Trabajadores de la tierra en el municipio norte-santandereano de Mitiscua, cultivan hortalizas de hoja orgánicamente. Luego de varias visitas técnicas del ICA y de ver como el uso de técnicas más amigables con la naturaleza les dejaban mejores resultados, más campesinos están cultivando disminuyendo el uso de químicos.
Por: Periódico El Campesino
Cultivar no es una tarea fácil, requiere de mucha paciencia, constancia y conocimiento de muchas temáticas para que lo cultivado de los frutos esperados. La competencia y las condiciones de los mercados le exigían al campesino acelerar de una u otra forma los procesos del cultivo, desde el inicio con las semillas, el alistamiento de la tierra, el proceso de crecimiento y la cosecha eran tratados con agroquímicos que podían costar más de 50 por ciento de la inversión del campesino.
Sin embargo los resultados muchas veces no eran los esperados, por eso el ICA y algunas instituciones regionales decidieron cambiar las formas de cultivar en Mitiscua. Luego de varias capacitaciones a las que los campesinos asistieron cumplidamente, el cultivo de productos como la lechuga empezó a cambiar.
El diario la OPINIÓN recoge la historia de un campesino que recuerda como muchos años atrás, sus padres preparaban la tierra con el abono que se hacia con los excrementos de los animales de la finca y se mezclaban con con aserrín; la premura del tiempo por aquella no existia, así que la cosecha demoraba lo que debía demorarse.
Es así como hoy en día paulatinamente los campesinos están regresando a cultivar de manera tradicional, los productos cuentan con mayor valor agregado y las ganancias se ven más en las fincas y lo más importante los campesinos están enviando a los mercados productos más saludables.
El diario regional también señalo que hace apenas pocos años en el mismo lugar era común ver los tarros de los quimicos flotando por las quebradas, situación que hoy en día ha cambiado.