La introducción de pastizales y otros cultivos para reemplazar los arbustos de café en la cuenca del río La Vieja, que recorre los departamentos de Valle del Cauca, Quindío y Risaralda, han ocasionado cambios en la temperatura de la superficie y en el almacenamiento de carbono de la zona.
Estos son los hallazgos del investigador Andrés Felipe Carvajal, doctor en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en desarrollo de su tesis.
En su estudio analizó los cambios que se han presentado desde 1989 en esta zona de tradición cafetera, a raíz de la caída de los precios del café, lo cual conllevó a la finalización del pacto cafetero. Tal situación produjo efectos sobre la regulación climática y el almacenamiento de carbono en la biomasa aérea vegetal.
El investigador explica que se trató de una alta reducción de las áreas cultivadas de café, pues se perdieron más de 34.000 hectáreas en el periodo comprendido entre 1989 y 2014. Dicho terreno fue destinado a otro tipo de sistemas productivos pecuarios o agrícolas.
“El reemplazo del bosque, que es la cobertura original, y los cultivos de café, desencadenó un proceso de transformación que generó impactos en el almacenamiento de carbono de la vegetación y en algunas variables que regulan el clima”, sostiene el doctor Carvajal.
Esto lo comprobó a través de un trabajo de campo en parcelas de la zona con diferentes tipos de vegetación, donde se tomaron datos como el diámetro de los troncos y la altura de los árboles. Tal información se utilizó para estimar, a partir de ecuaciones alométricas, el carbono almacenado según el tipo de vegetación.
Los resultados mostraron una reducción del carbono almacenado en la región, debido a que los bosques y los cultivos de café tienen unas condiciones importantes de almacenamiento en la biomasa vegetal, mientras que los pastizales son una gramínea que no tiene una estructura leñosa como cualquier árbol”, afirma el investigador.
El efecto de estos cambios en las coberturas terrestres se traduce en que el carbono que no se almacena en la vegetación es liberado a la atmósfera, probablemente a través de procesos de combustión para la generación de carbón a partir de árboles de café.
Islas de calor
Por otra parte, el investigador encontró que los pastos generan unas islas de calor en las que se aumenta la temperatura de la superficie, fenómeno asociado tradicionalmente con grandes zonas urbanas. “Cuando se pasa de un cultivo de café o de un bosque a un pastizal se produce un cambio importante en la temperatura superficial”, manifiesta el investigador Carvajal.
Al respecto destaca que “es importante hacer este tipo de análisis porque las áreas que más se están calentando en términos superficiales no son solo las ciudades, sino también las que se han transformado en pastizales”.
No obstante, aclara que el estudio centró su análisis en la temperatura de la superficie, que es aquella que se percibe directamente del suelo o de lo que se encuentra sobre él, a diferencia de la del aire, la cual se mide a una altura de 1,5 o 2 metros, con estaciones meteorológicas.
Otro componente de la investigación se centró en el análisis y la comparación de imágenes satelitales de 1989, 2000 y 2014, para identificar los mapas de coberturas y su transformación. Además se trabajó con imágenes satelitales de la NASA sobre evapotranspiración, que se refiere al agua que se evapora y que transpiran las plantas a través de los estomas.
El investigador afirma que en la medida en que se aporta menor cantidad de agua a la atmósfera se empiezan a generar cambios en el clima local, como menor humedad en el aire, cambios en la nubosidad y, en general, en el sistema climático regional, pues si se agrupan esos cambios locales se pueden comenzar a ocasionar cambios en el clima de la región.