Adopción homosexual se presenta como una alternativa ante la indiferencia de muchos hogares.
Por Rubén Gil
Adopción homosexual se ha vuelto tema de debate desde que la corte constitucional aprobó la adopción por parejas del mismo sexo. ¿Pero quiénes son los que están a favor y quiénes los que están en contra de la adopción homosexual? Lógicamente que los que están a favor son una inmensa mayoría de homosexuales, más aquellos que ven la sentencia como un hecho histórico sin precedentes en un país adormecido por la religión y la moral, y que por ende necesita abrirse más al mundo contemporáneo; también aquellos que consideran que ahora habrá más posibilidades de que los niños huérfanos y abandonados tengan una familia. Por otro lado, los que están en contra de este tipo de adopción son la inmensa mayoría de católicos, cristianos en general y aquellas personas que consideran que los niños sólo pueden ser bien formados por una familia cuyas cabezas sean un hombre y una mujer. Son diversos los argumentos que presenta cada parte, ¿pero quién tiene la razón?
La constitución nacional de 1991 en artículo 42 dice: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla……. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes…… Los hijos habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia científica, tienen iguales derechos y deberes.” Y en el artículo 44 dice: “Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos…. Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.
En este caso se podría decir que la constitución defiende por encima de todo los derechos de los niños. Es decir, que los argumentos que presentan los que están a favor y los que se oponen a la adopción homosexual deben estar enfocados a salvaguardar los derechos de los niños.
El abogado Sergio Estrada Vélez fue quien se dio a la tarea de entregar argumentos jurídicos para que se aprobase la adopción homosexual en Colombia. Vélez dice: “Me lastima ver que hay niños y niñas que nunca llegan a ser adoptados, no encuentran un hogar, ni unos padres que los amen, se quedan haciendo fila en las listas del ICBF. La palabra clave es amor, pues allí no hay un criterio de preferencia sexual que pueda determinar que una persona puede amar más que otra”.
Mientras que Monseñor Luis Augusto Castro, en representación de la iglesia católica, dice: “La oposición nuestra no es a la familia de personas del mismo sexo. Se refiere a que lo que se le ofrece al niño no es exactamente lo que él merece. Cualquier niño requiere de un papá y una mamá, de una imagen paterna y materna, y eso no se lo puede dar una pareja del mismo sexo. El mejor servicio para un niño es que sea adoptado por una familia constituida por papá y mamá”.
En conclusión, las dos partes buscan el bienestar de los niños. Pero el verdadero problema radica en que hay muchos padres sin moral que abandonan a sus hijos y en que muchas familias, en donde las cabezas son un hombre y una mujer, teniendo las condiciones para adoptar los niños huérfanos no lo hacen.