Con el uso de microorganismos llamados bacterias aerobias formadoras de endospora (Bafes) se disminuyó en un 65,6 % el añublo bacterial de la panícula, enfermedad que afecta al arroz generando grandes pérdidas económicas a los productores.
Así lo comprobó Luz Adriana Pedraza, magíster en Ciencias-Microbiología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Bogotá, quien buscó en el control biológico una forma de combatir la enfermedad producida por el patógeno Burkholderia glumae.
Los aliados para esta tarea los encontró en las Bafes, que abarcan más de 25 géneros, dependen del oxígeno para subsistir y están presentes en casi todos los sistemas agrícolas.
Dichos microorganismos forman una estructura de resistencia, conocida como endospora, y la utilizan para sobrevivir en ambientes hostiles.
Junto con los investigadores del Grupo de Microbiología Agrícola, dirigido por el profesor Daniel Uribe Vélez, la magíster probó un total de 75 Bafes que forman parte del cepario de Microbiología Agrícola y las enfrentaron contra tres cepas diferentes de Burkholderia glumae obtenidas del Centro Internacional Agricultura Tropical.
Así, observaron que las Bafes restringen el crecimiento de la Burkholderia y forman un halo que inhibe la actividad del patógeno. Además, encontraron que 34 de estos microorganismos funcionaron al menos contra alguna de las cepas probadas, y 26 lo hicieron contra las tres, lo que demuestra su gran potencial.
Los experimentos fueron más allá del laboratorio. Las Bafes fueron llevadas a los cultivos de arroz, en los que se encontró que 12 cepas tenían actividad en la planta, es decir que disminuían los síntomas de la enfermedad en un 65,6 %.
¿Añublo bacterial de la panícula?
Desde 2007 en los cultivos de arroz del país se ha venido presentando el patógeno Burkholderia glumae, que se manifiesta en la fase de floración y llenado del grano.
La enfermedad ha aumentado no solo en Colombia sino en varios países productores de arroz, y por el cambio climático su presencia se ha reportado en varias partes del mundo como Japón, Tailandia, Vietnam, Corea del Sur, Malasia, Filipinas, Sri Lanka, Estados Unidos, Panamá, Nicaragua y Costa Rica.
Las altas temperaturas nocturnas y la alta humedad relativa favorecen que se desencadenen los síntomas.
En Colombia se han dado pérdidas de hasta el 75 % del cultivo, y por ahora no hay una solución que garantice que esto no se produzca.
El control biológico aparece como una alternativa para contrarrestar la enfermedad en las principales zonas arroceras del país como Tolima, Huila y Valle del Cauca; los Llanos Orientales en los departamentos de Meta y Casanare, la zona del caribe Húmedo contando Antioquia, Bolívar, Córdoba y Sucre, y la zona del Caribe seco incluso los departamentos de Cesar, Guajira y los Santanderes.
*Información suministrada por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional