado por ser excelentes productores; es tan valiosa su labor que, en el departamento de Arauca, un grupo de cacaoteros construyen el tejido social de Colombia mediante la sustitución de cultivos de coca por chocolate en territorios marcados por la violencia. Lea aquí la nota: Cacaoteros le ganan batalla a cultivos ilícitos
Finalmente, en el departamento del Tolima, vereda Vegones del municipio de Prado, existen mujeres que le apuestan al desarrollo económico de los cacaoteros; por tanto, le dedican medio tiempo a su hogar y el otro medio, a la labor de la recolección de esta fruta. Lea aquí la nota: Las mujeres cacaocultoras se empeñan en endulzar el país
Por: Andrés Arias. Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Lina María Serna López – Periodista.