Se trató de un evento organizado por la Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón – Rionegro y la Corporación Vida Justicia y Paz. El Foro estuvo orientado por las propuestas del papa Francisco en su Encíclica Laudato Sí’, en la que invita a creyentes y no creyentes a tomar conciencia sobre las conductas que en la actualidad dan cuenta de la situación de nuestra casa común.
El lema de esta edición #30 fue “Oriente antioqueño, mi territorio de paz”, y con el fin de dar respuesta a algunos interrogantes que facilitaran la comprensión de la relación entre la construcción de paz y el cuidado de la casa común; tuvimos la participación del Presbítero Albeiro Parra de la Diócesis de Quibdó, quien nos ilustró acerca de cómo construir paz desde las adversidades territoriales.
Además, nos invitó a perderle miedo a la denuncia de la violación de derechos económicos, culturales y sociales, que son los que (a su parecer) más se atropellan, “no solo por los grupos al margen de la ley, sino más preocupante aún, por el mismo gobierno”. De su intervención también se destaca la invitación a articular el cuidado de la casa común desde la construcción de paz, acto que debe empezar desde nuestro propio ser, cuando reconozcamos que “la reconciliación solo se puede hacer con los que fueron enemigos”, y cuando pensamos que la paz “no es vencer al enemigo, sino convivir con él”.
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En segundo momento tuvimos la intervención del magíster Daniel Pérez Valencia, quien desde su bagaje en el ámbito de la filosofía y la academia nos ofreció luces acerca de cómo estamos acelerando el deterioro de este ciclo humano en la tierra, y nos propuso que “la tierra no le pertenece al ser humano, sino a todos los seres bióticos que allí confluyen, incluyendo a los humanos”.
En este sentido, también fue enfático en que, si estamos en búsqueda de un planeta sostenible, debemos facilitar una convivencia armónica y minimalista entre actores bióticos y abióticos, pero, sobre todo, desligar el concepto de justicia de las instituciones, y articularlo más bien a las formas de “como el amor se vive en público”.
En última instancia, el Foro por la Paz ofreció un panel de experiencias territoriales del cuidado de la casa común en el Oriente antioqueño, el cual fue coordinado por el secretario de la mesa de Derechos Humanos para el oriente, docente John Jairo Serna; en este panel, se presentaron tres reflexiones articuladas a la necesidad de valorar las iniciativas de defensa y protección territorial ambiental.
La apuesta por el campesinado en el foro por la paz
El colectivo Custodios del Agua, como primer panelista expuso y reconoció los diversos obstáculos, pero también estímulos o soportes que han encontrado en el camino de la protección del agua. El Movimiento por la defensa de la Vida el Territorio y el Agua (MOVETE) intervino para compartir las innumerables experiencias que han propiciado para salvaguardar la vida y la dignidad del territorio; así pues, que aprovecharon el escenario para invitar a cercanos encuentros territoriales que están preparando, verbigracia el Festival del Agua en el municipio de La Unión el próximo 15 y 16 de septiembre.
Como última experiencia de cuidado de la casa común en la región, la organización Agrodecendientes, postuló la necesidad de reconocer en el campesinado una clase social, toda vez que sus condiciones sociales, económicas, culturales y ambientales son propias y distan en algún sentido de las demás concepciones de clasificación social establecidas.
Este último segmento del Foro por la Paz sirvió como plataforma para impulsar un diplomado orientado desde la Encíclica Laudato Sí’, una alianza estratégica entre la Pastoral Social de la Diócesis Sonsón Rionegro y la Universidad Católica de Oriente. Como acto final del foro, se aprovechó el escenario del Seminario Nuestra Señora para declarar este espacio territorio de paz, respondiendo a la propuesta de la Conferencia Episcopal en el marco de la Semana por la Paz.
Cabe precisar que en los tres momentos principales del foro, hubo sendas intervenciones de preguntas del público dirigidas a los ponentes de turno.
El evento terminó a la 1:00 p.m., y como conclusión nos queda la invitación de Monseñor Fidel león Cadavid, quien en su intervención nos convocó a apropiarnos de nuestro Oriente antioqueño; a valorar, cuidar y dignificar el espacio que habitamos, sobre todo reconociendo que “el territorio debería ser un espacio vivo, familiar, conocido; un entorno donde se desenvuelve la vida, las relaciones en los ámbitos social, cultural, ambiental, político ,económico y ético, donde interactúan los fenómenos naturales y sociales, y donde ojalá nada nos sea ajeno”.
Por: Leydi Jaramillo. Comunicadora Diócesis de Sonson Rionegro.