En diferentes cultivos de hortalizas estudiantes de Ingeniería Agronómica de la Universidad Nacional de Colombia (U.N) sede Bogotá, le apuestan a la conservación del medio ambiente.
Con el fin de que en un futuro las familias puedan disfrutar de una tierra fértil y productiva, se debe comenzar a implementar algunos hábitos saludables en ella.
¿Qué es la agricultura limpia?
En primer lugar, la agricultura limpia se refiere a una forma de producción agropecuaria que tiene como el fin de proteger la naturaleza y las especies que la rodean.
Por lo tanto, los hábitos implementados disminuyen o eliminan el uso de pesticidas en los productos alimenticios, también en la cría de animales y así, las condiciones laborales son más adecuadas.
Formas de llevar acabo la agricultura limpia
Existen dos formas: la primera son las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la cual se implementa el uso de químicos según especificaciones de la etiqueta del producto.
La segunda es la agricultura orgánica o ecológica en la cual no se implementa ningún tipo de químicos. De igual manera, las dos formas cuidan a los consumidores y al medio ambiente.
Otra propuesta de la U.N.
Con el objetivo de no generar daños, conservar el suelo y cuidar el medio ambiente, estudiantes de la Universidad Nacional le apuestan a la agricultura limpia. Le puede interesar: Recomendaciones para que avicultores optimicen el desarrollo de su producción
Empleándola en diferentes cultivos de hortalizas, como rúcula conocida comúnmente como rúgula, lechuga, acelga, calabacín, crespa morada, espinaca, entre otros.
Los estudiantes fueron los encargados de deshierbar, arar la tierra con azadón, picar y además dejar parejo el suelo con el motocultor.
El cultivo que realizaron generó buenos resultados con respecto a eficiencia, productividad, cuidado y rentabilidad.
Según explica una de las estudiantes “los productos cosechados se lavaron y empacaron antes de ofrecerlos a la comunidad universitaria, la cual resaltó el buen aspecto del producto y la gran confianza para la agricultura limpia”.
Por último, estas buenas prácticas le garantizan a la comunidad, el bienestar del consumidor, las óptimas condiciones laborales y la forma controlada de manejar los pesticidas.
Por: Genny Mantilla.. Estudiante de Comunicación Social – Periodismo
Editor: Ana María Rizo Díaz. Periodista – Editora