jueves, noviembre 21, 2024
InicioESPIRITUALIDADEl deportista que influyó en la vida de San Juan Pablo II

El deportista que influyó en la vida de San Juan Pablo II

Beato Pier Giorgio Frassati llevó una vida austera y destinaba a obras de caridad buena parte del dinero que sus padres le daban para sus gastos personales.

 

frassati08_1

 

 

Por Nicolás Galeano

 

“Cuando fui joven, yo también sentí la beneficiosa influencia de su ejemplo y, como estudiante, estaba impresionado por la fuerza de su testimonio», afirmó San Juan Pablo II sobre Pier Giorgio Frassati. La fiesta de este joven beato y deportista se celebra cada 4 de julio.

Pier Giorgio nació en Turín, Italia, el 6 de abril de 1901. Creció en el seno de una familia muy rica. Su padre fue el fundador y director del diario La Stampa y su madre una notable pintora que le transmitió la fe.

En su adolescencia cultivó una profunda vida espiritual, se hizo activo miembro de la Acción Católica, el Apostolado de la Oración, la Liga Eucarística y la Asociación de Jóvenes afrassati_escaladorAdoradores Universitarios. Decidió estudiar Ingeniería Industrial Mecánica para trabajar cerca de los operarios pobres e ingresó al Politécnico de Turín donde fundó un círculo de jóvenes que buscaban hacer de Cristo el centro de su amistad.

Llevó una vida austera y destinaba a obras de caridad buena parte del dinero que sus padres le daban para sus gastos personales. Su fuerza estaba en la comunión diaria y la frecuente adoración al Santísimo.

Fue deportista, esquiador y montañista. Escaló los Alpes y el Valle de Aosta. Asimismo, nunca perdió la oportunidad de llevar a sus amigos a la Santa Misa, la lectura de las Sagradas Escrituras y el rezo del Santo Rosario.

Cuando cumplió 24 años de edad le diagnosticaron poliomielitis fulminante, una enfermedad que lo llevó a la muerte en solo una semana. Murió el 4 de julio de 1925 y tuvo un multitudinario funeral entre amigos y personas pobres.

San Juan Pablo II lo beatificó en 1990 y destacó que “él proclama, con su ejemplo, que es ‘santa’ la vida que se conduce con el Espíritu Santo, Espíritu de las Bienaventuranzas, y que solo quien se convierte en ‘hombre de las Bienaventuranzas’ logra comunicar a los hermanos el amor y la paz”.

“Repite que vale verdaderamente la pena sacrificar todo para servir al Señor. Testimonia que la santidad es posible para todos y que solo la revolución de la caridad puede encender en el corazón de los hombres la esperanza de un futuro mejor”.

Artículos Destacados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

FundacionAcpo

spot_img

Anuncio

POSTS RECIENTES

spot_img