Las estudiantes Alejandra Cadena Morales y Laura Marcela Romero Giraldo de la facultad de Administración de Empresas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, desarrollaron un estudio técnico-social con el objeto de medir la prefactibilidad de aplicar un modelo sostenible y sustentable de compostaje con excrementos caninos para recuperar laderas.
Es un abono orgánico, que está compuesto además por aserrín-viruta, arena de pino y cascarilla de arroz, y suministra sustratos que estabilizan los suelos y a su vez interrumpen procesos de desertificación y erosión. De igual manera, es recomendado para aplicar en jardines de parques y casas, ya que almacena nutrientes que proporcionan de manera gradual a las plantas.
“Este compost se convierte en materia prima y es benefactor para mitigar el impacto ambiental negativo generado por la emisión de gases como el metano y el dióxido de carbono. Además, se evita que las heces caninas expuestas se conviertan en foco de infección, que en últimas desencadenan problemas de salubridad tanto para los humanos como para las mascotas”, explicó la investigadora Cadena.
El abono consiste en una conversión biológica en condiciones controladas, de material de desecho en un producto higiénico, rico en humus y relativamente estable, que acondiciona el suelo y nutre las plantas.
¿Cómo es el proceso?
Primero, se recogen las excretas de los caniles (jaulas) y se depositan en un contenedor sobre una cama de aserrín. Se alternan capas de aserrín y excretas para evitar lixiviados (líquido que se desprende del abono en proceso), olores y moscas.
En seguida, el contenedor se lleva al sistema de compostaje y sobre una lámina de acero inoxidable se hace una mezcla heterogénea, luego se deja reposar por 30 días en los cubículos de las composteras (hornos artesanales) en donde se les toma la temperatura de manera constante.
Este material sale a 30 °C y se deja en reposo por 10 días en una zona de enfriamiento. Luego se cierne con el fin de darle uniformidad y, finalmente, el compost puede ser aplicado en laderas, suelos y jardines.
Su investigación se fundamentó en la administración de recursos naturales y el uso sostenible de materias primas, basaron sus resultados en un modelo que funciona en el Centro de Bienestar Animal La Perla. en Medellín, para aplicarlos después en albergues animales de Manizales.
El compost también retiene carbono-C en el suelo, lo que reduce la emisión de CO₂ a la capa de ozono, y genera además propiedades fitosanitarias que ayudan a prevenir o curar enfermedades de las plantas.
Alejandra y Laura ofrecerán este abono a entidades como la alcaldía de Manizales y su programa “Guardianas de la Ladera”, a la Empresa Metropolitana de Aseo, la Corporación Autónoma Regional de Caldas y el Jardín Botánico de la Universidad de Caldas.
Las jóvenes estudiantes destinarán parte del dinero obtenido en su emprendimiento para beneficio de perros, gatos, caballos y conejos que habitan en la calle.
Fuente: Agencia de Noticias UN
Autor: Maria Luisa Pedraza, Estudiante de Comunicación Social. @LuisaPedraza80
Editor: Katherine Vargas Gaitán, Periodista Editora. @KatheVargasg