Departamentos como el Cauca, Huila y Quindío ya cuenta con población que ha decidido cambiar de cultivos de manera radical o empezar a hacer un proceso de transición. En la cordillera del Quindío ya ha disminuido la producción de café; en el caso del Huila se ha comenzado a cambiar por la ganadería y el incremento de la producción de plátano e inclusive arroz y papa.
Desde hace más de una década que la caída presente del precio del café se ha convertido en sistemática; hoy las ganancias no son suficientes para pagar los insumos, generando así deudas imparables para los caficultores. Cabe mencionar que el Gobierno había decidido contribuir a la causa destinando los recursos sobrantes del Plan Semilla para la crisis; sin embargo, esta acción no ha sido efectuada al 100%.
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Hace más de quince días que más de 2000 caficultores se tomaron las calles de Neiva, Huila para hacer un llamado al Gobierno y al Estado para que contribuyan internacionalmente en pedido para que el esfuerzo de los agricultores se pague a un precio justo y el café siga siendo el producto insignia del país.
Sin embargo, en el último informe de la Federación Nacional de Cafeteros quedó en evidencia que la producción de café decayó en un 6% en el mes de mayo al ubicarse en 1,1 millones de sacos; el año pasado la cifra era de 1,2 millones. Recordemos ahora las palabras del Gerente de la Federación, Roberto Vélez:
“producir una carga de café hoy, vale $780.000 y hoy se vende en el mercado a $600.000 o $650.000 pesos, estamos perdiendo $180.000 por carga de café producida. Ese es el gran drama y si uno lo quiere ver en agregado, una cosecha cafetera normalmente genera del orden de 7.5 billones de pesos y este año no vamos a llegar ni a los 6 billones de pesos, es decir, es un 1 billón de pesos menos para las familias cafeteras”, destaca Vélez.
Economistas han señalado que las exportaciones durante el corrido del presente año han aumentado y eso es una buena señal; pero, para los caficultores el hecho que incrementen estás y continúe la compra a un bajo precio no es ninguna garantía. De acuerdo a Dario Soto, de Fairtrade, compañía que se dedica al precio justo, en entrevista con el diario La República, señala que se necesita que el precio del café logre un valor de UD$ 1,60.
Por otro lado, Soto expone un claro ejemplo de la situación del café colombiano, “en Europa, una taza de café puede costar US$4, pero el caficultor solo recibe US$0,2. Hay que dar a conocer esa situación porque la gente cree que por el hecho de pagar más por un café retribuyen de igual manera al caficultor”, afirmó.
Por último, es necesario recalcar que aunque el café es nuestro producto insignia, la población colombiana no lo apoya con su consumo; no apoya a las iniciativas locales que producen su propio producto, es decir, que no se apoya lo local. Este mismo panorama y en mayor gravedad lo tiene la producción de panela.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
Buenas tardes estoy interesado en la recolección de café y otros oficios de campo pero no sé encuentra ningún número telefónico. Este es mi correo [email protected]. 3023168915 muchas gracias