Cocinar con leña es una acción que aún perdura en el campo colombiano y en los paseos de olla en ríos y quebradas de nuestro país. No se puede negar que el arroz, la sopa de sancocho y el asado de las carnes cocinados a leña le dan un sabor inigualable a estos alimentos. Sin embargo, al ser una acción constante, emergen problemas para el medio ambiente y la salud de los campesinos.
La aspiración de dióxido de carbono altera el sistema respiratorio y genera la posibilidad de desarrollar enfermedades respiratorias como cáncer de pulmón. Además, se desarrolla una carga contaminante diaria para el medio ambiente.
A partir de esta situación, muchos campesinos optaron por comprar cilindros de gas que les ayudaba a contribuir a su salud, al medio ambiente y a la facilidad de prender la estufa de manera rápida para alimentar a sus hijos que madrugan ya sea para ir a clases o trabajar. Pero estos cilindros, ya no les alcanza para la cocción de alimentos en un mes y el precio no es el más cómodo para el bolsillo.
Según La Asociación Colombiana de Gas Licuado de Petróleo en este año el precio del gas se elevó en un 11%, implicando que los cilindros cuesten más. Esto se debe a que Ecopetrol reduce la oferta de combustible a la que se había comprometido a suministrar y por eso el Ministerio de Minas y Energías estableció que se deberá importar más de este recurso.
Según el Dane, son 12 millones de Colombianos que usan cilindros de gas, principalmente en Cundinamarca, Nariño y Antioquia. Un cilindro de 40 libras estaba valorado el año pasado entre 50 y 55 mil pesos, esto sin contar que muchos vendedores aumentan el precio por entrega a zonas más remotas. Con la situación porcentual del 11%, un cilindro estará valorizado entre 65 y 70 mil pesos.
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La estrategia de los campesinos
Según el Ministerio de Minas y Energías, este incremento puede hacer que muchas familias colombianas vuelvan a cocinar con leña. Sin embargo, ya campesinos se están uniendo a la producción de su propio gas metano con una estrategia que ha extendido entidades como el Sena y ciertas alcaldías.
Para crear gas metano es necesario construir un biodigestor, esto es una cápsula que retiene la concentración de CH4 y es trasladado a las cocinas. Se necesita de un espacio retirado a la casa para cavar una zanja de 4 mt de largo por 2 mt de ancho y una profundidad de 1, 30 ; sin embargo, muchos campesinos han tomado diferentes medidas y han funcionado, por ejemplo, de 6mt de largo por 1 mt de ancho.
La cápsula se crea sellando la zanja con un plástico grueso y sin grietas, se deja un punto de entrada y salida, y tubería que conecte el biodigestor con las cocinas. En el punto de entrada, se agrega la materia prima, que en este caso es el estiércol de vacas, ovejas, cerdos e incluso gallinas, y el punto de salida, es para los resto del cúmulo de heces.
La cápsula debe estar siendo rellenada constantemente para una producción continua de gas, sin embargo, la primera emisión de CH4 en algunos casos puede tardar hasta dos meses, todo depende de la fermentación del estiércol; por ejemplo, en lugares con temperaturas por encima de los 25 grados se obtienen el gas en menor tiempo, en las zonas más frías tarda un poco más que con un buen resultado.
Una vez la cápsula se infle significa que ya se generó CH4 y se puede usar en las cocinas; se obtiene un flama de color azul sin olor alguno a pesar de estar elaborado del estiércol. Por otro lado, la materia restante que se obtiene en el punto de salida, es un producto compuesto por variables nutrientes que pueden ser usados como abono para cultivos y jardines.
Esta es una estrategia que contribuye a la economía y salud de los campesinos que trabajan con animales de granja y un método que debe seguir extendiéndose a otra regiones que todavía no lo conocen, pero requieren de su funcionalidad.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.