La Universitat Politécnica de Valencia y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas adelantan un proyecto denominado TRADITOM, con el cual se quiere lograr un mejorar el sabor y calidad en los tomates europeos.
Por: Katherine Vega
Son 4.3 millones y tres años de investigación lo que se invertirá en TRADITOM. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, y la Universitat Politécnica de Valencia quieren mejorar tanto la calidad como el sabor de la variedad de tomates tradicionales europeos.
El tomate es la segunda planta más consumida en la Unión Europea, por eso, revalorizar el tomate es el objetivo del equipo de investigadores. Antonio Granell, profesor del CSIC del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, le dijo al diario EFE Verde, “Creemos que las variedades tradicionales de tomate representan un recurso genético sin explotar y que su preservación es de la máxima importancia para poder garantizar una diversidad agrícola que asegure el futuro de la seguridad alimentaria y de la salud, así como las nuevas demandas de los consumidores”.
Lo que se quiere es estudiar de manera exhaustiva las propiedades agronómicas y funcionales del tomate para definir las cerca de 1.200 variedades de tomate, pero también, ver la influencia de las prácticas de cultivo en la producción de estos. Lo último, porque según el profesor, “podrían resultar más adaptables a determinadas condiciones ambientales, proporcionando una calidad de sabor y mejor conservación que la que presentan las variedades comerciales”.
El proyecto se empezó desde el mes de marzo y cuenta con la colaboración de 16 instituciones de ocho países y con la financiación de la Unión Europea.