El 9 de abril de 1948 la capital de la república sucumbió ante las llamas y la violencia desatadas luego de conocerse la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. La Atenas suramericana fue escenario de una revuelta sin precedentes.
Por: Andrés. A. Gómez Martín.
La contienda política de finales de la década del cuarenta reflejaba la vida de la nación; un país dividido entre azules y rojos. Gaitán había perdido las elecciones de 1946 por la división del partido liberal, por ello el político y abogado bogotano, se había convertido en el líder del partido. El “ jefe” como le llamaban sus seguidores, había entrado en nuevo escalón de la política nacional.
El 7 de febrero de 1948, Gaitán lidera la marcha del silencio, cien mil personas salen a las calles de Bogotá, pidiendo clemencia y respeto por las vidas de los seguidores liberales. En Marzo nuevamente se pronunció en Manizales, allí le envió un mensaje al presidente Mariano Ospina Pérez, que la lucha política dejara los campos y las ciudades y se trasladara a los escenarios propicios para ello.
A la 1 de la tarde del 9 de abril, el joven Juan Roa Sierra se acerca a la carrera séptima, justo en la esquina con Avenida Jiménez, en ese momento Gaitán salía de su despacho acompañado por Plinio Mendoza Neira, Pedro Cruz y dos hombres más. En medio de las gentes que transitaban se oyeron tres detonaciones.
Los impactos alcanzaron el cuerpo del abogado y candidato presidencial para los comicios de 1950, cayó en la entrada del edificio, la confusión se apodero de los lustra botas, vendedores de lotería y personajes que caminaban por allí justo en ese momento.
Mendoza Neira y el resto de acompañantes trasladan al caudillo liberal hacia la clínica central ubicada a pocas cuadras de allí, en el barrio la candelaria. Mientras tanto una turba enfurecida acorraló a Juan Roa Sierra en una populosa droguería. Un policía evitaba que las puertas se cayeran, pero no fue suficiente, los machetes, palos y piedras alcanzaron a Roa Sierra en poco minutos.
Mientras su cuerpo era mostrado en vía pública, la noticia se regaba como pólvora por la ciudad, desde las chicherías y las cantinas, los barrios y estaciones de Policía, miles de personas se armaron para cobrar venganza. Antes de que la noche llegara al cielo bogotano, los comunistas se habitan tomado por un corto tiempo las instalaciones de la Radiodifusora Nacional, los vagones del tranvía fueron incinerados, el comercio fue atacado y saqueado, disparos de escopeta, revolver y planazos de machete amedrantaban a quienes se había refugiado en sus hogares, la ciudad colapso.
El 9 de abril es considerado como una fecha de quiebre, la política a nivel nacional sufrió fuertes cambios y el país no volvería a ser el mismo desde entonces.